Rescatar a los perros es la prioridad. Incluso más que los sentimientos de nuestra ingenua Christine.
CHRISTINE
Llego a casa pasadas las diez de la noche. No alcancé a ver a mamá antes de que se fuera a trabajar para contarle que ya tengo trabajo, porque luego de hablar con el administrador de la cafetería, Oliver me invitó a comer una hamburguesa.
Comida gratis, no pude negarme.
El abuelo y Hannah están medio dormidos en el sillón de la sala viendo una película animada y Valerie está encerrada en su habitación, así que me deslizo hasta la cocina a prepararme un café. Amo el café.
Minutos después de haber llegado, cuando ya estoy en mi habitación, el timbre de la casa suena y corro en dirección a la puerta.
—¡¿Quién va?! —grita Valerie.
—¡Yo!
—¿Quién?
—¡¡Yo!!
—¿Quién es? —pregunta Valerie saliendo de la cocina. Probablemente bajó a devorar lo que quedó de la cena. Me pregunto dónde habrá dejado su tan estricta dieta.
—Sam —respondo cuando abro la puerta.
Mi mejor amigo está de pie frente a mí, con una bolsa de supermercado en las manos y mira hacia todos lados menos al frente.
—Hola —dice jugando con el cordón de su sudadera.
—Hola.
—Chris, yo... lamento lo de esta mañana.
—¿Lamentas haberme utilizado como saco de boxeo y haberme hecho sentir mal con tus palabras?
—Sí.
—¿Cuál es tu excusa?
Sami cierra los ojos y suspira, para finalmente mirarme con toda la seriedad del mundo.
—Ayer en la mañana, Alba se presentó en mi casa diciendo que estaba arrepentida y que quería que volviéramos a empezar. La mandé a la mierda porque no estoy para sus juegos y se marchó; lo malo es que mi padre escuchó todo. Él y mamá estuvieron el resto del día recordándome lo decepcionados que estaban de mí por tener problemas con chicas, hablando de lo orgullosos que estaban de Mike y preguntándose por qué yo no puedo ser como él. Yo sólo...
—Necesitabas desquitar tu rabia con alguien —completo su frase.
—Sí.
—Nunca lo habías hecho. Si te sentías mal, debiste hablarlo conmigo y habríamos encontrado un método que te ayudara a canalizar tu rabia. Confiamos en el otro.
—No volverá a repetirse. De verdad lo siento mucho.
Le dedico una triste sonrisa y salto a sus brazos. Sami tiene un hermano gemelo: Mike, que ya se encuentra en su primer año de universidad con una beca deportiva y un excelente promedio, a diferencia de Sami que repitió un año y aún está en el colegio. Mike practica natación y sus padres jamás han tenido la necesidad de regañarlo por nada. ¿Conclusión? Es el hijo favorito de los señores Potter, que no pierden oportunidad para recordarle a Sami lo avergonzados que están de ser sus padres, sobre todo desde el día en que la señora Potter encontró un cigarrillo en uno de sus pantalones.
Esa es la razón por la que Sami prácticamente vive más en mi casa que en la suya.
—¿Por qué no pueden aceptarme como me aceptas tú? —susurra con la voz quebrada, enterrando su cara en mi cuello. Sami es bastante fuerte y no llora a menos que esté muy destrozado por dentro, y el tema de sus padres siempre lo afecta más que cualquier otra cosa.
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La Regla Frost © ✔️
Novela Juvenil[HISTORIA COMPLETA] Libro #1 de la trilogía "Guerreros contemporáneos" Júpiter Frost tiene todo para cumplir con el modelo del típico chico rompecorazones de su colegio, pero no lo es. De hecho, él es reservado, serio y silencioso, algunas veces inc...