Welcome to our new life || Aristemo. [Terminada]

CAPITULO EXTRA

¡Muchas gracias por los 1k seguidores en Wattpad! 🥺❤️

Espero que les guste mucho este capítulo extra, el cuál pidió intxrgxlxctxcx, agradezcanle a ella. 🤗❤️

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Hace mucho frio. Ese era el pensamiento de Ari y Temo, mientras el taxi se acercaba cada vez más rápido a su destino. O tal vez no iba más rápido. Tal vez eran sus corazones los que se aceleraban con cada segundo que pasaba. Tal vez eran sus manos entrelazadas las que se apretaban con mayor fuerza con cada kilómetro que el auto recorría. Sí, eso en realidad era muy probable, tomando en cuenta a donde estaban por llegar.

Temo miraba el rostro de Ari con sumo cuidado. Desde su lugar en el hombro del chico, podía verlo sin que Ari lo mirara de vuelta, y eso servía mucho en ese momento, pues Temo sabía que Ari se estaba muriendo de nervios aunque dijera lo contrario. Durante toda la semana Temo intentaba decirle que estaba bien si no estaba listo, que estaba bien si al final decidía no venir. Ellos estaban bien sin necesidad de aquello. Sin embargo, Aristóteles, tan necio como lo era siempre, había insistido en que era necesario, y que él estaba listo. Ojala pudiera esconderlo mejor de Temo.

Pero no podía. Porque Temo era su alma gemela, y sabía perfectamente que estaba mintiendo.

Pero igual no había dicho nada, porque sabía lo que aquel lugar significaba. Incluso para él, aquel lugar significaba un sinfín de cosas. Cosas que le tenían con el pelo de puntas, y con el corazón tronando fuertemente. No tenía que pensar demasiado para saber que para Ari, aquel lugar significaba aún más cosas todavía.

A su lado, un pequeño ronroneo se escuchó, haciendo que tanto Ari como Temo giraran la cabeza. Encontrándose con Pequitas. Un pequeño gatito negro que habían encontrado en la carretera horas antes, y que habían decidido adoptar, pues no habían tenido corazón para dejarlo ahí solito. Solo esperaban que su actual mascota, el cual era un perro labrador, llamado Apolo, lo aceptara con calidez. Su pequeño perro era un poco consentido, le haría bien tener un hermano menor.

—Ya llegamos, jóvenes. —dijo el taxista, sacándolos de su pensamiento cálido. Ambos miraron al frente para encontrar algunos autos, y dos camiones estacionados en la entrada del gran terreno. Sus corazones se descontrolaron aún más, y sus manos se aferraron con mayor fuerza. Hasta Pequitas maulló, sonando tan asustado como ellos.

Tragaron duro, y salieron del auto.

—Los espero ahí, atrás de ese carro. ¿Solo una hora, verdad? —pregunto el Señor, hablándoles desde la ventana.

—Sí, solamente tardaremos una hora. —dijo Temo, asintiendo, mientras abrazaba a Pequitas en su pecho.

—Está bien. Nada más no se le olviden sus flores al otro joven.