MI CHOFER QUIERE SEDUCIRME | TAEKOOK

3.

- Aquí no está el que quiero, vamos a otro supermercado ¿sí? – Dije mientras miraba la variedad de estilos y marcas de café.

- Taehyung, hombre...hemos ido a cinco supermercados diferentes – se quejó Hobi. Debe estar enfadado por hacerlo caminar tanto - ¿Puedes escoger uno y ya? No es como si hubiera mucha diferencia.

- ¡Pero no está el que quiero! – refunfuñé.

- ¿Y cuál es el que quieres?

- Eh... - en realidad no sé nada de cafés. Esto lo hago porque quiero mantener a Jungkook ocupado – Ya sabes, el...el café de... ¡de las indias! – Sí, acabo de inventarlo.

- ¿Qué?... ¡sólo escoge uno y ya!

- ¡Pero quiero el de las indias!

- Kim Taehyung, estas demasiado grandecito para hacer un berrinche como un nene de 7 años.

- ¿Me estas desafiando, Jung Hoseok? Sabes que no deberías hacerlo.

Nos miramos en silencio fijamente, echando chispas por nuestros ojos ¡Es que Hoseok no entiende! Bueno, yo tampoco sé por qué estoy haciendo esto, pero al carajo todo.

- Señor Kim... – Jungkook se acercó sonriente a mí con un frasco de café en las manos – ¿Este es el café que busca? – cuestionó extendiéndome el producto. Lo miré y me sorprendí al ver que en la etiqueta decía "Indian Coffee".

Joder, en verdad existe algo así.

- Buen trabajo Jungkook, por esto te invitaré a almorzar y dejaremos a Hoseok solo.

- ¡¿Qué?! ¿Hablas en serio?

- Oh, señor Kim, no es necesario...

- Es una orden, Jungkook. Ahora vamos a pagar.

Pagué el estúpido café de las indias y los tres salimos al estacionamiento del supermercado. Anduvimos por unos cuantos minutos hasta que divise la parada de autobús a menos de una cuadra.

Era momento de que Hoseok recibiera su penitencia por ausentarse en el viaje de negocios.

- Detente aquí, Jungkook. Frente a la parada.

- Claro – pronunció encendiendo las luces de estacionamiento.

- ¿Por qué nos detenemos aquí? – me pregunto Hoseok. Me reí en su cara al saber lo que le esperaba.

- Para que te bajes, tomes un bus o algo y te vayas a casa.

Rió esperando que fuera una broma, pero en cuanto vio la seriedad de mi rostro, reemplazó su sonrisa por una mueca de confusión. Es tan divertido.

- No hablarás en serio.

- ¿Me ves cara de chiste?

- No, pero...

- Vamos Hoseoki, no podemos estar todo el día detenidos acá – yo mismo abrí la puerta de su lado y comencé a empujarlo a patadas de los asientos traseros mientras él se quejaba.

- ¡Pero Taehyung! Mi auto está en tu casa – espetó una vez fuera – ¡no seas así!

Cerré la puerta y bajé el vidrio para hablarle.

- Este es tu castigo por no ir al viaje de negocios. Debes hacerte responsable de las consecuencias.

- ¿Qu...? ¿De qué consecuencias hablas? – de la mamada a Jungkook. Es su culpa que no pueda dormir sin una erección entre mis piernas, así que ahora me dejará a solas con mi chofer – Déjame entrar.

- Te dije que no debías desafiarme, hyung – su cara era un poema, reí ante aquello – nos vemos en la empresa, Hoseoki – solté guiñándole el ojo mientras subía el vidrio y luego le hice una seña a Jungkook por el espejo retrovisor para que avanzara.