Élite Carmesí [Jin X Jisoo]

Anita

Cuando mi padre me contesta eso me quedo en shock. Jamás se me hubiera ocurrido que me dijera que si tan rápido, pero supongo que al ver lo desesperado que estoy por encontrarla decidió concedermelo.

-Apresurate, le diré al doctor que te saque el suero, ni pienses en arrancartelo.

-Está bien- le digo asintiendo-. Gracias.

Mi padre me dedica una sonrisa y luego se retira de la habitación. Unos minutos después viene el doctor a la habitación, me saca el suero y me da unas cuantas recomendaciones que escucho vagamente.

Roxy entra a la habitación para dejarme ropa roja, mi uniforme de soldado. La veo mal. Está muy agitada. Se ve sumamente preocupada y yo nunca la había visto así. Evidentemente no soy el único que se encariño con Ken. 

-Aquí te traigo ropa, hermanito- dice  apresuradamente.

-Por qué estás tan agitada?- le pregunto.

-Porque tengo miedo del estado en el que podamos encontrar a Kendrix, si es que logramos encontrarla.

-Lo sé, yo también tengo miedo. Pero llevo días pensando que está muerta y ahora que se que no lo está quiero hacer hasta lo imposible para aferrarme a la esperanza más pequeña que se me presente.

-Y si llegamos demasiado tarde?

-No lo haremos. La encontraremos. Y volverá a estar conmigo, como siempre debió ser.

-De verdad eso espero- dice abatida.

Yo abrazo a mi hermana. No sólo porque sé que lo necesita, sino porque yo también lo necesito. Tengo que juntar fuerzas porque no sé con qué nos encontraremos. Pero quiero pelear. Por ella y por mi gente. No me rendiré. Mi único miedo es perder a Kendrix. Pero no le tengo miedo a ellos. Y si debo morir para terminar con ellos lo haré, estoy listo.

-Roxy, necesito preguntarte algo.

-Si, dime. Que quieres saber?

-Sabes algo de Anita? Ella estaba allí cuando nos atacaron y no he sabido nada de ella desde que estoy aquí.

Ella frunce su labio con tristeza y mi corazón se acelera por la preocupación. Acaso le paso algo malo y nadie me lo dijo sabiendo lo importante que ella es para mi.

-Ha estado internada porque fue brutalmente atacada. Nadie sabe su estado porque no dejan entrar ni siquiera a sus propios padres.

-Está grave?- pregunto preocupado.

-No lo se hermanito, quisiera poder darte una respuesta, pero no lo se.

-Por qué no me habían dicho nada sobre ella antes?

-Porque sabemos que es amiga tuya y que es especial para ti. El doctor nos recomendó que no te diéramos mas noticias que pudieran afectarte negativamente y ya tenías demasiado con lo de Kendrix.

Lo entiendo. Me molesta un poco porque me hubiera torturado un poco menos la cabeza si hubiera tenido claro que Anita seguía viva. Pero si comprendo por que lo hicieron y lo respeto. También agradezco que se preocupen por mi.

-Está bien. Ve con los demás, voy en un minuto- le digo sonriendo.

Ella asiente y se va de la habitación. Yo intento no pensar, simplemente me cambio rápidamente y luego me voy a la sala de armas. Tomo mis espadas dobles, en las que confío plenamente para afrontar esta misión que es tan difícil y delicada. Luego me volteo y veo la vitrina en donde se guardan la mayoría de las armas de fuego. Y recuerdo la última vez que vi a Ken. Se veía tan bonita y poderosa destruyendo cosas con sus pistolas y entrenando, lucía imparable. Pero no contábamos con que vendría una horda de vampiros a llevársela a la fuerza. Pero la traeré de vuelta y llevare dos de estas armas para ella. Tomo dos pistolas de cañón ancho y las llevo conmigo. Kendrix las necesitará cuando la ayudemos a escapar, se que de ninguna manera querrá huir sin pelear.

-Jendren?- me llama la voz de Anita.

Yo me volteo y la veo recargada al lado de la puerta observándome. Me acerco a ella y la abrazo. En estos días si bien he estado muy preocupado por Kendrix, también he pensé mucho en Anita. Ella es mi amiga de toda la vida, aprendimos a pelear juntos. Y no he sabido nada de ella. Ella estaba allí en el momento del ataque y se que cualquier cosa le pudo pasar. Roxy ya me había dicho que estaba internada al igual que yo, pero no dejaban que nadie entrara a verla, por eso no se sabia absolutamente nada de ella.

-Anita cómo estas?

-Bien. Con heridas de guerra por todo mi cuerpo, pero estoy bien.

-Me alegro de que estés bien. Estaba muy preocupado por ti.

-Lo siento amigo.

-Por qué? Qué sucede?- pregunto sin comprender.

-Porque se la llevaron por mi culpa.

-De que hablas Anita?

-Estaba entrenando conmigo cuando nos atacaron. Yo intenté defenderla como pude, pero dos vampiros se abalanzaron sobre mi y bebieron mi sangre. Ya no pude ayudarla despues de eso porque perdí la conciencia.
"La razón por la que estuve internada es porque estuve a punto de desangrarme por culpa de esos mordiscos. Y se que es mi culpa que se la hayan llevado. Si hubiera sido mas cuidadosa, mas fuerte para aguantar y me hubiese concentrado en pelear, Kendrix aún estaría aquí, por eso te pido perdón".

-No seas tonta, no es tu culpa. Hiciste todo lo que estuvo en tus manos para ayudarla. Y resultaste herida por eso. Diste todo de ti y más, así que no te arrepientas, porque no tienes nada por lo que arrepentirte.

-Te agradezco que pienses eso, de verdad. Pero hasta que no encontremos a Kendrix y me asegure de que está bien me seguiré sintiendo culpable.

-Enronces apresurémonos para que la encontremos de una vez.

Ella y yo salimos al jardín de rosas rojas, que es donde todos están agrupados. Supongo que Anita y yo somos los únicos que faltaban.

-Bien, ya saben que lo principal es encontrar a Kendrix. Es más que seguro que nos encontremos con muchos vampiros allí. Incluso es probable que cuando lleguemos allí no veamos en su nido. Así que deben ser cuidadosos y estar muy atentos- dice mi padre con voz firme-. Ahora, quiero que todos vayan a sus motos. Mi hijo nos guiará hacia el lugar donde pensamos que está nuestra compañera. Andando!

Yo no tenía idea de que debería guiar a todos hacia el lugar, pero me parece lógico, porque fuimos pocos los que estuvimos en ese lugar en primer lugar. Y no me molesta liderar esta misión, porque es muy importante para mi. Así que me subo a mi moto y la pongo en marcha. Avanzo seguido por la mayoría de mi pueblo, los guerreros que me ayudarán a traer a casa con vida al amor de mi vida.