XXVIII─ "Jasper..."

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Las voces eran demasiado altas.

─ Tú debes ser Lydia ─ Escuchó entre todo. Levantó su vista y la enfocó en el que supuso era Aro ─ Eres una maravilla, una criatura fascinante ─ Se acercó a ella con intensiones de tomar su mano.

Las voces callaron y Lydia sonrió, sabía lo que eso significaba.

─ Tócale un pelo y no lo cuentas.

Todos los vampiros se sobresaltaron ante la aparición de aquel peculiar hombre a las espaldas de la Banshee.

─ Siempre haciendo entradas dramáticas, Magnus ─ Se burló.

─ Esto es... expléndido ─ Aro retrocedió con sorpresa ─ Una Muerte, es maravilloso.

─ Sé que lo soy, ahora, ¿acabas este teatro de porquería? Tengo hambre.

Lydia sabía que Magnus había herido el orgullo de aquel feo vampiro. Lo sabía porque su expresión se tornó en una seria. No estaba acostumbrado a que lo retaran, menos no poder defenderse, pues Magnus con tan solo tronar sus dedos podría hacer caer todo su imperio.

─ Ella sabe demasiado ─ Volvió su atención a Bella.

Todo le dio vueltas mientras uno de los vampiros, Alec, atacaba a Edward que se interpuso en su camino. Alice intentó ayudar a su hermano pero otro vampiro lo sostuvo.

Lydia corrió hasta Bella y la sostuvo para que no interviniera mientras observaba con impresión todo. Magnus desapareció ante la vista de ellos mientras se sentaba en el suelo comiendo palomitas.

Se quedó perpleja cuando Alec golpeó a Edward contra las escaleras y luego lo obligaba a arrodillarse frente a Aro.

─ ¡No, porfavor! ─ Gritó Bella ─ ¡No lo maten a él! ¡Matenme a mi!

Si será estupida, pensó con horror aferrando a su amiga a sus brazos.

Aro la miró con curiosidad acercándose con elegancia hasta las chicas. Alec sostenía a Edward de su cuello.

─ Darías tu vida por alguien como nosotros ─ Se señaló mirandola a los ojos.

─ Solo aléjate de ella ─ Escupió la banshee mirándolo con odio.

Alice soltó su agarre y sostuvo a Lydia apartándola de Bella.

─ Alice, ¿qué haces? ─ Protestó intentando apartarse mientras unos vampiros llagaban hasta ambas y las sostenían. Observó con horror como Aro se acercaba a su amiga listo para morderla ─ ¡Espera!

Aro se detuvo y miró a la banshee con curiosidad.

─ Lo he visto ─ Habló esta vez Alice ─ Bella se convertirá en una de nosotros, yo misma la transformaré.

─ Siento las voces de la muerte ─ Afirmó ─ Déjala en paz.

Tras Alice mostrarle su visión a Aro, quien lucía encantado con su habilidad. Les permitieron irse vivos, Edward malherido.

─ Vamos, debemos irnos rápido ─ Decía Alice arrastrando a la chica.

─ Las voces son muy fuertes ─ Le murmuró viendo como un grupo de turistas pasaban por su lado.

─ Solo ignóralas...

Los gritos de las personas la hicieron girar. Alice la detuvo y la obligó a continuar caminando hasta estar finalmente fuera de aquel lugar que le traería pesadillas.

Se había hartado. La pelea entre Bella, Edward y Jacob para ella era algo insignificante. Le parecía triste por Jacob, pues lo había dado todo por ella.

Tan solo continuó caminando hasta su lugar secreto, su lugar especial. Aquel lugar le recordaba a Jasper.

Tomó asiento sobre la mesa y miró el horizonte.

No lo juzgaba. Según lo que Alice le dijo, Castiel les había dicho a la familia que lo normal es que se fuera una semana. Con el paso de las semanas ya todos habían perdido la esperanza, incluso Cass, todos menos Jasper.

Lo extrañaba más que a nada en el mundo. No podía olvidar la última vez que lo miró, el miedo que tenía en sus ojos, su dolor al verla con el arma en su cabeza.

No sabía qué hacer, ¿enojarse porque se fue? Ella se fue primero, fue la que se voló los sesos frente a él.

¿Feliz? Claro que lo haría, lo extrañaba, lo necesitaba.

─ ¿Rose?

Reconoció esa voz. Se volteó al instante y cubrió su boca con ambas manos por la sorpresa.

No era una ilusión.

─ Jasper...

Habían viajado el resto de la familia de vuelta a Forks tan pronto les habían informado sobre lo sucedido. También cuando se habían enterado que su amada Rose estaba viva.

Ahora estaba ahí de pie estático. Imaginó tantos escenarios en su cabeza y ahora que estaba ahí... todo era diferente.

Sonrió cuando la vio correr hasta él. Ella estaba ahí. Tras horribles cuatro meses de dolor sin ella, ella estaba de vuelta. Incluso tuvo la sensación de poder volver a la vida.

Ella saltó y lo envolvió en sus brazos. Sin mucho esfuerzo la sostuvo en el aire mientras ella envolvía sus piernas en su cintura y ocultaba su rostro en su hombro.

Estaba de vuelta, se sentía completo. Rose estaba con él y eso era lo único que podía pedir.

banshee➨ j. haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora