Capítulo 36: Ansias de poder

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Estrik no dejaba de dar pequeños golpes al suelo con la punta de su pie derecho. Frente a él, Zakesh no dejaba de quejarse mientras se masajeaba su pierna herida, lamentándose de no estar recuperado del todo.

Ante la insistencia del joven, el melnix había accedido a tener una práctica con él, pero no le había permitido realizarla en ala rena, tal y como había exigido el marashi. En su lugar, habían optado por la sala de entrenamiento. Los únicos testigos de aquel encuentro eran Rena, Kara, Tsuki y Caju.

-Oye, ¿tú no deberías detenerles?-le preguntó Rena a la curandera.

-¿Para qué?-respondió ella mientras se liaba un cigarro-No me van a hacer caso, los hombres y su ridículo orgullo... Además, quiero corroborar algo.

-¿Cómo que el ridículo orgullo de los hombres?-preguntó Caju, ligeramente ofendido-Lo que pasa es que vosotras no apreciáis el significado de un duelo.

-¡¿Vas a estar mucho tiempo lamentándote?!-gritó Estrik, quien empezaba a perder la paciencia.

-No, ya estoy listo.

El melnix finalmente soltó las muletas que le ayudaban a andar, pues planeaba luchar apoyándose tan solo en una pierna mientras mantenía la otra en alto. Ambos prepararon sus armas de práctica, pues tampoco deseaban herir al otro.

-Cuando quieras chaval-dijo Zakesh-Yo lo tengo difícil para dar el primer paso.

El joven corrió hacia él, lanzando una profunda estocada. Zakesh se inclinó hacia atrás de manera exagerada, apoyándose con las manos para evitar que su espalda tocase el suelo. Desde esa posición, levantó su pie para golpear la mano de Estrik, quien dejó escapar su espada por el inesperado ataque. El melnix todavía dio otro par de volteretas para ganar distancia antes de erguirse de nuevo, sin que su pierna herida rozara el suelo en ninguna ocasión.

-¡Eso ha sido espectacular!-gritó Caju.

-¡Si tu le ganaste no puede ser tan hábil!-gritó Estrik.

El marashi lanzaba un tajo tras otro, atacando a cada vez más velocidad, pero Zakesh esquivaba cualquiera de los ataques como si los viera de antemano.

-Caju me ganó porque se preparó a conciencia-empezó a decir-Además de que siempre mantuvo la calma. En eso te supera claramente.

Aquel comentario sacó aún más de sus casillas al joven, quien se lanzaba cada vez con más furia.

-Oye...-empezó a decir Caju-¿Por qué Estrik está tan enfadado?

-Lleva así desde hace mucho-respondió Tsuki-Desde que nos capturaron creo recordar, pero...

-Porque no hace más que perder-dijo Rena en tono serio-Al menos desde que yo le conozco no le ha ganado a nadie.

-Ahora que lo dices, es cierto-mencionó el ladrón-Lleva una mala racha de campeonato

El melnix volvió a retroceder de un gran salto, haciendo gala de la agilidad innata de su raza

-¡Oye Zakesh!-gritó Kara de pronto-Inténtalo ahora.

-¿Segura? Vas a tener que atenderle luego.

La curandera se limitó a responder con un vago balanceo de su mano mientras acercaba el cigarro a una antorcha para encenderlo. La sonrisa de Zakesh se volvió mucho más siniestra antes de ejecutar su movimiento. Apoyó su pierna herida en el suelo con fuerza y se impulsó hacia ellos. Al utilizar las dos extremidades, su velocidad se dobló, por lo que pudo atravesar la defensa del joven sin ningún esfuerzo, golpeándole en el estómago con las dagas y haciéndole caer de rodillas.

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