[HISTORIA COMPLETA]
Libro #1 de la trilogía "Guerreros contemporáneos"
Júpiter Frost tiene todo para cumplir con el modelo del típico chico rompecorazones de su colegio, pero no lo es. De hecho, él es reservado, serio y silencioso, algunas veces inc...
¿Esperas una cena normal con los Frost? ¿Acaso ya olvidaste que están tan locos como para seguir una regla que les prohíbe amar?
30 de noviembre, 2013
CHRISTINE
—¿Qué sucede, Chris? Te noto nerviosa. ¿Problemas con el pijo rico de nuevo? —pregunta Franklin sentándose frente a mí en la cocina de la cafetería.
No hay muchos clientes así que decidí darme unos minutos de descanso. Oliver nos escucha hablando y de inmediato deja de lavar la loza para echarle a su mejor amigo una mirada de advertencia.
—No, no es eso. Bueno, sí, tiene que ver con Júpiter.
—Anda, suéltalo. Puedes confiar en papacito.
Franklin pellizca mi mejilla haciéndome sonreír. Me alegra haber retomado mi amistad con él y que no se haya vuelto raro entre nosotros a pesar de que casi tenemos sexo. Él es espontáneo y atento, un buen amigo.
—Mañana cenaré con Júpiter y su familia —confieso, y su expresión cambia ligeramente.
—¿Cenar? Vaya, ustedes van en serio.
—Pues sí. Todo va bien entre nosotros. Sus padres y sus hermanos mayores coinciden estos días en la ciudad, así que... los conoceré.
—¿Y cuál es el problema? ¿Su madre? Las suegras siempre son difíciles. Mi madre es una bruja, y si me atreviera a llevar alguna chica a cenar su nivel de maldad aumentaría, créeme.
—No, la madre de Júpiter es un verdadero amor. Son su padre y su hermano los complicados.
—Sí, recuerdo al tal Justin. Debí tirarle encima el té que sobró aquella vez —Franklin suelta un suspiro, como si recordara un acto heroico—. Pues mira, tu novio es Júpiter, ¿no? Y es su deber defenderte si su padre o hermano te tratan con superioridad o algo por el estilo. Si no lo hace, es un imbécil que merece que le entierren un palo de escoba en el culo.
—Frank —advierte Oliver.
—¿Qué? Es la verdad. Si te hacen algo, Chris, tú dímelo y se las verán con este macho —concluye golpeándose el pecho como Tarzán y guiñándome un ojo.
—Gracias, Frank.
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01 de diciembre, 2013
Júpiter estaciona su jeep afuera de la puerta principal de su casa y descendemos en silencio.
Ya estamos aquí.
Júpiter lleva una camisa azul y pantalones negros; luce guapísimo, como siempre. Yo llevo una blusa violeta y pantalones de mezclilla. Él dijo que no debía vestirme formal, que probablemente sus hermanas cenarían en pijama, así que espero no encontrarme a todos vestidos de gala.
