El lunes, ______ todavía estaba fatal. Ya no lloraba tanto, pero la tristeza la estaba consumiendo. Eso de enamorarse era horrible, en todas las novelas que había leído, se suponía que el amor era maravilloso, pero para ella no lo había sido. Bueno, sí... Pero había durado muy poco, y cuando el viernes Sebastian la miró a los ojos y le dijo que nunca la había querido, destrozó los recuerdos que ella tenía. No podía ser cierto. Se negaba a creer que él no hubiese sentido nada. Se negaba a creer que fuera capaz de hacer el amor de ese modo con otra mujer, que le sonriera así a nadie más. No, era imposible. Ya estaba, ya volvía a llorar de nuevo. Tenía que hacerse a la idea de que él no había sentido nada por ella. De haberlo hecho, no la habría creído culpable de los robos y no la habría echado sin parpadear.
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Sebastian salió de "The Scope" y se fue a su casa. Desde allí, llamó a Sam y le contó todo lo que había pasado. No tenía valor de decírselo a la cara y ver cómo él lo miraba con reprobación. Sam lo escuchó con atención y, cuando acabó, no le recriminó nada, sino que se limitó a preguntar:
— ¿Qué vas a hacer?
—No lo sé. —Sebastian fue sincero—. Pero creo que ya no puedo hacer nada.
—Vamos, no digas tonterías —Lo animó Sam—. _______ te quiere, seguro que te perdona.
Sebastian no estaba tan convencido.
—No sé, tal vez sí me amaba... Pero después de lo que le dije el viernes no creo que quiera volver a hablar conmigo.
—Ya se te ocurrirá algo. —Sam suspiró hondo—. ¿Por qué no te quedas en casa y descansas? Seguro que no has dormido nada en todo el fin de semana. Ya verás como luego lo ves todo más claro.
—Quizá tengas razón... La verdad es que estoy agotado, casi no puedo tenerme en pie. ¿No te importa?
—No, tranquilo. Nos vemos mañana.
Y, por extraño que fuera, se durmió en el sofá.
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No se despertó hasta el martes por la mañana, y lo primero que hizo fue llamar a _______. Como era de esperar, tenía el móvil apagado. Lo intentó tres o cuatro veces y ninguna tuvo éxito. Luego llamó a Chris al móvil sí estaba encendido, pero su amigo no respondió a ninguna de sus llamadas. Llamó diez veces. Las nueve primeras no dejó ningún mensaje. La décima le pidió por favor que lo llamara pero, típico de Chris, éste ignoró su petición. Bueno, la verdad era que no le extrañaba. Se había comportado como un cretino.
Esa tarde hizo algo que había estado retrasando: llamar a Nana para contárselo todo. Cuando Nana dejó de reñirlo, le preguntó:
— ¿Qué vas a hacer?
Últimamente todo el mundo le preguntaba eso.
—No lo sé —Respondió él de nuevo.
— ¿Es que eres idiota?
Bueno, en eso, Nana se había diferenciado de Sam
—Te he preguntado si eres idiota —Insistió su abuela—. Dios, no sé quién es peor, si tú o tu padre.
— ¿Por qué lo dices?
—Porque tu padre se empeñó en luchar por una mujer que no lo amaba y tú no eres capaz de hacerlo por una que te ama con locura.
Sebastian no supo qué responder a eso.
— ¿De verdad lo crees, Nana?
— ¿El qué? —Nana estaba enfadadísima—. ¿Qué eres idiota o qué _______ te ama?
—Lo de _______. —Sebastian no se veía capaz de pronunciar la pregunta entera—. Lo de que soy idiota ya lo has dejado claro.
—Claro que te ama, Seb —respondió Nana ya más cariñosa—. ¿Por qué crees que quiso hacer lo del reportaje de tu padre? ¿O por qué crees que no se defendió de tus estúpidas acusaciones?
—No lo sé. —Él tenía un nudo en la garganta.
—Sí lo sabes. —Su abuela no iba a darle tregua—. Pero lo que de verdad es importante es si tú la amas a ella.
—Con todo mi corazón —Respondió sin dudarlo.
—Entonces, no tienes nada más que pensar. —Nana se sintió orgullosa de su nieto—. Ve a buscarla.
Sebastian se dio cuenta de que Nana tenía razón, tenía que ir a buscar a _______. Ya había perdido demasiados días.
—Nana, te quiero. Eres la mejor.
—Ya lo sé. Llámame desde Barcelona. —Su abuela sonrió—. Y dale un beso a _______ de mi parte.
—Lo intentaré.
Colgaron el teléfono y Sebastian encendió el ordenador para comprar un boleto para Barcelona. Miró las páginas de todas las aerolíneas para encontrar el primero que llegara a la Ciudad Condal, y tuvo suerte, pues había un vuelo de British Airways que salía el miércoles a las ocho de la mañana. Sólo quedaban plazas en la categoría de business, pero lo compró igualmente. Como decía ese anuncio de tarjetas de crédito, hay cosas en la vida que no tienen precio, y recuperar el amor de su vida era una de ellas. Se preparó una bolsa con un poco de ropa y guardó en ella "El Conde de Montecristo"; si ella no lo perdonaba, no tenía intenciones de devolvérselo. Llamó a Sam para decirle que no iría a trabajar en un par de días. Antes de colgar, Sam le hizo prometer que lo llamaría para contarle todo lo que pasaba, y oyó cómo Silvia le deseaba suerte. Iba a necesitarla
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Nadie Como Tú - Sebastian Stan y tú-
Romance______, una joven diseñadora gráfica que vive en Barcelona, se ve forzada a redirigir su carrera profesional a causa de un accidente. Aconsejada y apoyada por su familia, ______ se traslada a Londres. Su hermano Chris ha intercedido para que Sebasti...