Capitulo 44

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— ¿Sebastian? Ya estoy en casa —Dijo _______ al entrar en el departamento, pero nadie le contestó—. ¿Sebastian?

—Estoy aquí —Contestó él saliendo de la habitación recién duchado—. ¿Cómo te ha ido con Anthony? —Le preguntó tenso, esperando a ver qué le decía.

—Bueno —Respondió ella mientras colgaba el bolso en el perchero—, al final no he ido a verlo.

— ¿Ah, no? —Él levantó una ceja. Tal vez no a iba mentirle—. ¿Y qué has hecho?

Ella se dio la vuelta y lo miró a los ojos.

—No puedo decírtelo —Contestó, mordiéndose el labio inferior.

— ¿Por qué no? —Sebastian estaba cada vez más intrigado.

—Porque es una sorpresa. —Se puso de puntillas y le dio un beso.

— ¿Una sorpresa? —Le rodeó la cintura con las manos.

—Sí, una sorpresa.

Al ver que ella no continuaba, Sebastian le dio un beso; eso siempre lograba despistarla. A lo mejor así le contaba que había visto a Steve.

—Ya sé lo que estás tratando de hacer —Dijo ella apartándose un poco para poder respirar.

— ¿Lo sabes? —Le besó el cuello.

—Sí, quieres despistarme.

Sebastian le desabrochó el primer botón de la blusa para poder besarle el escote.

—Y está funcionando... Pero si te digo algo más, Nana me matará. —_______ le cogió la cabeza y le besó.

¿Nana? ¿Qué diablos tenía que ver Nana con todo aquello? ¿Era todo una mentira? ¿De qué conocía Nana a Steve Gainsborough? Fuera lo que fuese, tenía que averiguarlo. Su padre ya había cometido el error de enamorarse de una mujer mentirosa y él no iba a seguir sus mismos pasos.

Una parte de Sebastian sabía que _______ no se parecía en nada a su madre, pero había otra que llevaba demasiados años convencida de que el amor no existía, no para él. Así que lo mejor que podía hacer era resolver pronto el misterio del robo de los artículos, llamar a Nana para preguntarle lo de esa misteriosa y seguramente inexistente «sorpresa», y proteger su corazón. Si _______ le había mentido, se le rompería en pedazos, y dudaba que jamás pudiera recomponerlo.

—Sebastian, ¿Estás bien? —_______ dejó de besarlo al notar que él había empezado a distanciarse.

—Sí, claro —Contestó, pasándose las manos por el cabello—. Creo que voy a ir al gimnasio, hace mucho que no voy. ¿Te parece bien?

Entonces _______ se dio cuenta de que la bolsa con la ropa de deporte estaba junto a la entrada. Sebastian no había vuelto al gimnasio desde que dejó de evitarla.

—Sí —Dijo ella sin entender lo que estaba pasando. Un segundo antes, él la estaba besando, y ahora ¿Quería ir al gimnasio?—. Yo llamaré a mi madre, hace días que no hablo con ella, y luego podemos cenar algo.

—No, no te preocupes por mí. —Él cogió la bolsa y le dio un beso en la mejilla—. Llegaré tarde.

Se fue, y _______ se quedó atónita mirando la puerta. Bueno, seguro que estaba preocupado por la revista.

**

Sebastian decidió ir andando, y de camino llamar a Nana, pero ella no contestó. Estaría cenando con alguna de sus amigas. Durante todo el rato que estuvo en el gimnasio, no pudo dejar de darle vueltas al asunto. Cuanto más lo pensaba, menos lo entendía. ¿Qué podían tener en común Nana, _______ y el director de "The Scope"? ¿Una sorpresa? ¿Qué sorpresa? ¿Por qué? ¿Para qué? La única relación que existía entre "The Scope" y Sebastian era el robo de los artículos, y él se negaba a creer que _______ tuviera algo que ver con ello. Los robos habían empezado unas semanas después de que ella llegase y _______ no tenía ningún motivo para colaborar con Steve. O al menos ninguno que él conociera. Tal vez quisiera encontrar un trabajo de más categoría, o quizá mejorar su curriculum. Aunque ¿De ese modo? Pero ¡Qué tonterías estaba pensando! ¿Cómo podía plantearse que _______ pudiera hacer algo así? Subió la velocidad de la cinta en la que estaba corriendo. Por mucho que le doliera reconocerlo, sabía la respuesta a esa pregunta. Tenía miedo de confiar en _______, tenía miedo de que ella le hiciera daño, y cualquier excusa era buena para evitar enamorarse de ella. Detuvo la cinta y fue a ducharse.

De camino a casa, se dio cuenta de que ella no le había mentido cuando él le había preguntado por lo que había hecho esa tarde, pero tampoco podía quitarse de la cabeza que no le había dicho la verdad. A lo mejor no era tan complicado, tal vez sólo era casualidad y se estaba preocupando por nada. Quizá debía arriesgarse a confiar en ella.

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Mientras Sebastian estuvo en el gimnasio, _______ llamó a su madre y estuvieron charlando. Ella le contó lo feliz que era con él y lo mucho que le gustaba el trabajo que hacía en la revista. Parecía que por fin todo empezaba a tener sentido. Elizabeth le contó las últimas aventuras de sus hermanos, y ambas decidieron que, de momento, era mejor que Chris no supiera nada de lo que había entre ella y Sebastian. El mayor de los Evans era excesivamente protector con sus hermanas pequeñas. Después de colgar, _______ se preparó algo de cena y se acostó. Estaba muerta de sueño.

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Sebastian llegó y vio que todo estaba a oscuras. Mejor. Aún estaba hecho un lío y se alegró de ver que _______ ya estaba dormida. Se desnudó y se acostó a su lado. Ella, sin despertarse, se movió hasta apoyar la cabeza en su pecho, y él la rodeó con el brazo. Desde el día en que vieron Drácula, dormían juntos. Esa noche «hicieron el amor» por primera vez. En esa ocasión, él entendió la diferencia que había entre acostarse con alguien y hacer el amor. _______ y él se habían acostado juntos una vez, y fue espectacular, pero no se podía ni comparar con lo que tenían ahora. Ni él ni ella habían hablado nunca de eso, pero cuando dormían juntos y _______ se abrazaba a él de ese modo, Sebastian suponía que era la manera que ella tenía de decirle que entre ellos dos había mucho más que una relación física, y que quería estar con él.

— ¿Estás bien? —Preguntó ella sin abrir los ojos.

Él tardó un instante en contestar. Allí, con ella en sus brazos, no lograba acordarse de por qué estaba tan preocupado. Con ella sentía una paz que nunca había sentido antes; era como si todo estuviera bien, como si nada fuera tan grave. Seguro que lo del encuentro con Steve tenía una explicación, así que, por primera vez en su vida, decidió arriesgarse y seguir a su corazón...

—Sí. Ahora sí —contestó él, y le besó el pelo—. Sigue durmiendo.

Nadie Como Tú - Sebastian Stan y tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora