Apaga La Luz Y Corre

40 12 0
                                    


Todos de niño lo hicimos; apagar la luz en la noche y correr a la cama, sin embargo, aún de grandes lo seguimos haciendo... Al menos tú solo lo imaginas, yo lo viví.

Cuando era niño, tenia aproximadamente 7 años, mi hermano(11 años) y yo acostumbramos a ir al cuarto de mis padres a pedirles la bendición, las habitaciones están una al lado de otra, y un comedor frente a las habitaciones, la sala quedaba entrando a la casa, y la cocina, a un costado entre la sala y el comedor, cuando íbamos a la habitación de mis padres, podíamos ver la cocina oscura, pero al principio, todo era normal...

Cuando mi papá se iba a trabajar, yo dormía con mi mamá y mi hermano en la otra habitación, mi papá duraba una semana en su trabajo debido a que era a 4 horas de ahí... Así que duraba una semana aquí, y una semana allá.

Una noche fuimos a pedirles la bendición y siempre dejaban la luz apagada en la cocina, que era la luz que alumbraba a casi toda la casa, nosotros la encendíamos para ir al cuarto de mis padres y pedir la bendición, después de esto, íbamos a la cocina y apagábamos la luz, lo hacíamos sin miedo alguno, pero esa noche, nuestra rutina se convirtió en terror.

Fuimos a lo que siempre íbamos, pero esta vez sin encender la luz, caminamos a la habitación de nuestros padres y al regresar, notamos estos ojos rojos que flotaban en medio de la oscuridad de la cocina, era muy escalofriante, mi hermano y yo cerramos la puerta de la habitación de mis padres y corrimos a la nuestra... Esa noche no pudimos dormir, y teníamos miedo de decirle a nuestros padres. Al otro día, superamos este susto, nunca dijimos nada.

Llega la noche, y esta vez encendimos la luz de la cocina y fuimos al cuarto de nuestros padres, y al regresar, mi hermano y yo competimos quien era el que apagaría la luz, yo me quedé en el interruptor y mi hermano en la puerta con la luz del cuarto encendida, para yo ser el menor, era más valiente que mi hermano. Yo apago la luz y salgo corriendo a la habitación y cerrábamos la puerta, muchas veces nos regañaron por cerrar la puerta con seguro... Esto lo hacíamos siempre, y yo nunca miraba atrás, y mi hermano entraba al cuarto sin mirar a la cocina.

Mi hermano una vez me hizo la desquiciada broma de cerrarme la puerta al yo apagar la luz, yo corrí a la puerta y le decía que abriera, cuando yo volteo, estaban estos ojos, y de repente se movió saliendo de la pequeña sombra, y pude presenciar a este demonio con forma de hombre, pero con unos cachos y sus ojos profundamente rojos, este se acercaba a mí, y yo empujando la puerta.

- ábreme!!!

En esto mi padre sale enojado, y aquel hombre desaparece.

- cual es la ridiculez?!

Grita mi padre...

- mi hermano no me quiere abrir la puerta!

En esto el abre la puerta, y mi padre nos pegó con su correa.

Al otro día decidimos contarle lo que veíamos, mis padres quedaron impactados... En esta casa, antes sucedían cosas extrañas, cómo que tocaban la puerta del cuarto y al salir, no había nada, cosas se caían de la cocina, y en la mañana veíamos todos los platos en el piso.

Cuando íbamos al baño, teníamos que ir los dos, el baño quedaba en una habitación donde metíamos todas las cosas sin utilidad, la cual encendíamos la luz y alumbraba al baño, mi hermano se quedaba afuera mientras que yo orinaba, y viceversa, antes de esto, encendíamos la luz de la cocina... Después la apagábamos y salíamos corriendo al cuarto.

Esto de pedir bendición se fue perdiendo, ya que el miedo de encontrarse con esta cosa, era potente, simplemente gritábamos.

- bendición!

Y nos respondían.

Pasaron los días y mis padres traen a un grupo de cristianos, el cual revisaron toda la casa, nos dijeron que había algo maligno habitando en la casa, después ellos nos pide hacer un pequeño círculo y nos agarramos de las manos, después la pastora empezó a orar y se podía sentir como poco a poco se sentía el alivio... Después de varios minutos, la pastora nos dice que ya se había ido, que no nos molestaría de nuevo, nos dijo que en la casa, deben de tener al menos una luz encendida que alumbre un espacio determinado...

Ahora dejamos la luz de la cocina todo el día y toda la noche encendida, pero aún así, el ir a pedir bendición, se volvió historia.

Pasaron los años y aún dejamos esa luz de la cocina encendida, solo por veces que la dejamos apagada, pero ya no se siente nada malo en la casa, sin embargo, los vecinos dicen que cuando no estamos en la casa, en la noche se pueden escuchar cosas dentro, como platos cayéndose... Pero cuando nosotros estamos, nada sucede, yo he dormido solo en la casa, y nada me pasaba, aún vivimos en esta casa, y pues, las cosas malas se han ido. Al menos eso creemos. ¿Ustedes que dicen?  

Espero les halla gustado.
#Fabula Gótica

La Fábula Gótica Mitos-cuentos-leyendas MacabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora