Capitulo 52

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Entró en el edificio como un autómata y se dirigió al ordenador de _______. Esa planta ya estaba vacía, todos se habían ido. Mejor. Sebastian no quería que nadie viera lo que estaba a punto de hacer. Encendió el ordenador, él conocía las contraseñas; un día, _______ le contó que era tan despistada para esas cosas, que utilizaba la misma para todo.

Miró los archivos y no vio nada que demostrara sus sospechas. Empezaba ya a sentirse avergonzado por haber desconfiado de ella, cuando se dio cuenta de que no había comprobado el correo electrónico. Ojalá no lo hubiera hecho.

Ojalá hubiera ido más tarde a su casa. Entró en el correo y lo vio; el último e-mail se lo había mandado a Steve, y era una especie de resumen de todos los artículos robados con sus fechas correspondientes. ¿Qué era aquello? ¿Una especie de factura? Sintió náuseas y apagó el ordenador. Tenía que salir de allí. Vomitó en plena acera. La gente que pasaba por su lado lo miraba estupefacta y una mujer incluso se le acercó para preguntarle si necesitaba ayuda. Sebastian estuvo a punto de echarse a reír ante tal pregunta. Se quedó recostado un rato contra el muro del edificio, intentando recuperar el aliento, y luego empezó a caminar sin rumbo. No sabía adónde ir.......

Para él, a diferencia de su padre, emborracharse no era una opción. ¿Ir a casa de un amigo? ¿Para qué? ¿Qué iba a decirle? ¿Que la primera mujer de la que se había enamorado intentaba hundir su revista? No le creerían, ni él mismo podía creer que eso fuera cierto. Tal vez había una explicación, pero por más vueltas que le daba al asunto no conseguía encontrar ninguna. Lo único que seguía viendo era a Steve saliendo de su casa. Y si no había ido allí a buscar los artículos, cualquier otra posibilidad era aún peor.

Nadie Como Tú - Sebastian Stan y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora