La Regla Frost © ✔️

25- La señora loca

Canción del capítulo: Whatever it takes - Imagine Dragons.

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Christine solo pudo sacar una conclusión de aquella tarde: las apariencias y los prejuicios sí que engañan.

05 de noviembre, 2013

CHRISTINE

Llevo media hora dando vueltas por la casa, intentando controlar mis nervios y ansiedad sin resultado. Y no es para menos, ya que hoy Júpiter y yo tendremos nuestra primera cita.

Bueno, eso no es todo. También conoceré a su madre.

Continúo caminando mientras pienso en todas las cosas que podrían salir mal la tarde de hoy, hasta que veo a Valerie devorando un yogurt en la cocina.

—¿Ibas a comértelo? —pregunta con culpabilidad—. Lo lamento, tenía hambre.

—No, tranquila —me dirijo a la isla y comienzo a prepararme un té de canela para relajarme.

Soy consciente de la tensión a nuestro alrededor durante los siguientes minutos. Sólo se escucha el ruido de la cuchara contra la taza mientras revuelvo la bebida caliente y veo a Valerie sacar un plátano de la frutera; luego se acerca y se sienta frente a mí.

—El viernes tendré mi primera ecografía —comenta—. Allen me acompañará.

—Felicidades. Te haría una fiesta pero de seguro mamá ya se está encargando de eso.

—Lo lamento, Christine. Entiendo que estés enojada. Sólo pensé en mí cuando... cuando... Escucha, yo estaba tomando pastillas anticonceptivas. No sé qué ocurrió, seguramente me salté una píldora un día porque no era la primera vez que Allen y yo teníamos relaciones. Él y yo hemos estado juntos por varios meses y sí, tienes razón en que suelo pensar en mí misma y hacer lo que me dé la gana. Puedes volver a gritarme si quieres, ódiame, enójate, golpéame, pero no me dejes sola... —sus ojos se humedecen—. Aunque no lo creas, mamá está muy enojada conmigo. Y... no quiero ir sola a la ecografía.

—Dijiste que Allen te acompañaría —le recuerdo sin cambiar mi expresión.

—Pero Allen es Allen. Es un imbécil y estoy asustada... No somos una buena combinación. ¿Y si me dicen que son gemelos? ¿O quintillizos?

—Sólo será una ecografía, Valerie. Además, a diferencia de tí yo tengo que trabajar —termino mi taza de té y me pongo de pie. Me dispongo a salir de la cocina cuando ella toma mi brazo.

—Por favor perdóname...

Bien, creo que la he castigado lo suficiente. Después de todo, es mi hermana, la amo y en un descuido cualquiera podría caer en su situación. Bueno, no cualquiera pero sí muchos.

—Te perdono, pero... —me corta el habla abrazándome como no lo había hecho antes, llora en mi hombro y le doy palmaditas en la espalda con una mano mientras dirijo la otra a su vientre. Tiene casi cuatro meses, y ya puedo notar que su abdomen no está plano y una leve curvatura lo adorna.

—Estoy tan asustada —susurra—. En el colegio... todos me van a juzgar...

—Pues que lo hagan, Val —la aparto de mí, tomando sus hombros y haciendo que me mire—. Nadie es perfecto y hagas lo que hagas, sean cosas buenas o malas, la gente te va a criticar igual. Las personas que no están conformes con sus vidas siempre buscan desmerecer al resto, pero debemos ser lo suficientemente fuertes para aceptar que la vida es así. Así que sé la Valerie de siempre, la que no le importa lo que digan los demás y presume tu pancita cuando sea el momento, porque hay una vida creciendo dentro de tí.