Cuando _______ llegó al cine, Anthony la estaba esperando en la puerta con las entradas en la mano. Como ya era habitual en él, la saludó con dos besos y entraron corriendo a la sala, pues ya estaba a punto de empezar. Unas dos horas más tarde, cuando las luces se encendieron, _______ estaba mucho más contenta y relajada, aunque la película había sido horrible. Anthony había escogido una comedia malísima, pero él no había parado de hacer comentarios en voz baja para que ella se riera. Pocos minutos después de aparecer los primeros créditos en la pantalla, Anthony se había sacado del bolsillo de la chaqueta una bolsa llena de regaliz, el favorito de _______. Salieron del cine aún riéndose y él la invitó a comer una pizza en un pequeño restaurante que había cerca, uno de esos sitios donde las venden en porciones.
—No puedo creer que me hayas invitado a ver esa película tan mala. ¿Se puede saber en qué estabas pensando al comprar las entradas? —Le preguntó _______ sonriendo.
—Está bien, voy a confesarte la verdad. —Se limpió las manos con la servilleta—. Cuando has aceptado salir conmigo me he quedado tan sorprendido, que he tenido que improvisar. —Al ver que ella se sonrojaba añadió—: Vamos, no disimules. ¿Seb y tú os habéis peleado?
— ¿Por qué lo preguntas? —_______ no quería que ninguno de sus amigos supiera lo que había pasado entre ellos. Acabara como acabara su relación con Sebastian, ellos eran amigos de él desde hacía muchos años, y ella no quería dañar esa amistad.
—Vamos, desde que llegaste te habré pedido unas cien veces que salieras conmigo, y hasta hoy nunca habías aceptado.
—Eso no es verdad —Replicó ella—. Nos vemos casi cada fin de semana.
—Ya, pero con los demás. —Al ver que ella iba a interrumpirlo de nuevo, levantó la mano para detenerla—. La única vez que hemos quedado solos, aparte de hoy, fue ese domingo por la mañana que me llamaste para pasear por Hyde Park, y creo que en todas las horas que estuvimos allí dijiste tres palabras. Las conté, fueron «hola», «Anthony» y «adiós».
—Lo siento —dijo _______ avergonzada—. Esa mañana no me encontraba muy bien.
—Tranquila. Me gustó pasear contigo.
_______ levantó una ceja, incrédula.
—De acuerdo, no me gustó —reconoció Anthony sonriendo—, pero me alegra ver que hoy ha sido distinto. La he pasado muy bien. —Le cogió la mano que tenía apoyada encima de la mesa—_______, no es ningún secreto que creo que eres muy atractiva, ni que en otras circunstancias me gustaría que fuéramos algo más que amigos.
— ¿Qué circunstancias? —preguntó ella.
—Si Sebastian y tú no os estuvierais empezando a enamorar el uno del otro —contestó él sin inmutarse—. No intentes negarlo. Todo el mundo cree que nunca me entero de nada porque siempre estoy bromeando, pero la verdad es que siempre he sido el primero en saber cuándo uno de mis amigos está pasando por un mal trago o si, como en este caso, está enamorado. A Sebastian se le nota a kilómetros.
—Pues lo notarás tú, porque yo...
—_______, tendrías que ver la cara que pone cada vez que te digo un piropo. En ocasiones he llegado a temer por mi integridad física. Y cuando te doy dos besos, su expresión es realmente cómica.
_______ no sabía qué decir, pero como era obvio que no podía mentirle, optó por ser sincera. Ella no tenía a nadie con quien hablar sobre esas cosas allí en Londres y con Anthony siempre había notado que había una química especial, como la que tenía con sus hermanos.
— ¿De verdad?
—De verdad. —Anthony siguió cogiéndole la mano—. Mira, me gusta mucho estar contigo, creo que lo pasamos muy bien juntos, ¿Tú no?
—Sí, yo también lo paso muy bien contigo.
—Gracias. Para mí es toda una novedad quedar con una chica sólo para charlar y reírme un rato, así que quiero que sepas que me encantaría que nos siguiéramos viendo.
—A mí también. Además, así puedo hablar con alguien sobre Sebastian. —Ahora que _______ no tenía que disimular, estaba aún más contenta.
—Claro, será un placer torturar un poco al bueno de Seb. —Anthony sonrió—. Siempre he pensado que debería aprender a relajarse, y me encanta verlo sufrir por una chica. Aunque espero que ese sufrimiento no sea en vano, Seb se merece ser feliz.
—Ya lo sé. —_______ dio un último sorbo a su bebida—. Bueno, ahora que ya conoces mi más oscuro secreto, ¿Por qué no me cuentas algo sobre tu última conquista? Tal vez podríamos intercambiar consejos; tú me enseñas a volver loco a Sebastian y yo te revelo los misterios de la mente femenina.
Anthony se rió y, tras pagar la cuenta, acompañó a _______ a su casa. De camino, ella le contó que tenía intención de buscar un departamento, y él se ofreció a ayudarla; le dijo que le parecía muy buena idea y que tal vez así Sebastian reaccionaría. Cuando llegaron al portal, se despidieron con un abrazo, y Anthony, como de costumbre, le dio su par de besos. _______ sonrió y entró. Estaba contenta. Después de casi dos semanas pésimas, ese día todo había empezado a cambiar; tenía un amigo con quien poder reír y hablar sobre Sebastian, y buscar departamento ya no le parecía tan horrible. Al día siguiente empezaría a hojear los anuncios de los periódicos
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Nadie Como Tú - Sebastian Stan y tú-
Romance______, una joven diseñadora gráfica que vive en Barcelona, se ve forzada a redirigir su carrera profesional a causa de un accidente. Aconsejada y apoyada por su familia, ______ se traslada a Londres. Su hermano Chris ha intercedido para que Sebasti...