MI CHOFER QUIERE SEDUCIRME | TAEKOOK

17.

Namjoon

- Aquí es donde vivo.

- Linda casa.

El amigo de Jungkook me pidió que lo trajera a casa. Es un chico bastante extraño la verdad, toma confianza de inmediato y le gusta hablar mucho. Supongo que tiene facilidad para hacerse amigos.

No me sorprende, Jungkook es parecido en ese sentido.

Los niños de hoy son todos parecidos.

La verdad me siento algo incómodo cuando las personas son muy confianzudas, supongo porque siempre he sido alguien de pocos amigos... no recuerdo a nadie además de Taehyung y Hoseok. Era extraño ya que ellos siempre fueron muy populares ¿Como es que terminé siendo amigo de ellos? Después de todo no soy bueno expresándome como el resto, no cuando se trata de un desconocido.

- Namjoon-ssi ¿Te quedarás pegado mirando la nada o te despedirás adecuadamente?

- ¿Ah? - SeokJin, creo que así se llamaba, me miraba sonriente. Para ser un niño, es muy guapo ¿Será que la comida de hoy en día viene con hormonas de la belleza o algo? - Lo siento... ¿Adiós?

- Que aburrido ¿Qué edad tienes? ¿58?

- 22... ¿y tu? ¿También tienes 17?

- Nop, tengo 19 - así que es más grande - No es una gran diferencia ¿Entonces porque pareces de la misma edad que mi padre?

- Ser serio no está mal. Tengo trabajo en el que pensar.

- Pero estás en el auto, frente a mi casa. Aquí no puedes trabajar - Por qué es tan... invasivo.

- Tú hablas demasiado ¿eh?

- Y tú ocultas demasiado.

- ¿A que te refieres?

- Da igual, prefiero que me lo enseñes tú mismo - se acercó a mi mejilla y me dejó un beso repentino - Adiós, Namjoon-ssi. Espero vernos pronto.

SeokJin salió del auto dejándome completamente perplejo.

¿A que se debió esa charla tan extraña y ese... beso?

Su toque se siente esponjoso y suave...y...

- Mierda... quizás estoy en problemas.

Taehyung

Tomé su cintura y lo presioné con más fuerza sobre mi entrepierna. Jungkook no paraba de besarme y restregarse, lo que me daba a entender lo muy deseoso que estaba.

Deseoso de mi.

Mis manos viajaron al cuello de su delantal, donde se encontraba el primer botón, jalé con fuerza ambos extremos para separar todos los botones de su ojal de un solo tirón. Sus ropas me estaban molestando y no tenía ni la más mínima intención de ser cuidadoso a la hora de desvestirlo.

Volví a repetir la acción con su camisa blanca, deshaciéndome de ella con desesperación y por fin su torso perfecto se encontraba desnudo para el placer de mis ojos y manos.

Me separé para apreciarlo. Su piel lechosa, lisa y suave que pronto iba a recorrer con mi boca. Sus pezones se encontraban erguidos, esperando ser maltratados por mis dientes. Sus brazos levemente delgados pero fibrosos, su pecho firme, al igual que su abdomen y esa cintura delgada...mierda, no es la primera vez que lo veo, pero sigo sorprendiendo de tal belleza.

- No me mires tanto...

- ¿Por qué?

- Es...vergonzoso.