La Regla Frost © ✔️

🕷️CAPÍTULO🐧ESPECIAL🕷️

¡Rulebreakers! "La Regla Frost" ya tiene perfil en Goodreads, por si quieren ir a calificarla de 1 a 5 estrellas y/o dejar una reseña.

Para quienes no saben, Goodreads es una página, app, plataforma, etc. donde están prácticamente todos los libros del mundo para que los lectores los califiquen y dejen reseñas. También sirve para que organicemos nuestras lecturas creando listas de lecturas de lo que queramos, nos pongamos metas anuales, sigamos a los escritores, en fin, es bastante buena y personalmente me sirve mucho. 

Yo aún no tengo perfil de escritora en la plataforma, pero esta historia ya está. Sólo tiene que poner el nombre del libro en el buscador y les va a aparecer de inmediato.

Ahora sí, ¡disfruten el capítulo!

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02 de febrero, 2015

ALLEN

Cuando estás a cargo de un niño, no importa la edad, hay bastantes probabilidades de que te de un infarto agudo al miocardio.

No lo dice la ciencia, no lo dice internet ni las benditas enciclopedias.

Lo digo yo. Allen Isaía McLaren, 20 años, guapo papá soltero y delantero del equipo de fútbol de la Universidad de West City a sus servicios.

Todo empieza cuando entro a la sala y veo a Lester de pie, afirmado en el sofá. Siento pánico, una sensación parecida a la que me da en cada partido cuando los rivales entran con la pelota al área de mi equipo, y casi suelto la pera que llevo en la mano. Pero me controlo y le sonrío a mi hijo para no asustarlo. Recién estaba gateando, dejé de mirarlo por diez segundos mientras iba a la cocina por una fruta y ya está de pie, tambaleándose.

—Paaá... —estira sus bracitos y me acerco con lentitud. Tengo miedo de que pierda el poco equilibrio que tiene y caiga. No sería una caída linda a pesar de la alfombra.

—Ven acá —me agacho a dos pasos de él y le tiendo mis manos—. Ven con papá.

Él da un pasito tentativo y tembloroso, sin atreverse a dejar el sofá. Demonios, tengo que controlarme para no gritar de emoción, ¡son sus primeros pasos! ¿Dónde hay una maldita cámara cuando la necesito? 

Su mirada traviesa se vuelve asustada, así que le sonrío y aplaudo, animándolo a dar otro paso. Uno más, Lester... uno más...

—Ven conmigo, hijo. Ven.

Da un paso más, un paso que se vuelve un salto al vacío porque se tira a mis brazos sabiendo que lo atraparé.

—¡Paaá...!

—¡Ya caminas, Lester!

Él me sonríe enseñándome sus pequeños dientes y acerco mi rostro para recibir uno de sus besos. Besa mi nariz, y en vez de decir "Muak" dice "Baaa" llenándome de baba. Al menos no muerde como Hannah.

Nos sentamos en el sofá y pico la pera en trocitos para que él coma. Lo observo maravillado, tocando sus rulos desordenados y viendo cómo se echa los pequeños trozos de fruta a la boca; no me avergüenza decir que se me llenan los ojos de lágrimas al recordar lo que acaba de hacer. 

Mi hijo ya camina.

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15 de abril, 2017

—Eres el peor padrino del mundo.

—Lo siento —murmura Júpiter al otro lado de la línea.