Élite Carmesí [Jin X Jisoo]

Resurgiendo

Me despierto con un rayo de sol entrando por mi ventana. Respiro profundamente, agradecido del descanso que pude tomar. Mi cuerpo se siente relajado y mi cabeza totalmente despejada.
Estiro mi brazo para estrechar a Kendrix, quiero tenerla cerca. Pero mientras tanteo las sábanas de mi cama, no encuentro su cuerpo. Abro mis ojos para ver donde está, pero no la veo. Mi corazón comienza a acelerarse por el miedo. A caso fue todo un sueño? Tan potente es mi imaginación como para haber imaginado su voz, sus gestos, todo sobre ella?

-Hola, mi amor- escucho que dice ella.

Cuando miro hacia el lugar de donde vino la voz, la veo sentada en el piso con varios libros a su alrededor. Le sonrío con ternura, totalmente aliviado de saber que todo fue real y que no imaginé absolutamente nada.

-Hola preciosa- le digo con cariño mientras me levanto de la cama-. Qué estas haciendo?

-Bueno, aunque lo intenté, no pude dormir. Solo pude dar vueltas en la cama, así que luego de un rato me escabullí a la biblioteca y tomé todos estos libros.

-Sobre qué son?

-Sólo me informo un poco más sobre los cristales y sus propiedades. En mi estadía aquí he escuchado mucho sobre ellos y también los tuve que utilizar, pero aún así, no sé todo lo que quisiera.

-Y averiguaste algo interesante?

-La verdad si. Encontré la forma de utilizarlos de otras maneras que no son incluyéndolas en armas.

-Y por qué querrías usar algo que no sea armas?- pregunto con curiosidad.

-Porque sé que mi madre planea algo grande. Ustedes lograron reducir bastante sus números, pero la cosa no se quedará así. Mi madre encontrará la forma de agrandar su ejército. Transformará más humanos en vampiros y esta vez, no deberemos enfrentarnos a cien o doscientos vampiros como en la batalla pasada.

-Qué quieres decir?

-Serán cientos, tal vez miles de vampiros. Y nosotros no podemos igualar esa cantidad de guerreros. Muchos integrantes de la Élite están heridos de gravedad, lo sé, lo he escuchado anoche mientras me escabullía a la biblioteca. Otros están muertos. Necesitamos alternativas que no sean armas, opciones que nos permitan controlar masas. Que podamos detener no a uno, sino a diez o más vampiros a la vez. Me explico?

-Y es eso posible?- pregunto totalmente desconcertado.

-Yo pensaba que no. Pero según lo que estuve leyendo, si. Necesito algunos cristales específicos y debo aprender a pronunciar el rumano. Es una especie de magia. Se invocan poderes como si fueran hechizos. Pero todo está en rumano, no lo entiendo, por eso debo aprender antes.

-Bueno, Sicca es la que más sabe del idioma. Es una de las pocas personas del pueblo que aún recuerda y recita el rumano. Podemos hablar con ella para que te enseñe.

-Me parece perfecto. Podemos ir ahora?- pregunta emocionada.

-Podemos, pero deberás quedarte con ella a solas.

-Por qué?

-Porque debo ayudar a enterrar los cuerpos de los caídos, será un trabajo duro y no se cuánto tiempo me tardaré.

-Déjame ir contigo, yo puedo ayudarlos- dice ella tomando mis manos.

-Estás segura? No quiero desviarte de lo que quieres hacer.

-Tranquilo, tengo tiempo para hacerlo. Mi madre no reclutará los vampiros necesarios en cuarenta y ocho horas.

-Entonces vamos- le digo sonriendo-. Pero antes debemos hacer una cosa.

-Qué cosa?

-Hay dos personas que lloraron tu muerte tanto como yo y merecen saber que estas viva. Será una alegría en un día tan triste.

-Quiénes son?

-Mi hermana, Roxy y tu padre.

Ella me mira con una mezcla de alegría y agobio. Y sin que me diga nada puedo entender por qué es. Desde pequeña ha vivido sin un padre y con una madre cruel, debe estar muy nerviosa por conocer a su papá. Y más adelante conocerá también a sus hermanos, serán muchos nervios con los que tendrá que lidiar, pero estoy seguro de que todo será para bien. Por fin tendrá una familia que la respaldará y estará siempre para ella, una familia de verdad.

-Y mis hermanos? Mi madre dijo que tuvo dos hijos con mi padre antes de que yo naciera. Los conoces, verdad?

-Si, tus hermanos. Lucas y Daniel. Daniel trabaja en el centro de control con Roxy y Lucas es uno de los mejores alquimistas de la Élite. Probablemente Lucas pueda ayudarte a conseguir los cristales que necesitas para comprobar lo que encontraste.

-De verdad?- suspira contenta- Me emociona tanto poder conocerlos... y a mi papá... Por fin podré tener una familia, alguien que me quiera de verdad, además de Roxy y tu, claro, que me han acogido como parte de la suya desde que los conozco. 

-Y mi padre también.

-Por qué lo dices?

-Porque es la verdad. El se encargó de buscarte por todos lados mientras yo estuve inconsciente e incapacitado en una cama de hospital. Organizó el mismo el rescate que luego terminó en tragedia. Estaba sumamente preocupado por ti y muy interesado en ayudarme a encontrarte.

-En cuanto pueda verlo se lo agradeceré- dice sonriendo con un gesto de agradecimiento-. Tengo demasiado que hacer. Pero me alegra, porque en mi búsqueda por nuevas formas de pelear contra los vampiros podré conectarme con uno de mis hermanos, es una oportunidad que no pienso desaprovechar.

-Entonces no perdamos mas tiempo y vayamos a buscar a mi hermana y a tu padre. 

Así que me visto decentemente lo mas rápido posible y nos alistamos para salir de la habitación, pero nos interrumpen violentos golpes en la puerta.

-Jendren, despierta!- escucho que grita la afligida voz de Hugo- Ocurrió algo terrible, despiertate, por favor!

Con algo de temor me acerco rápidamente la puerta y me encuentro con un sudoroso y asustado Hugo.

-Qué sucedió?- pregunto.

-Alguien se robó el cuerpo de mi hija. Fui con mis hijos a esperarte junto a su lecho, pero ya no estaba ahí. Debemos hacer algo.

-No se preocupe, todo está bien- le digo para intentar tranquilizarlo.

-De qué hablas? Alguien se robó el cuerpo de mi hija!

-No es así, ella...

-Aquí estoy, papá- dice Kendrix acercándose.

Hugo se queda boquiabierto y con los ojos a punto de salirsele de las cuencas. Pero luego hace un esfuerzo por recomponerse, se nota. Se acerca un poco más a ella, para corroborar que lo que está viendo es verdad.

-Rini? Eres tú? Estás viva?

-Soy yo, papá- le responde sonriendo.

Hugo se paraliza. Su cuerpo se tambalea y sin previo aviso, sus piernas se doblan y cae desmayado al piso.