22- Transición

15.4K 1.8K 1K
                                    

Canción del capítulo: Out of the woods - Taylor Swift.

———————

No es la forma en la que ciertas personas llegan a tu vida lo que te hace decidir si los aceptas o no, sino sus motivos.  

CHRISTINE

Reacciono sintiendo un fuerte dolor de cabeza. Abro los ojos con dificultad y me cuesta orientarme, pero finalmente reconozco mi habitación. Al mirar por la ventana ya puedo ver las estrellas.

¡Marmotas, falté al trabajo!

Intento levantarme de inmediato, pero una suave mano sobre mi hombro me lo impide.

—Alto ahí, vaquera. Necesitas descansar.

Sami me sonríe con su habitual tranquilidad. Está sentado a mi lado en la cama, leyendo uno de los libros de mi colección original de Harry Potter.

—Le ocurre algo a ese libro y te corto el pene —lo amenazo.

Él ríe y lo acompaña el abuelo, que está sentado en la silla de mi escritorio. Sami se levanta, rodea la cama y me ofrece una pastilla con un vaso de agua.

—¿Cómo te sientes, Christine? —pregunta el abuelo.

—Me duele la cabeza.

—Tuviste una baja de presión o algo así. Un médico amigo de tu madre vino a verte cuando te desmayaste, no fué necesario llevarte al hospital.

—¿Qué ocurrió cuando me fui al país de las maravillas? —pregunto acomodándome para beber el agua.

—Bueno, luego del caos inicial, Júpiter y yo te subimos hasta aquí y tu madre estuvo con nosotros hasta que el médico te revisó. Luego nos dijo que podíamos quedarnos a tu lado pero que no hiciéramos ruido —explica Sami.

—¿Y Júpiter?

—Se fué hace poco. Dijo que hoy su madre llegaba de Europa, pero me me envía mensajes cada quince minutos para saber si ya reaccionaste y vendrá a visitarte mañana por la mañana —sonrío y Sami levanta una ceja mirándome con picardía—. Luego hablaremos de tu extraño acercamiento con Frost, Christine, tienes mucho que explicarme.

—¿Dónde están mamá y mis hermanas?

—Tu madre, Valerie y Allen han estado toda la tarde hablando en la cocina. Supongo que Jess les está explicando cómo usar un jodido condón —dice el abuelo con una mueca—. Y Hannah anda saltando de un lado a otro. Estuvo un rato con nosotros y vimos una película, pero se aburrió y se marchó. Iré a ver que todo esté bien.

El abuelo sale de mi habitación y Sami vuelve a sentarse a mi lado. Me abraza y peina mi cabello con sus dedos, una costumbre que tiene desde que somos pequeños.

—¿Y... Oliver?

—Tu madre lo corrió, Chris —responde Sami; cierro los ojos sintiendo cómo mi dolor de cabeza aumenta—. ¿Por qué mejor no sigues descansando?

—Ayer, en casa de Júpiter estaba pensando que mi vida no podía complicarse más... Estaba equivocada.

—No estás sola. Por mucho que se complique todo, siempre me tendrás a tu lado y juntos le patearemos el culo al mundo.

—Te quiero, pendejo. Ahora, ¿puedo usarte de esclavo y pedirte que me traigas algo de comer? Estoy que muero de inanición.

Sami mueve la cabeza y sale de la habitación murmurando algo sobre mí tratándolo como un esclavo en lugar de lanzarle rosas.

La Regla Frost © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora