[HISTORIA COMPLETA]
Libro #1 de la trilogía "Guerreros contemporáneos"
Júpiter Frost tiene todo para cumplir con el modelo del típico chico rompecorazones de su colegio, pero no lo es. De hecho, él es reservado, serio y silencioso, algunas veces inc...
¿Chica triste en una fiesta? Chico guapo dispuesto a entretenerla.
05 de octubre, 2013
CHRISTINE
—No quiero ir —murmuro escondiéndome bajo las sábanas de mi cama.
—¿Quieres que te obligue? —gruñe Sami revolviendo mi armario—. ¡Joder, Christine, no tienes nada sexy que ponerte! ¿Qué clase de chica linda eres?
—¿Para qué quiero algo sexy?
—Para conseguirte un chico. Y nada mejor para eso que una fiesta universitaria donde hay muchos tipos mayorcitos. No te preocupes, yo te cuidaré. Hay que agradecerte al guapuras de Oliver por invitarnos. Nos conformaremos con que consigas un buen besuqueo y eso es todo... —Sami necesita ayuda psicológica—, aunque a tí lo que te falta es un buen polvo.
—¡Sam!
—¿Qué? Necesitas olvidarte del pendejo de Júpiter. Y lo mejor para eso es un buen rabo que...
—¡Ya, Sam, no necesito sexo! —grito tan fuerte, que Valerie y Hannah se asoman por la puerta abierta de mi habitación.
—¿Qué es el sexo? —pregunta Hannah con el ceño fruncido.
—Es cuando dos personas se juntan a... Bueno, pues, a... —comienzo a explicar.
—...a crear más personas... —continúa Sami.
—¿Como dibujarlos? —exclama la pequeña saltando a mi cama—. Debe ser divertido entonces.
—Claro que lo es —sonríe Sami con doble sentido—. Ya verás que algún día te encantará crear personas, Lulú.
¡Pobre pequeña!
—¡No me digas Lulú! —chilla Hannah, y a continuación dirige su curiosa mirada hacia mí—. ¿Cómo se crean más personas, Chris?
Ay, marmotas.
—Pues... verás... —intento recordar las palabras que mamá usó a mis doce años—. Mira, en este cuento hay una florecita y una abejita...
—No quiero ver esto —masculla Valerie marchándose.
—¡Val, amor, espera! —Sami la llama de vuelta—. Necesito tu ayuda, ¿tienes algo sexy que prestarle a tu hermana? Algo así como para conquistar un buen macho.
—Ya vuelvo.
Valerie va a su habitación y vuelve de inmediato con un vestido en la mano y un par de tacones. Si yo se los hubiese pedido, me habría dicho que no, pero a Sami no puede negarle nada. ¡Ay, el amor! Lástima que sus sentimientos no sean correspondidos.
El vestido es de tirantes, azul y ajustado; con sólo mirarlo me doy cuenta de que si me lo pongo sólo me tapará el culo.
—No voy a ponerme eso.
—Oh, sí lo harás —sonríe Sami, quitándome las sábanas de la cama de un tirón.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.