Capítulo 16.

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El ambiente de la habitación comenzó a tornarse incómodo, pero aún así se dedicó a escuchar con atención el desahogo de la muchacha, no era quién para juzgar sus sentimientos. Él también experimentó aquel sentimiento de odio y dolor a la vez, fue víctima de las personas que más amaba en el mundo. Su madre, su abuela, su padre y Hayat. Aquellas personas le hicieron tanto daño que lo convirtieron en una persona vulnerable, no tenía con quién refugiarse y se sentía desprotegido. Pero su amor por Hayat era especial, era tan fuerte que creyó poder superarlo todo y estar junto a ella porque a pesar de todo eso era lo único que le hacía bien, hasta que lamentablemente para él, un día se dió cuenta de que estaba equivocado y tuvo que dejarla ir.

Nihal desconoce el hecho de que está siendo acompañada por la persona adecuada, de alguien que puede decir: "entiendo por lo que estás pasando." sin tener necesidad de fingir. Aún así, el joven sentía que no podía comparar su situación con la historia de ella, porque a pesar de todo logró continuar con su vida y vivirla como lo hacía antes de conocer a su ex esposa, pero era evidente que con Nihal no sucedió lo mismo. Ella construyó una nueva vida, evidentemente desde cero, porque pasado se convirtió en una pesadilla llena de malos recuerdos y en su peor enemigo.

Murat notó que Nihal estaba temblando y la tomó de las manos para que se tranquilizara.

Ella estaba intentando perdonarse así misma por haber cometido el error de confiarle su amor y su alma a una persona que no supo cuidar de ellas y no pudo amarla de la misma manera que ella lo hacía. Sus sentimientos eran reales, Behlul lo sabía, pero eso no fue suficiente.

-Suelo echarme la culpa a mí misma para no odiarlos tanto, porque odiar a una persona que amaste, puede doler más de lo que te imaginas.- Nihal rompió el silencio que había estado abundando durante varios minutos.

-Lo sé.- Murat contestó serio.- Créeme que lo sé.- Ahora el recuerdo de su madre vino a su mente.- ¿Qué loco no?

-¿Qué cosa?.- Preguntó Nihal.

-Odiar a alguien que amas. ¿Se puede sentir ambos sentimientos a la vez o cuándo acaba uno, comienza el otro?

-No lo sé, si el amor es fuerte el odio nunca podría tomar su lugar.

-¿Quieres decir que tu amor por él no era fuerte?

-He llegado a creer que no, porque si así hubiese sido, él me hubiese amado de la misma manera ¿No es cierto?

-Quizá te amó pero, no de esa manera.

-¿Eso crees? .- Tomó una bocanada de aire y volvió a preguntar.- ¿Por qué?

-Porqué ¿qué?

-Porque crees que no pudo amarme de esa manera.

-Una persona puede haberlo darlo todo, pero el amor a veces no es suficiente.- Murat dudó en hacer la siguiente pregunta, pero le causaba mucha curiosidad.- No lo tomes a mal pero, ¿Alguna vez le has sido infiel?

-No.- Su respuesta fue inmediata.

-Lo siento, no te estoy juzgando pero... perdóname, no debí preguntar eso.

-Está bien.- ríe.- Sé porqué lo preguntas. Pero lo amaba tanto que nunca tuve la necesidad de fijarme en otro hombre, con él tenía suficiente.- La voz de Nihal comienza a cambiar, a medida que acanza la conversación se escucha más débil.- deseaba que llegara el día en el que él sufriera de amor por mí, como yo lo hacía por él. Recuerdo que una vez me dijo: "te amaré tanto que te aburrirás de mí".- Vuelve a reír.- Nunca me ha dado la oportunidad de hacerlo. Él sólo me usó para sentirse libre de pecado.- Nihal limpia las pequeñas lágrimas que comenzaron a caer por sus mejillas.- Me ha costado mucho continuar, teniendo que dejar atrás todo lo que un día me hizo feliz, porque un día toda esa felicidad se convirtió en dolor. Fue muy difícil para mí volver a sonreír, pero lo logré ¿y sabes por qué?

-¿Por qué?

-Porque tengo un padre, un hermanito y una mujer, que nunca me han dejadí él también. La vida nos presentó muchas oportunidades y optamos por la oportunidad de ser felices.

-Imagino lo difícil que habrá sido todo esto para el señor Adnan. Pero verte sonreír a ti, es todo lo que una persona necesita luego de tener un mal día.- Nihal lo queda observando con sorpresa por aquel comentario, pero él no se mostraba avergonzado por ello, también resultó ser una persona sin filtro al igual que ella.- Admiro a tú familia, señorita Ziyagil.- Nihal asiente con la cabeza y con una media sonrisa en el rostro, que se desvanece de a poco y es desplazada por un pequeño llanto.- Ey... ey.- Murat se abalanza sobre Nihal por el impulso de querer consolarla y la abraza mientras acaricia su cabello.

-¿Qué hay de malo en mí, Murat? .- De repente, aquella personalidad fuerte y egocéntrica de ella, desapareció. Sólo había una niña desconsolada, llorando y apretando muy fuertes sus ojos, abrazada a un hombre que acababa de conocer hacía unos pocos días, pero eso era lo que menos le importaba, estaba agradecida y se sentía afortunada de tener a alguien con quién llorar, lo había estado haciendo sola durante años.- ¿Qué clase de personas fuimos mi padre y yo para merecer esto?

Murat se quedó en silencio, no tenía respuestas para sus preguntas, él no la conocía, no conocía nada de ella y sus palabras no serían del todo sinceras.

Nihal se separó delicadamente de él y lo tomó del rostro para poder observarlo mejor.

-Gracias.

-¿Por qué?

-Por no juzgarme.

Al escuchar esas palabras, Murat comenzó que hacerse una idea de lo difícil que habrá sido para ella estar expuesta, recibir críticas y opiniones de personas que no conocía ni la conocían, siendo una persona tan joven.

Sus rostros se encuentran a tan sólo unos metros del otro, mantienen la mirada por algunos segundos y dejándose llevar, Nihal besa a Murat delicadamente. Ya se les estaba haciendo una costumbre besarse así porque si pero, ninguno de los dos se percató de eso. Luego del beso, ella se vuelve a refugiar en los brazos del pelinegro.

Después de aquella conversación, se encuentran en un nuevo nivel de confianza. La pequeña Ziyagil sintió la necesidad de contarle su verdad a Murat, quizá, porque lo vio como una oportunidad de desahogo, ya que nadie le había dado la oportunidad de hablar sin realizar comentarios ofensivos o preguntas ruera de contexto.
Jamás creyó que podría contar su parte de la historia en voz alta, y mucho menos a un hombre con el que cuyo objetivo era pasar el rato. Pero la personalidad de él ha influido por completo en su accionar, ya que al ser una persona seria y estructurada, la hizo sentir que estaba siendo escuchada por la persona correcta y le transmitía seguridad.

La noche pasó y ambos se quedaron dormidos en el sofá. Nihal se encuentra todavía en los brazos de Murat, mientras que él la está observando mientras duerme. Le costó mucho conciliar el sueño, pero cuando lo hizo, sólo pudo dormir unas pocas horas. Verla tan vulnerable le provocó una sensación de profunda tristeza, ahora se la ve tan tranquila y llena de paz que no tenía intención de despertarla. La luz del sol que entra por la ventana, ilumina su cabello, le era imposible no acariciarlo. Ella estaba abrazada fuertemente a su torso, aunque se le dificultaba para respirar, no le molestaba. De repente, ella abre los ojos, estaban inflamados de tanto llorar.

-Buenos días...- le susurró él.

-Buenos días.- cuando se da cuenta de su posición, decide apartarse mientras bosteza.- Lo siento, debes estar adolorido por mí culpa.

-Me he despertado varias veces porque me estabas asfixiando.- Bromeó.

-¿En serio? Perdóname, es que eres muy cómodo.

-Es bueno saberlo.- rió.- ¿Quieres desayunar?

-Por favor.- le contestó ella y él se levantó del sofá. Camino a la cocina, alguien toca la puerta y decide abrir.- ¿Hayat?

N I H R A T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora