Capítulo 2 - Un verdadero Rey

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Un elegante demonio caminaba tranquilamente por los pasillos de su lugar de experimentación, mientras disfrutaba de los agradables lamentos que soltaban las almas que habían sido confinadas en este apacible lugar.

El se encontraba en uno de los pasillos del séptimo piso de la, Gran Tumba de Nazarick. Caminaba tranquilamente en una inspección rutinaria para revisar el avance de algunos experimentos importantes que ayudarían a su amo a completar sus magníficas maquinaciones. Después de caminar un rato se detuvo frente a una celda concreta para apreciar la vista, en la celda se encontraba un hombre delgado de cabellos castaño, extremadamente delgado. Colgaba de tres ganchos de carnicero similar a una res para la venta y en sus manos portaba un anillo que le era muy familiar al demonio.

Este ítem llamado "El anillo de los Condenados", mantenía las funciones cerebrales de cualquier ser que lo usara, sin importar si su cuerpo colapsaba. En otras palabras, si uno decidiera colocar el anillo en un lugar como su oreja; por poner algún ejemplo, el anillo mantendría las funciones cerebrales de su portador sin importar si su cabeza era cortada, el anillo simplemente mantendría la cabeza con vida o algo cercano a eso, por llamarlo de alguna manera. Conservando el dolor fantasma en el lugar donde el corta haya sido realizado. Este anillo era una de las obras maestras de su creador y ahora le partencia a su pequeña sucesora, quien lo usaba para su aprendizaje.

- Veo que portas un tesoro en tu mano...

Decía el demonio con un tono de ironía en su voz, como si realmente pensara que este espantoso aparato de tortura fuera un tesoro de la más alta categoría.

- ¡Mmmmmm! ¡Mmmmm!

- ¿No puedes hablar?

- ¡Mmmmmmm! ¡Mmmmm!

- Parece que tu lengua fue quemada... bueno, la pequeña herencia de mi creador detesta el ruido, por lo que pienso que no se puede evitar.

- ¡Mmmmmm! ¡Mmmmm!

- El demonio empezó a sentir algo de interés por lo que decía el hombre, por lo que decidió ayudarlo con su pequeño problema.

Tomando una gota de algún líquido extraño, la colocó cuidadosamente en la boca del hombre colgado como una res para la venta. Inmediatamente su carbonizada lengua empezó a sanar.

- ¡Mátameeeeee! ¡Te lo suplico! ¡Mátame!

- ¡Oh! Que maravilloso, realmente no pensé que funcionaria... debo anotar estos resultados inmediatamente, nos ayudará a ahorrar grandes cantidades de material en el futuro.

Decía el demonio ignorando completamente al hombre que lloraba suplicante por que misericordiosamente le dieran fin a su vida.

- ¡Por favor! ¡No me ignores! Mátame, te lo suplico...

Si el hombre pudiera hacerlo probablemente se hubiera puesto de rodillas ante el demonio que lo ignoraba por completo como si no fuera su problema.

- Mmmm... si mi memoria no me falla... tu eres el insensato que se atrevió a tocar el legado de uno de los Supremos ¿Me equivoco?

- Yo lo lamento, no pensaba con claridad cuando intente tocar a Emilia-Sama... Se lo suplico, tenga misericordia y termine con mi vida.

- ¡Oh! Veo con agrado que has recapacitado, pero me disculpo... esa misericordia solo puede ser otorgada por mi amo y desgraciadamente no ha dado tal orden, por lo que seguirás siendo el compañero de aprendizaje de Emilia.

Overlord volumen 15 - La ciudad Blanca de Ebasha (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora