Capítulo 5.

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Nihal se sentía apenada, toda esa situación rápidamente le ocasionó un sentimiento de deshonra. Aquello había dañado su orgullo, aquel que tanto le estaba costando reconstruir. Su rostro reflejaba decepción y furia a la vez, sus mejillas se habían enrojecido y una de sus cejas estaba alta. Todo esto bastó para que Murat se sintiera incómodo por aquel malentendido que aquella llamada había ocasionado, no tenía intención alguna de hacer sentir mal a Nihal, ni tampoco que ella tuviera una mala impresión de él, así que le pidió a su secretaria que le dijera a Hayat que lo llamara más tarde, tenía asuntos más importantes que resolver. Cuando la puerta se cerró, volvieron a estar sólos y Nihal se acercó velozmente hacia él para darle una bofetada.

-¡¿Cuándo pensabas decírmelo?, ¿Cuándo tu esposa viniera a visitarte?! -La furia que estaba sintiendo era incontrolable.

-Lo siento, no era mi intención avergonzarte. Déjame explicarte y luego si quieres puedes sacar tus conclusiones.- Nihal se quedó inmóvil y observándolo con el ceño fruncido, la ira no le permitía pronunciar ni una palabra.- ¿Está bien? .- Él vuelve a insistir y ella asiente.

Murat tomó asiento en el sillón -en el que hacía unos momentos fue parte de un acto lleno de lujuria- y ella decide quedarse de pié con los brazos cruzados.

-Escucha, Hayat es mi ex esposa, nos hemos divorciado ya hace un tiempo y por una decisión personal entre nosotros y para cuidar la imagen de ella, hemos decidido mantenerlo en secreto. Ella no ha querido decírselo a la prensa, quiero asumir que ya sabes que tan crueles suelen ser sus titulares.- La expresión de Nihal comienza a cambiar, de a poco se empieza a relajar, ahora se la ve más tranquila y comprensiva, ella sabía de lo que él le estaba hablando y conocía el trabajo de esas personas.

-¿Estás diciendo la verdad? .- Por un motivo desconocido, ella sentía la necesidad de creerle.

-Si, no tengo intención de mentirte con esto, tampoco soy ese tipo de hombre que engaña a su esposa.

-Yo creí que...

-¿Qué creíste? Déjame adivinar. Que por ser un empresario adinerado, que obtiene lo que quiere y cuando quiere, soy esa clase de hombres que no valora lo que tiene a su lado.- Ella vuelve a quedar en silencio.- Le acerté, ¿verdad?

-Yo nunca dije eso...

-Pero lo pensaste. Mira Nihal, yo a Hayat la quise y la quiero mucho, siempre la he respetado, de hecho, nunca le falté el respeto a una mujer. No soy esa clase de persona.

-Yo... lo siento, pero en ese momento sentí como si el pasado estuviera atacándome de nuevo, no me lo esperaba.

-¿El pasado? .- Preguntó confundido.

-Bueno, es una historia muy larga.

-Todos tenemos una historia larga para contar.- Ella ríe.

-Lo sé, para mí más que una historia ha sido un proceso de superación que aún no he logrado concretar.

-Tenemos algo en común.

-¿Qué cosa?

-Ambos fuimos víctimas del amor.- Sonríe.

-¿Hayat te lastimó?

-No sabes cuánto, pero mi amor por ella era mi escudo para continuar a su lado.

-Lo siento.

-No te preocupes, quizá me sienta mejor al saber que sufriste más que yo.- Ambos ríen.- Como disculpas, me gustaría invitarte a cenar.

-¿Esta noche?

-Claro.- Contestó levantándose del sillón y poniéndose de pié junto a ella.- Cuando acabemos aquí, podemos irnos juntos.

-Está bien.- Murat sonrió haciendo que ella sonría también.

-Bueno, nos vemos. Te dejo, aún tienes mucho trabajo por hacer y no me gustaría que me dejen plantado.- Dijo mientras se acercaba de espaldas a la puerta, no quería quitar su mirada del precioso rostro de Nihal.

-Nos vemos...

Murat salió de la oficina de Nihal y ella no pudo evitar morderse los labios de la emoción, era su primer día en aquella empresa y sentía que allí había encontrado su lugar en el mundo, no quería abandonarlo.

N I H R A T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora