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Si Jaemin tuviera que pedir un deseo, este se reduciría a una vida llena de momentos alegres, justo como los estaba viviendo ahora. Aquello se traduciría a permanecer junto a Jeno por un largo tiempo, si es que no el resto de su vida, aunque claro, en el fondo de sus pensamientos aquello último seguía siendo una posibilidad descabellada que solo resultaría en desilusiones.

Pese a que era su cumpleaños, no había tenido noticias por parte de Jeno en lo que iba del día, pero tampoco lo culpaba; después de todo, en ningún momento le había comentado sobre su día de nacimiento. De cualquier forma, no era como si estuviese obligado a saberlo o a hacerle un regalo en un día tan especial, aunque por otro lado... «ugh».

Respiró profundo, intentando apartar los malos pensamientos al menos por ese día. Sonrió y en un santiamén, apagó las velitas del pastel en frente suyo.

― ¡Feliz cumpleaños, Na Jaemin!

Los aplausos no se hicieron esperar, Donghyuck lanzó serpentina y confeti sobre todos ellos, a lo que Renjun le golpeó advirtiéndole que sería él quien se encargaría de limpiar todo ese desastre cuando terminaran de celebrar. Los tres amigos babies estaban en el departamento del pequeño rubio, solo que en ese momento eran ellos mismos. No Nana, no Haechan, no Junnie.

Inclusive Mark había sido invitado, según Donghyuck para que conviviera con sus amigos y se sintiera más tranquilo al conocer al tal Huang Renjun «y saque esos malos pensamientos de su cabecita imaginativa», en palabras de Hyuck, a lo que Jaemin no pudo refutar. De hecho, Mark le agradaba, era un grandioso chico y desde siempre había querido mucho al moreno, y precisamente por ello no podía evitar que le entristeciera lo engañado que estaba siendo.

No obstante, ese no era el momento para torturarse con un remordimiento que no le correspondía, por lo que apartó aquello de su mente para volver a la celebración en su honor.

―Gracias, chicos, por haber preparado esto para mí.

―No es nada, Jaem ―sonrió el rubio, entregando cucharas a todos para comenzar a comer―, supe por Hyuck que irás a casa de tus padres un tiempo.

―Es verdad ―suspiró anhelante, el corazón se le aceleró por la nostalgia y el deseo de regresar a casa al menos por un par de semanas―. Estaré el resto de las vacaciones en Ilsan, volveré el fin de semana anterior al inicio de clases. ¿Ustedes tienen planes?

―Markie y yo nos iremos por fin a Jeju-do unos cuantos días. Habíamos estado posponiéndolo por las clases.

―Ambos estuvimos muy ocupados ―concordó Mark, llevándose un trocito de pastel a la boca―. Hyuck en su empleo, yo con los cursos de verano en la facultad... por cierto, Renjun, ¿tú y Jaemin se conocieron igual en el trabajo?

Renjun dejó de comer lentamente, alternando la mirada confundida entre el pelinegro y su colega baby. De inmediato, el moreno soltó una risa estrepitosa que escondía los nervios producto de sus mentiras.

― ¡Yah, Mark Lee! ―canturreó con fingida molestia―. A Renjun no le gusta hablar de trabajo, no sabes las veces que hemos ido a comer y si sale el tema del trabajo, de inmediato luce como si tuviera mierda atascada en el culo.

― ¡Donghyuck! ―reclamó Jaemin disgustado.

―Oh, lo siento, Renjun ―murmuró apenado el mayor de todos, la cuchara entre sus dedos jugueteó con la crema del pastel y prefirió dejar su plato por un momento. Jaemin pudo notar lo evidentemente incómodo que se había puesto el novio de su amigo―, no es mi intención importunarte, enserio.

―No te preocupes, solo no soy muy afecto a hablar de esas cosas, espero que no me lo tomes a mal ―sonrió el bajito con parsimonia, pese a que por dentro moría de ganas por romperle la nariz al moreno por sus imprudentes mentiras; todo sería más sencillo si Haechan le dijera la verdad al pobre chico o lo dejara de una vez por su bien. Internamente, Jaemin agradeció que Renjun le tuviera paciencia al mayor―, pero sí, nos conocimos ahí. Ambos son chicos agradables a los que aprecio mucho.

Distaste | nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora