La Pista

45 4 1
                                    

Sigo internado y juro que siento que en cualquier momento me voy a volver loco. No quiero seguir postrado esperando a que me traigan noticias de Kendrix, las cuales se repiten una y otra vez: todavía no la encuentran.
Me memorice los horarios de salida y entrada de cada grupo de cazadores. Todos los días espero ansioso el momento de sus llegadas para saber si la encontraron o no, pero siempre recibo una negativa. Ha pasado un poco mas de una semana y ya estoy perdiendo las esperanzas. La lloro todas las noches, como si estuviera muerta. Intento contenerme pero es que ya no puedo con la tristeza y la impotencia.

-Jendren- dice mi padre interrumpiendo mis pensamientos.

-Papá! Volviste! La encontraron? Por favor, dime que si, ya no puedo soportar mas que me digas que no.

Mi padre me mira con un poco de tristeza y a mi se me rompe un poco más el corazón. Es entonces cuando descubro que tiene algo entre sus manos que aprieta con mucha fuerza como si tratara de ocultarlo.

-Que tienes ahí papa?- le pregunto señalando  sus manos.

-Nada de lo que tengas que preocuparte, hijo. Necesitas descansar.

-Si no es nada de lo que tenga que preocuparme dime qué cosa es.

El inspira profundamente y puedo ver como su mirada viaja por todos los rincones de la habitación. Eso es lo que hace siempre que debe decir algo delicado y no sabe cómo. Está buscando las palabras para decirme algo que no me va a gustar, lo se, mi corazón lo siente, porque se ha acelerado como lo hace cuando tengo miedo.

-Esto es...- se interrumpe a sí mismo-. Encontramos la guarida de los vampiros esta tarde.

-Por qué no me lo dijiste antes?! Donde está Kendrix? Como esta? Está herida? Ella...

-Estaba vacía- dice cortándome.

-Como dices?- pregunto sin aliento.

-No había nadie, ni nada. Pero si había sangre, por todas partes. No sabemos si es de ella o no. Hemos tomado unas muestras para saberlo, tendremos los resultados mañana por la mañana. También encontramos esto- dice tendiendome un sobre.

-Que es esto?- pregunto con voz temblorosa.

-Lo encontramos en la guarida. La traje porque tiene tu nombre en el sobre.

-Lo leíste?

-No, es para ti, yo no puedo leerlo.

Tomo el sobre que mi padre me tiende. Es un sobre de papel madera que tiene mi nombre escrito a mano en el dorso en tinta negra. Lo abro con mis dedos temblorosos y veo que se trata de una carta. Las palabras están garabateadas con una letra manuscrita extrañamente prolija y bonita.

-Leela en voz alta, hijo. Puede tener algo que nos sirva para encontrar a Kendrix o para saber qué fue lo que le pasó.

Yo trago saliva. No estoy seguro de si quiero leerla o no. Pero se que debo hacerlo, de lo contrario podría estar ignorando información de vital importancia para hallar a Ken. Tomo todo el coraje que cabe en mi cuerpo y leo:

"Hola Jendren, mi amor. Cuando recibas esta carta yo ya no estaré en el lugar donde me encuentro en este momento.
Antes que nada necesito decirte una cosa y es que no quiero que te sientas culpable por absolutamente nada. Se como sucedieron las cosas, estoy consciente de que intentaste impedir que me llevarán, se que estás herido y me duele el corazón por saber que el estado en el que te encuentras es debido a mi, por mi culpa. De verdad lamento no haber podido hacer nada mas, fui débil y lo reconozco. Siento que todo el esfuerzo que Anita y tu invirtieron en mi no valió de nada. Los desepsioné, lo lamento con toda mi alma.
Solo quiero pedirte una cosa. Por favor, no te olvides del lugar donde nos conocimos, porque es uno de los recuerdos más valiosos que tendremos en común. Si lo olvidas me perderás para siempre y yo a ti. Y creeme que lo último que quiero en esta vida es perderte.
Te amo y lo haré por siempre, volvamos a vernos o no.


Tuya eternamente, Kendrix."

-Esa muchacha es muy inteligente- dice mi padre tiendo.

Yo no suelo enojarme con mi padre, pero la posición en la que se coloca es irritante para mi. Como puede reírse cuando mi alma se está cayendo a pedazos?

-De qué te ríes?- le pregunto furioso-. Ella me escribe una carta de despedida y tu te ríes como si todo se tratara de una broma. Como puedes ser así?

-Cómo puedes tú ser así?

-Asi cómo?

-Tan cuadrado, tan ciego. Kendrix te escribió una carta en la que te da una pista fundamental de dónde está.

-De qué hablas?

-Está pidiéndote que no te olvides del lugar donde se conocieron y que si lo haces ambos se perderán mutuamente- dice.

-Papa, no entiendo nada. Puedes hablar mas claro?

-Abre la cabeza, hijo! Por favor analiza las cosas. En donde se conocieron Kendrix y tu?

-En la discoteca donde la salve.

-Es ahí donde está!

-Pero cómo?

-No lo sé. Quizás ellos la obligaron a escribir una carta de despedida, para que ya no la busquemos y se escondieron en un lugar tan obvio que pensaron que jamás revisáramos. Pero Kendrix lo descubrió e intentó escribirlo de manera disfrazada para que nadie se diera cuenta. Excepto tu.

Mi padre tiene razón. Soy un maldito cuadrado. En ningún momento se me pasó por la cabeza que el mensaje tuviera pistas del paradero de Kendrix. Mi corazón late fuerte, pero ya no de dolor, sino de emoción porque estoy lleno de esperanzas, porque se que mi amor está viva, yo lo siento y tengo que ir por ella, no puedo dejar que continúe sufriendo.

-Tenemos que ir a buscarla papá, ya mismo- digo mientras intento quitarme el suero que tengo clavado a mi brazo.

-No, no, no. Tu no vas a ningún lado, tu te quedas aquí porque todavía no te recuperaste del todo. Yo iré por ella.

-No! Ya fui lo suficientemente paciente. Hace una semana que estoy aquí postrado, esperando noticias de ella, llorando por pensar que estaba muerta. Ahora que se que esta viva no pienso quedarme aquí acostado. Quiero ir por ella, lo necesito.

-Está bien, preparate. Salimos en diez minutos.

Élite Carmesí [Jin X Jisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora