CINCO

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La habitación tenía un aire acogedor. Incluso la luz que entraba por la ventana del lugar se veía luminosa y cálida. Sin contar que el aroma dulce y hogareño que se adueñó de mis fosas nasales me hizo sentir realmente cómodo. Era un buen lugar, me sentía bien ahí, me sentía como si... Como si perteneciera.

Entonces, ¿soy tu mayor sueño? –pregunto con voz suave.

Digamos que lo eres... –susurre con los ojos aun cerrados.

Hacía un poco de frio, pero por alguna extraña razón durante esta clase de sueños, me sentía más cálido que nunca. Sin contar que el hecho de tener mi cabeza descansando sobre ese pecho cálido, mientras sentía como baja y subía con cada respiración que daba; ya lo hacía mejor. Mucho mejor. 

Tú eres mi magia. –dijo en voz baja, haciéndome abrir los ojos.

Siempre dices eso. –sonreí y subí la mirada, rezando porque esta vez; como siempre, pudiera ver más que sus ojos.

Pero no.

De nuevo, solo sus ojos color miel. Solo su mirada profunda y sus pupilas dilatadas.

Supongo que debía haberme acostumbrado para este punto, pero es bastante raro siempre recordar solo eso al despertar, no es lindo. Es frustrante. Demasiado.  Al igual que es frustrante no pensar para nada antes de hablar, en esta clase de sueños, siempre es así. 

Ni puedo ver su rostro, ni puedo controlar lo que digo, es como si fuera un expectante en vez de ser el chico que habla. Lo raro es que... la voz que escucho, suena realmente como la mia.

Es porque lo eres... -susurro para luego dejar un pequeño beso en mi frente. Beso que no debió sentirse tan real.

Después de todo no lo era. Nada de esto era real. Nada.

Un silencio se dio después de esas palabras.

"Su magia"

Me gustaba eso. Me gustaba muchísimo. Pero no lo entendía, no era como si esto fuera real. No era como si sus caricias en mi espalda desnuda fueran reales. No era como si sus besos en mi rostro y cuello fueran reales.

Pero sobre todo, no era como si sus ojos color miel fueran reales tampoco.

Te amo, Tahi -dije mirándolo fijamente, y ya no era tan sorprendente sentir mi corazón real latir con entusiasmo. Ya ni siquiera me sorprendía el hecho de que esa palabra desconocida se sintiera tan cómoda saliendo de mis labios. —Estoy orgulloso de ti...

Y de nuevo, abro los ojos antes de decir su nombre.

Mis ojos miran un momento el techo de mi departamento, tratando y fallando de darle un sentido a los sueños que he tenido desde que tenía 15 años, pero como siempre, nunca puedo.

Y así como no puedo darle un sentido real, tampoco puedo evitar sentirme  frustrado cuando aquel chico de ojos color miel aparece en estos, dejándome sin aire, y con el corazón martillándome fuertemente. No lo recuerdo. No lo he visto nunca.

No lo conozco. Y dudo muchísimo hacerlo algún día.

Esta vez su voz sonaba más gruesa. Esta vez sus ojos se veían más brillantes. Esta vez su caricia se sentía más profunda, más cálida. Más real.

Respiro profundo, definitivamente fue diferente. Muy diferente. Algo se sintió extraño. ¿Pero qué? ¿Exactamente que fue lo raro?

La alarma en mi teléfono fue lo que me hizo pegar un pequeño brinco. Dios, estaba tan sumido en mis pensamientos que ni siquiera note que ya había amanecido.

Welcome to our new life || Aristemo. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora