X─ "Talvez"
Despertó dando una respiración profunda. Sintió sus pulmones llenarse de aire frío y casi al instante comenzó a toser. Pensó que todo había sido un mal sueño hasta encontrarse en una camilla en un lugar que desconocía, con el mismo vestido azul oscuro de el día anterior, ahora sucio, y sus rodillas raspadas. Su corazón comenzó a bombear con fuerza por el miedo, sus sentidos alertándose y los recuerdos volviendo tan claros como el agua.
─ Rose...
Se giró asustada, pero se tranquilizó al ver que se trataba de Bella. Ella estaba de pie a unos metros de su camilla.
Al reconocerla, se levantó de la camilla y caminó a paso rápido hasta ella envolviéndola en sus brazos. Tan pronto la castaña le correspondió el abrazo, comenzó a llorar con tanta fuerza como el día anterior. Habían pasado tantas cosas inesperadas y había descubierto tanto que sentía que moriría en cualquier momento.
─ Ey, tranquila ─ Le susurró Swan intentando calmarla ─ Todo está bien...
─ Nada está bien ─ Sollozó.
Bella solo la abrazó hasta que su llanto se detuvo y se calmó. Mientras limpiaba las lágrimas de su rostro, tomó asiento en la camilla notando así que estaba conectada a un suero. Observó el lugar con curiosidad viendo así grandes ventanales, a las afueras el bosque.
─ ¿Dónde estamos?
─ Te diré, pero promete que te mantendrás calmada ─ Exigió su amiga ─ Estamos en la casa de los Cullen.
Cullen, se repitió en su mente. Muchas cosas llegaron a su cabeza de golpe, como recuerdos y tantas ideas. Pensó en la historia de Jacob, en las palabras de James, en los argumentos de Jasper. No tardó en darse cuenta que no era solo Jasper, sino la familia completa de inmortales.
─ Bella, tenemos que salir de aquí ─ Dijo al instante.
─ No, Rose ─ Negó rápidamente ─ Los Cullen no son malos, ellos no nos harán daño, al contrario, intentan protegerte.
─ Tú lo sabes ─ Acusó ─ ¿Desde hace cuánto lo sabes?
─ No mucho, escúchame ─ Se acercó y tomó de las manos ─ Sé lo que debes estar pensando ahora mismo pero estas personas son buenas, no quieren dañarte ni asesinarte.
─ ¿Cómo estás segura de eso? ¿Acaso eres tú una de ellos?
─ ¿Qué? ¡No! ─ Negó ─ Rosabelle, debes creerme ─ Pidió ─ Ellos ni siquiera beben sangre humana, sino animal. Debes escucharlos, intentaron mantenerte fuera de esto pero ya es muy tarde.
Se mantuvo en silencio mirando en blanco, apretó sus lábios y contuvo las ganas de romper en llanto denuevo.
─ Tengo tantas preguntas.
─ Lo sé, pero no soy la indicada para responderlas ─ Su amiga suspiró ─ ¿Prometes escucharlo?
Lo dudó unos segundos.
─ ¿Cómo puedes estar tan tranquila? Tu maldito novio es un vampiro ─ Frunció su ceño ─ Me acabo de enterar que mis padres no son mis padres y que eran vampiros, que aquél hijo de perra los asesinó y me intentó asesinar a mi, que toda la familia misteriosa son vampiros, que el asesino de mis no-padres intentó beber mi sangre y que toda mi maldita vida ha sido una mentira, ¿cómo esperan que tome esto, Bella? No es fácil para mi, y estoy muriendo de miedo justo ahora.
La puerta fue tocada. En la entrada se encontraba Jasper de pie. Tan pronto lo vió, Rosabelle apartó su mirada observando algún punto fuera de la ventana.
─ Gracias, Bella, ¿podrías dejarnos solos?
Ante la petición, Rose se aferró a el agarre de las manos de su amiga para no dejarla ir, su corazón acelerándose. Bella le regaló una de sus débiles sonrisas haciendole saber que todo estaría bien, tras esto la pelirroja la soltó dejándola ir. De todas formas, no se atrevió a encarar a Jasper.
El rubio se acercó a unos metros y la observó en silencio buscando las palabras y el momento indicado para expresarlas.
─ No te haré daño ─ Fue lo primero que dijo ─ Ni yo, ni mucho menos mi familia. No lastimamos a las personas, de eso se trata nuestro clan.
─ ¿Cuándo pensabas decírmelo? ─ Preguntó, aún sin atreverse a mirarlo.
─ Nunca ─ Admitió.
Tras sus palabras, Rose dirigió su mirada a él aunque apenas pudo sostenerle la mirada unos segundos. Miró sus manos en su regazo sintiendo un nudo en su garganta, luego tomando valor y mirándolo a los ojos.
─ ¿Alguna vez pensaste en hacerme daño?
─ No ─ Mintió apartando su mirada.
Con la poca valentía que tenía, ella se levantó y se plantó frente a él a muy poca distancia volviendo a encontrar su mirada. Estaba enojada, pero también dolida.
─ No me mientas, Jasper ─ Demandó con enojo.
Intentó tomar su mano para calmarla, pero ella se alejó dándole la espalda y limpiando unas lágrimas rebeldes que se habían escapado de sus ojos.
─ Más veces de las que puedo contar ─ Se sinceró ─ Cada vez que te tenía cerca, cada vez que te sentabas a mi lado en clase, cada vez que sentía tu aroma, cada vez que me colaba en tu habitación...
Con sorpresa, ella giró a mirarlo con sorpresa. Otra información que se agregaba a la lista de recién descubiertas.
─ Por alguna razón jamás pude hacerte daño, me juré protegerte de todo, incluso de mí mismo ─ Dió unos pasos en su dirección, ella no retrocedió a pesar de sentirse intimidada ─ No me lo perdonaría jamás.
Se acercó aún más hasta estar frente a ella. Tomó su barbilla entre sus dedos y la obligó a levantar su rostro y mirarlo a los ojos. Tras esto, la tomó de la mano e intentó tranquilizarla.
─ ¿Recuerdas lo que te dije en Biología? Los vampiros también tenemos sentimientos, también fuimos humanos, también podemos sentir... ─ Juntó sus frentes y vió como ella cerraba sus ojos con fuerza ─ ¿Recuerdas ese "talvez"?
Kings apretó sus lábios y contuvo la respiración.
─ Soy la presa, Jasper, y tú eres el cazador.
─ También te dije que podría ser al revés ─ Recordó.
Abrió sus ojos y conectó su mirada con los ojos dorados de él. Lo miró con duda, con curiosidad, con miedo y con pasión. No sabía qué sentía, ni tan siquiera él podía saber qué era lo que sentía ella en ese momento.
─ No puedo solo con un "talvez" ─ Soltó ─ Jasper, necesito que me digas, ¿es eso un sí o es un no?
─ Es un sí, Rose.
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banshee➨ j. hale
أدب الهواةEl misterio cubre todo el pueblo de Forks, en especial la familia de los Cullen. Eso Rosabelle lo pudo comprobar tan pronto entró a la cafetería y vió a la familia completa. Sabía que había un misterio tras los ojos dorados de el chico que tanto le...