Overlord volumen 15 - La ciudad Blanca de Ebasha (Fanfic)

Capítulo 4 - El despertar de los monstruos (Parte 3)

Aura, tenía un increíble dolor de cabeza en este preciso momento, se sentía como si repentinamente el número de personas de las que tenía que hacerse cargo se había incrementado en uno. Neia perseguía insistentemente a Shalltear como algún tipo de viejo pervertido que gustaba de chicas jóvenes.

Realmente Aura no quería involucrarse, pero sentía cierta responsabilidad por estas dos, por lo que decidido finalmente actuar. Aprovechando que tenía su arco en este momento, Aura decidido preparar una flecha y certeramente apuntó al filo de la ropa de Neia, quien seguía persiguiendo a Shalltear.

- ¡¡¡EEEEEH!!!

Cuando Neia vio venir el ataque ya fue tarde, todo su cuerpo fue jalado por la fuerza de la flecha arrastrándola hasta un árbol cercano.

- ¡Haaaa! ¡¿Qué demonios creen que hacen ustedes dos?!

- G-gracias.

- ¿De qué? ¿No eres lo suficientemente fuerte para deshacerte de ella fácilmente?

- Yo no podría lastimar a quien lleva la sangre de Peroroncino-Sama, además, Ainz-Sama no sería feliz.

- Basta con que simplemente la alejes ¿Cierto?

- Bueno, no lo había pensado...

- Y tu, Neia. ¡¿Qué demonios te pasa?!

- ¡Eh! P-Pues yo... no lo sé, un momento estaba dando mi reporte y al siguiente...

Neia era sincera, ella realmente no tenía idea de lo que estaba pasando, simplemente había sido un impulso repentino que había sentido. Cuando intento explicar su situación más a detalle escucho una voz en su interior.

- (Lo siento...)

- (¡Eh!)

- (Cuando vi a mi linda creación no pude evitarlo, ¿No es simplemente perfecto su diseño?)

- (¿Quién es usted?)

- (Mmm... la verdad es que esto es muy extraño, es como si parte de mi estuviera viviendo en un lugar tranquilo, donde puedo disfrutar de una película a través de tus ojos.)

- (¿Pelicula?)

- (¿Acaso no sabes lo que es?)

- (No lo sé discúlpeme.)

- (Es una pena... bueno, supongo que debo presentarme. Mi nombre es Peroroncino, para ser exactos la parte de mí que quedó almacenada cuando realizamos ese loco experimento de Ulbert-San)

- (¡¡¡U-U-U-U-Usted es mi padre!!!)

- (¡¡¡Qué!!! No, no, no, no, no puede ser... quiero decir... ¡nunca lo he hecho con nadie!)

Peroroncino se arrodillo con frustración por algún desconocido motivo dentro de la mente de Neia.

- (¿Dije algo malo, Su Majestad Perororncino-Sama?)

- (¡¿Qué?! No hace falta que me hables así, de lo contrario podría hacerte cositas malas...)

- (¡Jajaja! No creo que mi honorable padre sea ese tipo de persona...)

Decía Neia con una brillante sonrisa a Perororncino, quien tenía una mirada pervertida, mientras retorcía sus dedos de una manera extraña, casi como diciendo: "Sígueme pequeña, te mostraré el camino".

- (¡Ghe! ¡Eso es contra las reglas!)

- (¿Acaso dije algo malo, padre?)

- (¡Ghe! ¡No lo diga!)