DIECIOCHO

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Me miró al espejo que está frente a mí, mientras muerdo mi labio de manera nerviosa, no puedo creer que esté aquí, y que este aquí por las razones por las que estoy. Es increíble.

Pero es que no pude evitarlo, desde que Ari entro a su departamento, luciendo tan atractivo como lo hacía. Con sus rizos desordenados y sus labios hinchados, no pude dejar de pensar en que no quería dejarlo solo con ese chico que claramente gusta de él. La manera en que me habló y su estúpida manera de decir que "era hora de dormir", como si pudiera engañarme, me lo confirmaron.

Por eso no lo pensé dos veces antes de tomar mi pijama y venir aquí, después de tomar un baño, obviamente.

El rostro de Ari al verme fue de absoluta sorpresa, pero también de ternura, y eso me dio un poco más de valor para decir aquello. Tratando de tranquilizarme un poco, porque en serio no puedo creer que esté haciendo esto, salgo del baño.

Ari está en la cocina, preparando algo para mí, pues le dije que no había cenado nada, y para él eso es inaceptable, así que no dudo en hacerme algo para comer, es tan tierno. Me sonríe cuando me ve regresar, sé que está sorprendido, pero a la vez puedo notar su diversión por mis acciones, por lo que el que esté sonrojado no es nuevo, ni mucho menos extraño. A su alrededor el sonrojo es natural.

Le devuelvo la sonrisa, mientras camino y me siento en el desayunador, mirando como busca un plato para poner lo que sea que acaba de cocinar. Sin poder controlarlo, miro hacía el pasillo, pues es obvio que Mario sabe lo que está pasando aquí, aún recuerdo la mirada completamente amarga que me dio antes de meterse a la habitación de visitas, lástima que no me importo en lo mínimo.

—Debe estar dormido ya. —dice Ari, haciéndome mirarlo, me sonrojo a más poder al notar que me vio buscando a Mario, suelta una pequeña risa, y pone el plato frente a mí, con lo que parece ser un sándwich de pollo. —Mientras estabas en el baño vino a decirme que iría a dormir, y luego escuché como cerró la puerta con seguro.

Bueno, al menos realmente se fue a dormir, y no a tratar de seducir a Ari, porque a mí no me engaña, sé perfectamente lo que estaba tramando, la sonrisa que le dio a Ari me lo dijo todo, y aunque estoy seguro de que esté no caería por él, ni de broma, la sola idea de ese chico entrando a su habitación de noche, me revolvió el estómago.

—Que bien. —respondo, dándole un mordisco al sándwich, sí es de pollo, y sabe delicioso. —Muchas gracias. —le sonrió de lado, tratando de ignorar la manera tan intensa en que me mira. —Está muy rico.

—Qué bueno que te guste. —me devuelve la sonrisa, solo que sigue estando divertido. —Entonces, ¿me dirás por qué quieres dormir conmigo exactamente hoy? —abro la boca para responder, pero él continúa—No me malinterpretes, me encanta. Siempre eres bienvenido a dormir conmigo. —me sonrojo nuevamente— Pero eso no quita que esta noche no lo estás haciendo por la misma razón que ayer.

Me quedo en silencio un segundo, para después morder el sándwich como excusa, esto comienza a ser vergonzoso. Ari me mira con una sonrisa divertida, y entiendo que sabe perfectamente porque vine, pero aun así quiere que se lo diga. Y yo aun así no quiero aceptarlo frente a él.

—Si piensas que estoy haciendo esto porque el chico es demasiado raro, estas equivocado, últimamente no he podido dormir bien, por eso vine.

—Por lo que recuerdo, estos días has dormido como un bebé. —dice, con una sonrisa que ha dejado de ser divertida, ahora es tierna. Muerdo un poco más de sándwich. —Pero está bien, si no me quieres decir, puedo aceptarlo. Supongo que estar celoso no es algo que le guste a nadie.

Welcome to our new life || Aristemo. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora