Capítulo 5 - La esperanza del titán caído (Parte 1)

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La ciudad capital de los elfos empezó a temblar con violencia y sus habitantes parecían muy desconcertados por la repentina situación; algo como esto jamás había pasado, por lo que todo el mundo dirigió su vista hacia palacio, donde parecía generarse aquel abrumador temblor.

A medida que observaban la escena ante sus ojos, estos no hacían otra cosa aparte de ensancharse más a cada segundo que pasaba.

El suelo se dividía en la parte más baja de la gigantesca torre blanca en el centro de la ciudad de Grundom, Los elfos que la habitaban solo podían observar atónitos un espectáculo digno de las leyendas.

De la gigantesca grieta que se formó en la parte baja de la torre, empezó a emerger un gigante acorazado de no menos de veinticinco metros de alto, pero eso no fue todo, del interior emergieron dos gigantes más, cada uno con aproximadamente quince metros de alto.

Los Elfos no podían cerrar sus bocas, pero ¿Quién podría culparlos? No todos los días pasa algo como esto en la ciudad en la que vives y para rematar, no tenían ninguna prueba de que esas abrumadoras existencias fuese aliados, por lo que, pese a su asombro, estaban en peligro hasta que alguien afirme lo contrario.

Los gigantes empezaron a caminar por la calle principal de la ciudad, mientras cientos de personas corrían despavoridas para no morir aplastadas.

Afortunadamente los gigantes no parecían tener intenciones hostiles contra ellos; se podría decir que era todo lo contrario debido a que parecían tener cierto cuidado al caminar. Para sorpresa de la gente, aquellos gigantes no eran lo único que emergería de aquella torre, tras de ellos empezaron a emerger incontables no-muertos; algunos eran familiares incluso para los elfos que vivían recluidos, pero otros se veían completamente diferentes, se veían poderosos y corpulentos. No había mejor forma de describir aquel suceso que un desfile de monstruos.

¿Cómo se supone que deberían reaccionar aquellos ciudadanos? ¿Debían estar asustados, felices o sorprendido? Cualquiera fuese la decisión correcta, no importaba. Aunque acertaran a la opción correcta ¿Qué lograrían? Lo único que tenían claro en este instante era que, si estaban en el camino de aquel ejército morirían.

Aquel desfile ciertamente era aterrador, pero hubo algo que llamó su atención, en una elegante carroza dorada arrastrada por caballos no- muertos, se podía observar a un poderoso elfo que parecía guiar aquella aterradora procesión.

Muchos Elfos jamás habían visto a su rey, por lo que esta era probablemente la primera vez que la ciudad de los Elfos podía ver la figura de su rey. Solo había una pregunta en el aire que nadie podría responder por mucho que quisiera y esa pregunta era: ¿A dónde se dirigía su rey?

Eso realmente no importó, mucha gente pensó que su rey finalmente los defendería de los continuos ataques de la Teocracia, por lo que empezaron a vitorear con todas sus fuerzas.

El rey elfo, observaba dicho espectáculo con indiferencia. Probablemente, lo único que cruzaba su mente era lo insignificantes que se veían esas personas que gritaban a la distancia.

Estos golems habían sido dejados por Ebasha hace mucho tiempo para defender la ciudad, mientras que los no-muerto, fueron creados por el rey elfo, quien era un nigromante. Había hecho durante mucho tiempo en un esfuerzo por aumentar su poder militar, pero en algún momento, simplemente había dejado de hacerlo.

Los golems no podía ser subestimados, debido a que el más grande era de nivel 90, mientras que los otros dos debían rondar el nivel 80. Dicho eso, tenían una gran desventaja y era que solo obedecerían las órdenes del rey elfo. Al no tener una voluntad propia; carecían de capacidades de adaptabilidad, lo que los hacía meros muñecos que sin su amo no eran menos que nada.

Overlord volumen 15 - La ciudad Blanca de Ebasha (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora