La Risa Macabra

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Me divorcie de mi esposo porque el tenia otra familia, mi hijo estaba consciente de esto y constantemente me motivaba para que saliera a divertirme y tal vez conocer a alguien, pero sinceramente, aunque él era ya todo un adolescente, yo seguía viéndolo como un bebé y me daba miedo dejarlo solo.
Un día simplemente accedí, el se veía muy contento, hasta me esperó despierto en el sillón de la sala, para preguntarme sobre mi noche. Fue sensacional, y lo hice por seis noches seguidas, hasta que empecé a notar sus ojeras, pues cada noche me esperaba en el sillón. A veces lo encontraba dormido sobre mi cama en pleno día.
Preferí pasar tiempo con él, preparamos botanas y vimos algunas películas, pero, cada vez que yo mencionaba que era la hora de dormir, él parecía tomar más energías y nos extendimos hasta la madrugada. Amanecimos dormidos en la sala. El siguiente día me di cuenta que la puerta de su habitación estaba cerrada, y que no entraba ahí para nada, tratando de comprobar que no era mi imaginación, le pedí que entrara, no quiso hacerlo, pero tampoco dejó que yo lo hiciera. Me contó una historia poco creíble que quise terminar cuando antes y entré en la habitación.
Había un olor algo extraño, entre suciedad y humedad, se sentía frió y aunque el piso era completamente sólido, crujía a cada paso que dábamos. Una risa como de niño, se escuchaba bajo la cama, después en el armario, parecía que nos rodeaba y le causaba gracia, pero ninguno de los dos podía ver nada. Se me enchinó la piel. La cara de mi hijo estaba pálida, y muy seriamente me dijo: -si quieres verlo…tienes que recostarte en la cama-. Movida por la curiosidad más que el miedo, me tiré en la cama, viendo fijamente hacia donde mi hijo me había indicado… no pasaron más de cinco segundos, cuando se escucharon unos arrastrados pasos, y una pequeña mano se posó a los pies de la cama. Jalaba las sabanas lentamente, pero me hice la fuerte por mi hijo y contuve las ganas de gritar. Tras aquella manita vino otra, parecían pertenecer a un niño por el tamaño y forma, pero eran demasiado regordetas y fuertes, además el color era algo extraño, pálido y opaco…mientras pensaba en lo que estaba viendo, un bulto empezó a levantarse entre aquel par de manitas, lentamente, pero a mí me pareció como si hubiera saltado de repente, aquella siniestra cara, esa sonrisa macabra, ya no pude contener los gritos…
Mi hijo decía que era un monito… pero era el ser más horrible que haya visto en mi vida, la cara cubierta de arrugas, sus ojos rojos, el cabello enmarañado, y todas las intenciones de hacer daño que se reflejaban en su rostro… él reía y reía, y en cada una de sus risas mis gritos salían sin control, parecía gustarle mi temor, entonces, subió a la cama para hacerme gritar mas, tocó mis piernas con sus heladas y callosas manos, yo no me podía mover, el miedo me había paralizado, su ropa cubierta de sangre me hizo temer aun mas, estaba punto de desfallecer, cuando mi hijo lo molió a golpes con bate de béisbol, pero aquella cosa no se quejaba, al contrario, en actitud retadora mostraba sus pequeños dientes, pero más filosos que navajas, porque de una sola mordida, arranco una astilla grande del bate que sostenía mi hijo, algo balbuceaba pero no logramos entenderlo… cuando al fin pude reaccionar me uní a mi hijo para golpear a la criatura extraña, pero esta no paraba de reír, en un rápido movimiento se fue a esconder debajo de la cama… lo buscamos por cada rincón, pero no pudimos encontrarlo…
Sus risas se escuchaban como un ambiente de fondo por toda la casa, Ese sonido nos estaba llevando a la locura, los días había trascurrido y se escuchaba en a cualquier hora en cualquier lugar de la casa. No podíamos dormir, esperábamos que en cualquier momento saltara sobre nosotros, así que mejor nos fuimos a un hotel, pero he de confesar, que aun ahí no pude pegar los ojos, tenía su risa grabada en mi mente, donde se repetía sin cesar y apenas me iba quedando dormida, imaginaba su rostro frente al mío y me llenaba de terror, sobre todo, porque ni siquiera tenía idea de lo que había sido.
En tres días juntamos el valor suficiente para volver y descubrir lo que había sido aquello, pero para nuestra desgracia, una noticia en la televisión, cambió nuestras vidas de repente… ahí estaba nuestra casa, rodeada de policías y prensa, los paramédicos salían con un cuerpo tras otro… y se mostraban nuestras fotografías como principales sospechosos.
La teoría encajaba muy bien, madre e hijo enloquecen después de que el hombre de la casa se marcha con una nueva familia, y en venganza asesinan dentro de su casa, hombres con las mismas características de aquel que los abandonó.
Nadie podría creer que el culpable fue… “un monito”… en lugar de nosotros, asi que desde entonces huimos, todo causado por el poseedor de aquella risa macabra… --jijijijiji,jijijijiji-….-jijijijiji,jijijijiji-….
Aun la escucho.....
¿Llegaste a escucharla? O es que ya estaré muy loca?
#Fabula Gótica

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