DOS

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Muchos están convencidos de que al momento de perder a tu pareja, puedes salir adelante sin demasiado problema. E incluso muchos lo logran. Muchos incluso tienen citas con más personas para encontrar a alguien más. Muchas personas hasta encuentran de nuevo el amor. Muchas personas pueden casarse felices después de perder a su pareja.

Muchas personas superan la muerte de las personas que más amaron. Y mis preguntas en esos casos eran: ¿Cómo lo hacían? ¿Cómo podían hacerlo? ¿Cómo?

¿Cómo ellos podían hacerlo si yo nunca pude volver a mirar a nadie con ojos de amor?

Nunca pude volver a perder el aliento por la mirada fija de alguien sobre mí. Nunca pude soltar una carcajada tan fuerte por nada. Nunca pude sonreír con ternura ante alguien que estornudaba o simplemente hablaba, simplemente existía. Nunca pude bailar con nadie con nuestras frentes pegadas de nuevo. Nunca pude superar a Temo.

Realmente no pude.

Mis ojos están hinchados, mis manos están frías y mi cuerpo no siente nada. Hace un año que no siento nada. Hace un año que mi brillo se esfumo.

Hace un año que Temo se fue.

El día de hoy vuelve a ser 12 de Mayo, y como lo saben, es el aniversario de muerte de Temo. Es el aniversario de nuestra muerte.

Estoy sentado sobre mi sofá, simplemente respirando, simplemente mirando la televisión apagada, mientras escucho de fondo la canción que Temo bailaba mientras hacia nuestro desayuno un día después de casados.

Recuerdo ese día.

Recuerdo el aroma que me cubrió al salir de nuestra habitación y mirarlo mover las caderas con gracia. Recuerdo sonreír como imbécil y asustarlo al abrazarlo por la espalda. Recuerdo lo bien que se sintió su cuerpo encajar en el mío. Recuerdo el sonido armonioso de su risa al darse cuenta de que era yo. Recuerdo el peso de su cabeza sobre mi hombro. Recuerdo la sonrisa que le regale y la sonrisa que me dio a cambio. Recuerdo la canción que sonaba de fondo.

Recuerdo lo feliz que fui en ese momento.

Recuerdo lo feliz que era con él.

Recuerdo que Temo era mi sinónimo de felicidad.

Mi teléfono suena, sacándome de mis pensamientos y recuerdos. Aquellos en donde prefiero vivir desde hace un año. Pues son los únicos en donde Temo está presente.

-¿Hola? -contesto con voz baja, realmente no tengo ganas de hablar con alguien. No ahora. Dudo mucho querer hacerlo algún día.

-¿Ari? -reconozco esa voz al instante, se trata de Daniela.

-¿Qué sucede? -pregunto con desinterés.

-Solo... quería saber cómo estas. -la voz de Daniela me dice mucho más de lo que cree; y es que está tratando de acercarse.

Siempre ha sido así desde que Temo se fue.

Toda mi familia trato de estar cerca, pero yo no los quería cerca. Yo realmente no quería que nadie me dijera que todo iba a estar bien, ni mucho menos que me prometieran que podía salir adelante solo. Ni que lo iba a superar, y que podría encontrar a alguien más.

Porque no.

Sin Temo no podía. Sin Temo nada estaba bien. Nada.

Sin Temo yo no iba a estar bien. Sin Temo no podía salir adelante. Sin Temo no podía estar con nadie más. Porque por el amor de dios, yo nunca estuve con nadie que no fuera Temo. Yo nunca desee besar a nadie que no fuera Temo. Yo nunca quise tomar la mano de nadie que no fuera Temo.

Welcome to our new life || Aristemo. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora