Ahí estaba, sentado majestuosamente con su pómulo apoyado en su mano derecha, como si hubiese esperado milenios por mi llegada. La encarnación de la muerte y la destrucción. Sentado pacíficamente en su magnífico trono. Ese increíble ser no podría ser otra cosa que un Dios. No. Llamarlo de otra manera era increíblemente inapropiado. Esa fue mi primera impresión al levantar la mirada hacia el trono. Realmente no podía creer que algo así existiera en este mundo, probablemente incluso los dragones palidecerían ante su presencia.
La increíble presión que azotaba mi pecho se había ido, ahora había recordado como respirar, mi pulso cardiaco seguía extremadamente acelerado, pero no al punto de querer saltar de mi pecho como hace apenas un segundo atrás. La verdad no se porque empecé a derramar lágrimas, pero su aterradora presencia, genera una indescriptible calidez en el interior de mi corazón, como si instintivamente supiera que el ser frente a mi es un Dios.
Intente vocalizar mis primeras palabras como si acabara de nacer, pero sonaba increíblemente patética al hacerlo.
- Y-Yo... Mi-Mi... Mi-Mi nombre es Silvia Ashcrome, Su Majestad.
- Veo que no has dejado de llorar pequeña ¿Deseas descansar?
Nunca me sentí tan feliz por que alguien dirigiera su preocupación hacia mi insignificante persona, pero no podía permitir tan indecorosa acción ante un Dios. Simplemente era inaceptable, por lo que obligue a mi tembloroso cuerpo a calmarse y presentar la postura adecuada de un sirviente. No estoy segura el motivo de que piense que soy su sirviente. Probablemente sea su aura divina o quizá estoy cayendo en la locura, pero instintivamente sé que el es a quien debo servir.
- A-Agradezco su preocupación, Su Majestad. Pero no soy digna de aceptar su bondad.
Una hermosa mujer que estaba junto al Dios de la muerte, parecía sonreír a mis palabras. Honestamente no la había notado, pero parece ser su Reina. Ella es increíblemente hermosa, como si su rostro hubiese sido esculpido a mano meticulosamente por cientos de maestros artesanos. Los cuernos que decoran sus sienes se ven extremadamente elegante. Sinceramente creo que ella fue hecha a mano por los dioses, no encuentro otra explicación para tan perfecta figura.
- Tu serás la representante, Silvia Ashcrome. Debido a que tus acompañantes parecen no estar en condiciones de decir nada.
Regrese a ver a mi hermano debido a sus palabras. Estaba tan pálido como el yeso, su cuerpo temblaba sin control. Probablemente no sería rara que perdiera la razón en cualquier momento, pero la opresiva aura que había en la habitación se fue hace ya un tiempo, por lo que ya es hora de que empiece a reaccionar, pero tal parece que de momento es un sueño lejano.
Dirigí mi vista hacia Patricia, pero su estado es aún más lamentable ella parece haber entrado en un estado de trance ¿Estará muerta? Realmente me preocupan esos dos, pero no puedo irrespetar a un Dios corriendo a revisarlos. Probablemente estarán bien dentro de unas horas.
- E-Entiendo. Será un honor, Su Majestad.
- Que los trae a mi reino, Silvia.
- Si provengo de un lugar llamado bosque Ebasha, como podrá darse cuenta pertenezco a la raza de los Elfos del bosque. He acudido a su poderoso reino en busca de ayuda para mi gente.
- ¿Nada más?
- ¿A qué se refiere, Su Majestad?
- Preguntaré nuevamente, Silvia Ashcrome.
- Solo eres una Elfa del bosque.
Mis ojos se abrieron ampliamente por esa sencilla pregunta, comprendí su significado en el momento en que planteó la pregunta de esa manera ¿Cómo pude ser tan estúpida? No fue mi intención hacerlo, pero habíamos ocultado desde el inicio que pertenecíamos a la realeza, por lo que cometí un terrible error sin darme cuenta, para empezar ¿Cómo podría un ser así no haberse dado cuenta? Después de todo, incluso sabe mi apellido.
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Overlord volumen 15 - La ciudad Blanca de Ebasha (Fanfic)
FanficEsta historia relata un conflicto entre Ainz Ooal Gown y el Rey elfo que gobierna el bosque Ebasha.