Capítulo 25.

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La casa estaba extrañamente a oscuras en el lobby principal. Sintió incomodidad y subió las escaleras poco a poco hasta llegar al pasillo del segundo piso en dónde se encontraba el comedor y un par de habitaciones, también estaba todo oscuro, no había nadie ahí. Escuchó de pronto unos sollozos que provenían de cerca, siguió el sonido que la guió a las escaleras que conectaban con la planta superior, subió poco a poco y entonces encontró entre lo oscuro a una figura grande, llorando. Avanzó más y más y entonces vio una rosa marchita descansando en la mano del hombre que no dejaba de llorar.

-Ten. -Sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo tendió, entonces la figura oscura de pronto se iluminó y, cuando levantó la cabeza pudo ver su rostro con claridad, sus ojos azules observaban directamente los suyos. La sorpresa al reconocerlo hizo que reaccionara con pánico y al retroceder, cayó por las escaleras. Cerró los ojos esperando el impacto de las maderas contra su cuerpo, pero no llegó, siguió cayendo y de pronto aterrizó en otras escaleras. Otra vez estaba en la casa, esta vez totalmente iluminada por la luz natural del día. Ahora estaba en el final de las primeras escaleras, se apoyó en la pared y miró al suelo, fue cuando se percató de que llevaba un largo vestido blanco, estaba vestida de novia, de pronto la angustia se apoderó de ella y se escuchó un estruendo desde el cuarto de su padre, no pudo hacer más que dejarse caer de rodillas en las escaleras y liberar un grito desgarrador mientras comenzaba a llorar, estuvo así un momento y, cuando sus piernas dejaron de temblar, se puso de pié y lentamente avanzó por el pasillo hasta la habitación, empujó la puerta y se reveló lo que más temía, la cruda realidad la abofeteó dejando ver la verdad. El cadáver ensangrentado de su madrastra yacía entre los brazos de su prometido, quién intentaba reanimarla desesperadamente. Escuchó como ecos la voz de él con desespero refiriéndose al cuerpo inerte de la joven. Su corazón se terminó de romper al ver como repartía besos por todo su rostro diciéndole que todo estaría bien y que estarían juntos para ser felices por fin.

-¿Behlül? -El sonido salió casi inaudible, pero fue justo para ser escuchada. Su prometido la miró, destrozado, con los ojos rojos, despeinado, con la camisa ensangrentada.

"Lo siento." Fue lo único que le dijo para luego seguir insistiendo con la esposa de su padre.

Adnan llamó a la ambulancia y luego a la policía, entonces el rubio entró en pánico, pues había sostenido el arma.

-La policía ya viene. -Adnan se giró y enfrentó la mirada de su hija.

-Nihal, hija, sal de aquí.

-No... no... ¡Nooooo! -Ella se dejó caer al suelo y como pudo llegó hasta el rubio quien parecía aterrado, entonces ella comenzó a golpearlo con los puños contra su pecho y luego trasladó sus golpes al cuerpo de Bihter.- ¡¿POR QUÉ LO HICIERON?! ¡¿POR QUÉ NOS HICIERON ESTO?! ¡¿POR QUÉ ME HICISTE ESTO, BEHLÜL?! -Su llanto era incontrolable y Behlül se puso de pié.

-No puedo.. hacer esto... no puedo... yo la amo... lo siento. -Salió de la habitación, huyendo como el cobarde que era. Ella cerró los ojos intentando borrar lo vivido.

-¡¡¡NOOOOOOOOOOOO!!!

Sintió como era zamarreada y abrió los ojos con temor, dejando caer un par de lágrimas.

-¡Nooooo, noooo!

-¡Nihal! ¡Nihal! Tranquila por favor. -Murat la tomó por las mejillas, por fin había despertado del desmayo, llevaba casi 10 minutos inconsciente.

-Nihal, ya volviste, tranquila. -Leyla, que había aparecido justo minutos después de que Murat alcanzara a sostener el desvanecido cuerpo de la pequeña Ziyagil,ahora estaba arrodillada junto al sillón donde Murat tenía en brazos a Nihal.

N I H R A T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora