Capitulo14

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Hacía ya cinco semanas que había llegado a Londres; cinco semanas desde que trabajaba en "The Whiteboard", cinco semanas viviendo con Sebastian; cinco semanas increíbles. Al principio, había creído que se le pasaría, que ella y él sólo serían amigos. Nada más lejos de la realidad.

Durante esas cinco semanas, habían compartido muchas cosas. Cada noche, después de cenar, se quedaban hablando, recordando sus aventuras de cuando eran pequeños, o contándose cosas que ninguno de los dos había contado nunca antes a nadie. Luego, cada mañana, iban a trabajar juntos, y a la hora de salir, si Sebastian tenía que quedarse hasta más tarde, la llamaba para que se fuera con Robert o con otro de sus compañeros. Nunca dejaba que se marchase sola. Los fines de semana eran aún «peor». Sebastian la había llevado al teatro, a cenar con sus amigos, al cine. Le abría las puertas de los taxis, le decía lo guapa que estaba y, de vez en cuando, le daba la mano o le acariciaba la mejilla. Pero nada más. Si seguía así, _______ iba a volverse completamente loca.

Trabajar en el mismo sitio y compartir piso ya era de por sí difícil de sobrellevar, pero si a eso le sumaba lo encantador que estaba cuando salían por ahí juntos, la cosa rozaba ya la tortura.

_______ recordaba como especialmente «dolorosa» la noche del pasado sábado, cuando Sebastian la sorprendió con dos entradas para la ópera. La Royal Opera House estaba muy cerca de su piso, y era un edificio precioso que justo acababan de restaurar. Conseguir entradas para cualquiera de los espectáculos que allí se ofrecían no sólo era muy difícil, sino también carísimo. Cuando le preguntó cómo las había obtenido, él se limitó a responder que eso no era asunto suyo y que lo único que ella tenía que hacer era disfrutar del concierto.

_______ no se acordaba de cómo se había vestido ella esa noche, pero nunca olvidaría lo atractivo que estaba él, con su traje oscuro y sus gafas. Sebastian era miope y siempre llevaba lentillas, pero esa noche estaba demasiado cansado como para ponérselas, por lo que optó por llevar las gafas.

Durante el concierto, él le susurraba al oído sus comentarios. De todos es sabido lo educados que son los ingleses, y hasta qué extremos son capaces de llegar para no molestar a los demás, pero saber eso no evitaba que a _______ se le pusiera la piel de gallina cada vez que él se le acercaba.

Lo peor de todo fue cuando, al finalizar la ópera, fueron a tomar una copa con sus amigos. Robert, Amanda, su hermana Rachel, Anthony y Monica estaban en un local a unas cuantas manzanas, y de camino hacia allí, Sebastian la rodeó con el brazo; según él, para evitar que se cayera con los tacones que llevaba, pero _______ no acabó de tragarse esa excusa. Casi todos los días llevaba zapatos de tacón, y él no se preocupaba tanto. Tan pronto como cruzaron la puerta del local, él la soltó, respiró hondo (cosa que hacía cada vez más a menudo) y fue a charlar con Robert. _______ se acercó a Amanda para hacer lo mismo, pero Anthony la interceptó, se sentó a su lado y, con sus bromas y piropos, logró que se sonrojara. Era incorregible; incluso la convenció para que bailara con él un par de canciones. Lástima que al final de la segunda Sebastian decidió que había llegado el momento de regresar a casa y, sin ningún tacto, tiró de ella hacia la salida.

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Todas las noches, antes de dormirse, _______ intentaba hacer un recuento al día para ver si lograba averiguar lo que de verdad pretendía Sebastian: había veces en que llegaba a la conclusión de que él sólo quería que fueran amigos, ¿Por qué si no para que le habría estado hablando de la guapa periodista que había conocido unos meses atrás en París? Pero había otras noches en las que estaba convencida de que él también quería algo más, ¿A qué venían si no esas caricias y esas miradas? ¿O ese instinto de protección que al parecer tenía hacia ella?

— ¿Te apetece ir a cenar hoy con mis amigos? —preguntó, sacándola así de su ensimismamiento.

Era viernes y seguro que sus amigos habían reservado en algún sitio genial.

Nadie Como Tú - Sebastian Stan y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora