La Lámpara

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Soy una persona muy curiosa, no sabría decir porque tengo una extrema atracción por las cosas sádicas, sangrientas, brutales e ilegales.
Se que estuvo mal haber entrado a la Deep Web o la "Web profunda" como muchos la conocen.

Se necesita mucha seguridad para ingresar a esos sitios que el solo navegar sin los conocimientos adecuados rápido podrías ser pillado y encarcelado. Para muchos puede resultar algo perturbador, pero para mi era mi pasatiempo favorito.

Una noche mi hija Nicol de 9 años, fué por un helado a la heladería que se encontraba cruzando la calle. No se supone que debiera tardar tanto pues en ir y regresar solo le hubiera llevado 5 minutos mas o menos.
Pasaron 15 minutos y salí a ver si ya estaba de regreso, pero no la veía por ningún lado.
No les voy a negar que me alteré demasiado y fui a la heladería

-Disculpe! ¿De casualidad no vió a mi hija?-le mostré una foto de ella y el me respondió
-si llegó y compró un helado de chocolate hace como 10 minutos ¿por que?
-es que no ha llegado a la casa y me tiene preocupado

Salí del establecimiento y miré un helado de chocolate tirado en la banqueta. Avisé a las autoridades y después de realizar una alargada búsqueda de mas de un año, decidí darme porvencido.

Han pasado 10 años y ya soy padre de dos pequeñas Karen y Citlali, aun seguía en mi vicio que era entrar a la Deep Web, con el cuidado necesario para no ser cachado por mi esposa y mis hijas.
Una madrugada observé un artículo que estaba a la venta y que claro atrapó completamente mi atención "una lámpara elaborada con piel humana" yo solo deseaba poder comprarla y obvio tenía que ser mía, además el objeto se estaba vendiendo en mi ciudad.

Hice el deposito con la cantidad acordada y no pasó mucho tiempo para que yo pudiera tenerla en casa.
Ya tenía el lugar perfecto para ubicarla, ya que mi esposa y mis hijas podían verla, decidí colocarla en el buró de una habitación especial a la que solo yo tenía acceso.

Al abrir el paquete el rostro de la lámpara llamó mi atención, la piel de la lámpara era tan suave, que no dudé en frotar la lámpara en mis mejillas y observé cada parte del objeto y no podía creer el haber cumplido mi capricho.
Me acosté a dormir esa noche y tuve un sueño muy extraño en el que una de mis hijas me pedía ayuda, me desperté a horas de la madrugada pensando que una de mis pequeñas me necesitaba y rápido quede impactado por lo que ocurrió.

Al regresar a mi habitación la puerta de mi cuarto especial se abrió y eso me estremeció ya que se supone yo había dejado asegurada la puerta.
Una de mis hijas iba saliendo de ahí, pero parecía ser que andaba sonámbula.
Ella aun dormida le pregunté
-hija ¿que hacías ahí dentro?
-fui a encender la lámpara porque me dijo que tenía miedo a la oscuridad.
-¿Quien?
-pues mi hermana Nicol

No podía creer lo que me estaba diciendo, nosotros nunca les dijimos a ellas sobre la desaparición de su hermana, porque teníamos pensado decirles cuando tuvieran la edad suficiente.
En la siguiente noche me desperté por una voz que me pedía ayuda, me levanté de mi cama y la voz no se iba hasta que entré a mi habitación especial que nuevamente estaba con la puerta abierta.

La voz seguía en mis oídos y al acercarme a la lámpara la voz se volvió más fuerte.
Lo que me dejó completamente helado fue cuando la voz me dijo
-papi enciéndeme le tengo miedo a la oscuridad.
Rápidamente las dudas llegaron, así que para comprobar si se trataba de mi hija, comencé a revisar su piel para ver si tenía las marcas de nacimiento quien yo como su padre conocía.

Mi Nicol tenía dos lunares en uno de sus brazos, tambien tenía uno pequeño en la parte de la nuca y otro mas pequeñito en una de sus piernas. Revisé cada parte de la lámpara hasta que encontré dos lunares, al ver detenidamente el rostro de la lámpara pude ver que en verdad era el rostro de mi hija. El día que la recibí noté algo familiar, pero sólo se quedó como un pensamiento pero nunca me puse a divagar sobre su origen y procedencia.

Ahora que sabía que la lámpara que había comprado se trataba de mi hija, no supe que hacer con ella, pero tomé la decisión de dejarla cerrada con llave en el sótano.
Pero en las madrugadas siempre escuchaba que mi hija tocaba muy fuerte la puerta y lloraba tanto que no me dejaba dormir. Lo extraño es que nadie la escuchaba, pero mis hijas siempre se ponían detrás de la puerta a platicar con su hermana que nunca conocieron.

La última noche que escuché a mi hija llorar me dijo
-no volveré a llorar y tampoco voy a tocar fuerte la puerta en las madrugadas para no molestarte... Pero por favor enciéndeme recuerda que le tengo miedo a la oscuridad y este sótano nunca me gustó, esta demasiado oscuro y muy frio.

Creditos al autor
Freddy G.
#Fabula Gótica

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