La Regla Frost © ✔️

EPÍLOGO

Cinco años después...

27 de enero, 2019

CHRISTINE

Hace mucho tiempo que no me sentía tan nerviosa.

Me sudan las palmas de las manos y mi corazón late bastante apresurado.

Pero... no todos los días lanzas tu primera colección de ropa.

¡Marmotas, qué emoción!

Supongo que puedo darme el lujo de temblar de nervios y caminar de un lado a otro. Estoy en los vestidores, rodeada de modelos de confianza con las que llevo trabajando ya varios meses; ellas lucen tan nerviosas como yo. 

—¡Christine! Estoy tan emocionada, ¡esto será estupendo! —exclama Diana, una de las modelos pasando junto a mí. Luce tan preciosa, su piel morena destaca junto al vestido azul que lleva, uno de mis favoritos.

—Diana, espera, ¡te dije que no te tocaras los ojos! —Valerie se acerca a ella con las manos llenas de distintos cosméticos y le da los últimos toques a su maquillaje—. Listo, ¿puedes decirle a Chloe que venga? Gracias —luego se acerca a mí e intenta ponerme polvo en la cara, pero me alejo.

—Me da alergia, Val.

Valerie es la jefa del departamento de maquillaje, y objetivamente, dejando de lado el hecho de que es mi hermana, ha hecho un trabajo estupendo. Hizo un curso de estilista cuando terminó el colegio, luego obtuvo varias especializaciones y ha trabajado en LizzieCo desde entonces.

Estoy a punto de felicitarla y agradecerle por estar a mi lado cuando algo, o más bien alguien, choca contra mis piernas y casi pierdo el equilibrio.

—¡Escóndeme, tía Chris! ¡Escóndeme!

Lester, gritando de risa y emoción, levanta mi vestido e intenta meterse debajo. Río tocando su cabello, igual de castaño y desordenado que el de Allen.

—¿De quién te escondes?

—¡De mi papá! Allí viene... —pero su sonrisa se borra al ver a Valerie. Lester se aferra a mi pierna y su expresión se vuelve tímida—. Oh... hola...

—Hola, Lester —Valerie intenta sonreír—. Ahí está Chloe, vuelvo enseguida.

Se aleja y el pequeño la sigue con la mirada. Mi precioso Lester, es el niño más inquieto, tierno y bondadoso que he conocido; siento mi pecho apretarse, sabiendo que tal vez él deseaba más que un saludo de parte de Val. Muchos ahora estarán preguntándose, ¿qué rayos pasó? ¿De qué me perdí? Bueno, eso ya es otra historia que a mí no me corresponde contar.

—Oye, ¿y Hannah? —intento distraerlo y funciona.

—¡Ya está sentada! ¡Y me retó por andar corriendo, tía Chris! ¡Y adivina quién más llegó! ¡El tío...!

—Chris, ¿has visto a un niño por aquí? —pregunta Allen asomándose por el pasillo, intentando contener una sonrisa—. Es guapo, como yo, y siempre parece que se comió un tarro de azúcar.

—¡No estoy, papá, no estoy! —grita Lester volviendo a levantar mi vestido para meterse debajo. 

Allen suelta una carcajada y levanta su hijo en el aire. Ambos lucen tan felices juntos, son muy parecidos no sólo físicamente, sino también de carácter. Me costó entender la decisión de Valerie y sé que para Allen no fue fácil, pero ha hecho un trabajo excelente como padre, no se rinde y por eso lo admiro.

—Ya deberían ir a sentarse. El desfile está por comenzar.

—Sí, tienes razón... —la mirada de Allen se desvía hacia una de las modelos y le doy una palmada en el brazo.