David

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Me siento en el cielo, si, como nunca antes. Sentir el calor de Kendrix es una maravilla, la sensación más hermosa que he experimentado en toda mi vida. Pero... No puedo. Por que? Porque Kendrix ha pasado por mucho, y yo no quiero lastimarla. Me odiaría con todo lo que soy si ella llegase a sufrir por mi culpa. Yo no se amar. Jamás he amado a nadie que no sean mis padres y mi hermana, pero con Kendrix es distinto. No sé si estoy hecho para una relación amorosa porque no se como hacerlo. Y si lo hago mal? Y si termino lastimandola cuando lo único que quiero es amarla? No... No puedo hacerle eso. Yo... Tengo que alejarme de ella aunque me duela en el alma.
Intento separar mis labios de los suyos pero ella no me deja, no entiendo por qué. Así que suavemente tomo su rostro y la aparto de mi. Ella sonríe traviesa y se acerca nuevamente a mi, pero la vuelvo a alejar.

-Kendrix, basta.

-Por qué? Que ocurre?- me pregunta confundida y triste.

-Lo siento, no debí besarte- le digo poniéndome de pie.

-Espera. Que?- pregunta con angustia.

Puedo ver en las lágrimas que están a punto de salir de sus ojos que le estoy rompiendo el corazón y me siento el imbecil más grande del universo.

-Fue un error, de verdad lo lamento- digo cabizbajo.

Ella sigue mirándome a la espera de que diga algo más, pero no lo haré. No sé qué más decirle. Cualquier otro comentario que haga la lastimara más.

-Tienes que practicar tu destreza con Anita, ella es excelente en eso. Y practicaras conmigo 2 veces a la semana por la mañana, ella te dirá los horarios. Con Anita 3 días a la semana. Y te uniras a los entrenamientos colectivos todos los días, desde las 4 de la tarde hasta las 8 de la noche.

Estoy encaminandome a la puerta cuando siento su mano en mi hombro intentando detenerme.

-Oye, no te entiendo. Que fue lo que pasó? Me estás besando y de repente te alejas de mi y me hablas como si nada hubiera pasado. Te das una idea de lo mal que eso me hace sentir?

-Solo me di cuenta de que es un error, nada más que eso. Adiós.

Me voy mientras las lágrimas caen de forma furiosa de mis ojos. Me odio por hacerla sentir mal, pero es mejor que ambos suframos un poco ahora y no que luego ella padezca por mi culpa.

-Espera! No puedes dejarme así.

No la escucho. Muy a mi pesar sigo caminando intentando no prestar atención a sus llamados. No es tan tarde, pero tampoco es temprano, así que decido irme a mi habitación. No quiero saber nada de nadie, no quiero hacer absolutamente nada, solo quiero estar acostado y si es posible, dormirme. Hace bastante que no duermo y creo que me vendría bien descansar un poco de mi mismo y de mis pensamientos, porque no puedo seguir así.

-Oye- dice alguien tomando mi brazo-. Acabo de saludarte y me ignoraste completamente.

Anita está mirándome con los brazos cruzados sobre su pecho y en su rostro hay una mezcla de preocupación con algunas otras emociones que no logro distinguir.

-Estoy bien, no te preocuopes. Como estas tu de tu brazo?

Luego del ataque en el que los vampiros se llevaron a Kendrix, a Anita tuvieron que ponerle un yeso en uno de sus brazos porque estaba fracturado, por esa razón ella no está entrenando de manera activa.

-Bueno, supongo que bien. Vengo de ver al médico y me dijo que en una semana más podrán sacármelo. El yeso y los cristales que me dio Sicca me han servido bastante. Según el médico he tenido una recuperación más rápida de lo normal así que en unos días podré molestarte de nuevo durante los entrenamientos- dice riendo.

Élite Carmesí [Jin X Jisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora