Había llegado el momento de la verdad. El fatídico momento en que las sacerdotisas finalmente mostrarían su valor había llegado y los actores principales habían tomado sus respectivos lugares.
Un ejército de no-muertos se acercaba a su posición y pronto sería momento de dar inicio a las hostilidades. Los pesados pasos de los no-muertos, se podía sentir a la distancia. Los pasos de los caballeros de la muerte que marchaban como un ejército bien organizado eran particularmente pesados; estos no-muertos de rango medio, constituían el riesgo más grande para los defensores.
Si bien, eran no-muertos de rango medio; las sacerdotisas no eran existencias invencibles. Todas ellas eran como pequeñas piedras preciosas que no habían sido pulidas. Su valor era considerable, pero sencillamente seguía siendo poco más que materia prima.
Su verdadero valor estaba por verse, por lo que no podían permitirse fallar en su primer trabajo de campo. Y menos con la confianza de su amo en juego.
Los no-muertos estaban divididos en grupos de cien, dirigidos por un Lich ancestral, encargado de la organización de las tropas. La razón para esto era sencilla. No-muertos como los yuriniggers y esqueletos, eran poco más que carne de cañón para casi cualquier adversario, pero ese solo era el caso, si no contaban con un líder.
Por otro lado, si tenían un líder, las cosas eran muy diferentes. Cuando atacaban en grupos grandes y estaban organizados, eran más que un enemigo formidable contra casi cualquier adversario. En este momento contaban con todos los factores posibles jugando a su favor. Cosas como: los números, organización e iniciativa. Teóricamente jugaban a su favor. Por ese motivo, seria muy extraño que perdieran; incluso si el enemigo era formidable, con seguridad no seria numeroso, por lo que los no-muertos debían seguir manteniendo cierta ventaja.
Así pensaba, EL rey elfo, quien observaba los acontecimientos desde la distancia, mientras mecía una pequeña copa de vino que tenía en su mano. Recordaba haber usado una estrategia similar cuando apresó a la carta del triunfo de la Teocracia. En aquel tiempo quería usar a esa mujer en sus experimentos, pero no contempló que su talento fuera anular cualquier barrera.
El Rey elfo la mantuvo en confinamiento mientras experimentaba con ella, pero fue tarde cuando descubrió el talento de aquella mujer. Al inicio la mantenía recluida usando un ítem de restricción llamado "Cadena devoradora". Un ítem en forma de grilletes que drena constantemente el maná del objetivo.
Después de un tiempo, pensó que la mujer no era digna de tales medidas exageradas, por lo que removió el ítem. Desgraciadamente cuando lo hizo, descubrió que la mujer podía anular la barrera colocada en su castillo y que podía teletransportarse.
En aquel momento, el rey elfo estaba realmente frustrado, pero tras considerarlo algún tiempo. Terminó por restarle importancia; aunque seguía interesado en el resultado de aquel experimento. Cuando la desafortunada mujer se teletransportó a las afueras del bosque. Encontró a las "Escrituras negras", que apenas habían empezado su misión cuando encontraron a su objetivo.
Ese era el motivo por el que, el rey elfo, realmente no conocía el poder de combate de la Teocracia y la Teocracia, solo podía especular con respecto al poder de rey elfo. Realmente eran dos existencias en guerra que no sabían nada el uno del otro.
- Jamás vi criaturas como esas... ¿Son híbridos?
El rey elfo había hecho todo tipo de experimentos en este tiempo, incluyendo el uso de su sangre para crear poderosos soldados, pero debido a que explotaban, determinó que tener hijos era la forma más segura de pasarles su sangre.
- Ahora que lo pienso. Es prácticamente imposible que Surshana siga con vida... El era el más longevo de los dioses antiguos, pero solo eso. En cuanto a poder, no tenía nada que hacer contra ninguno de los amos.
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Overlord volumen 15 - La ciudad Blanca de Ebasha (Fanfic)
FanfictionEsta historia relata un conflicto entre Ainz Ooal Gown y el Rey elfo que gobierna el bosque Ebasha.