DIECISÉIS

1.1K 173 151
                                    

•••

Celos.

Sinceramente, nunca sentí una real emoción de esa magnitud, como para llamarla de esa manera. Pero definitivamente lo que sentí al ver al tal Mario, mirándonos de esa manera, y pidiéndole una explicación a Ari, se sintió tan fuerte como eso.

No me gusto la manera en que me miro, ni mucho menos me hizo sentir cómodo el hecho de que parecía querer fulminar con la mirada las manos que sostenían mi cintura. ¿Qué diablos le pasaba? No lo conozco realmente, pero sin duda, ese tal Mario, no me agrada, ni un poco. Su rostro apuesto tampoco, ni mucho menos la manera en que tomo el brazo de Ari cuando al fin tuvimos que separarnos, pues Diego llamo justamente en ese momento, al teléfono de mi departamento, así que tuve que dejar a Ari, y volver adentro, fue demasiado molesto.

Lo único bueno, es que cuando regrese a cerrar la puerta, Ari seguía ahí, esperándome. Y en cuanto me tuvo cerca, no dudo en robarme un beso de despedida, que duro mucho más que un simple pico. Que lastima que el tal Mario estaba esperándolo en ese momento dentro de su departamento, porque me hubiera encantado verle la cara de molestia nuevamente. Realmente me irrito su presencia.

—Temo... —dice Diego, sonando sorprendido, pero no le hago caso, y me sigo asomando. —¿Eres tú, verdad? —no respondo, no tengo tiempo para hablar con Diego de esto, no entiendo porque Ari metió a ese tipo a su departamento, ni mucho menos porque han estado ahí más de una hora, pero no me agrada nada. —Mati, ¿estás viendo lo mismo que yo? —le pregunta a Mateo, quien debe estar a su lado.

—Sí. —responde este. —¿Qué está pasando aquí? y ¿por qué soy el último en enterarme?

—Al parecer Temo se volvió loco en estos días sin vernos, amor. —responde el rubio, sonando extrañado. —No puedo creerlo, realmente está pasando...

—¿De qué hablas? —Mateo suena demasiado confundido para este punto.

—Temo... —dice mi mejor amigo, sonando realmente sorprendido. —Está celoso.

Celos.

Sí, definitivamente esa suena como una razón bastante coherente tomando en cuenta que llego una hora mirando por el picaporte de mi puerta, esperando que Mario se vaya de una vez del departamento de Ari, porque la sensación de molestia no se va desde que supe que entro, y no me gusta. Para nada.

—¿Temo celoso? —pregunta Mateo, genuinamente asombrado. —¿Por quién? Creí que había terminado con Jerry.

—Amor, ya te había dicho que Temo tenía un pequeño flechazo por su vecino. —responde Diego, explicándole a su esposo como a un niño pequeño, lo cual es bastante gracioso, pues Mateo siempre se ha visto mucho más grande que Diego. —O eso era al menos la última vez que lo vi. Temo, ¿Podrías explicarme que está pasando?

Evito rodar los ojos, y simplemente volteo, encontrándome con mi mejor amigo, y su esposo, mirándome con los brazos cruzados y caras de confusión. Parecen mis padres cuando me preguntaban por algo. Aunque ahora que lo pienso, desde que Diego y Mateo comenzaron su relación, ha sido de esa manera.

Suelto un suspiro, y me convenzo de que es momento de hablar con ellos, porque ni siquiera yo entiendo todo lo que pasa por mi mente estos días. Solamente espero que no me golpeen con algo, pues el detalle de haber tenido sexo con Ari, es algo que definitivamente no haría nunca, si es que en ese momento lo hubiera pensado bien, pero tampoco es algo de lo que vaya a arrepentirme, realmente ame cada segundo, de esa primera vez, hasta incluso la última.

Pasando a su lado, me dirijo hacia el sillón, con su atenta mirada sobre mí, para luego dejarme caer sobre este, y hacerles una seña con la cabeza para que se sienten enfrente, lo cual hacen, mirándome exactamente igual que cuando llegaron hace media hora.

Welcome to our new life || Aristemo. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora