Capítulo 15.

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El silencio reinó por varios minutos y ninguno de los dos se movía. Yağiz se sentía muy culpable y Murat estaba muy confundido ante toda la situación. No conocía a Nihal desde hace mucho tiempo, pero jamás pensó que ella podría tener una reacción así, tan dura y desproporcionada.

-Amigo... ¿Qué fue eso? .- El pelinegro finalmente, después de minutos, se atrevió a preguntar.

-Fue mi culpa, no debí hablar de lo que no me corresponde.

-Pero, ¿Viste su reacción? Estaba fuera de sí, ¿Qué pasó?

-Claro que sí, es un tema muy delicado para ella y su familia. -Murat seguía sin encontrar el sentido.- ¿Qué? ¿Me vas a decir que no conoces de historia de los Ziyagil?

-No... ¿Hay algo que deba saber?

-No precisamente, pero, lamentablemente, los Ziyagil no solo son famosos por su fortuna y el trabajo de Adnan, si no que por algunos conflictos del pasado también.

-¿Qué tipo de conflictos?

-Si lo buscas en Internet podrás encontrar las noticias algo viejas, pero no recomiendo que las leas, son muy sensacionalistas... Básicamente tuvieron conflictos amorosos, traición.

Murat había intuido, en base a la conversación de Nihal y Yağiz, que Adnan tuvo una esposa y que ahora se volvería a casar, pero no entendía más allá.

Otra vez el silencio se hizo presente entre ellos, hasta que Yağiz se levantó.

-Creo que es mejor que me vaya, luego llamaré a Nihal para disculparme y ver como sigue... Si sabes algo..

-Te aviso, tranquilo. -Murat se puso de pie y abrazó a su amigo intentando darle algo de consuelo.- Nos vemos pronto, ¿Si?

Vio a Yağiz salir de la oficina y rápidamente se dirigió a la propia, necesitaba hacer una indagación, no soportaba la incertidumbre y realmente necesitaba encontrarle un sentido a la reacción arrebatada de su compañera, pero solo bastaron unos minutos para que se sintiera molesto, la prensa nacional era repugnante, no podía creer cómo se expresaban y aprovechaban el dolor de una familia para lucrar.

Se sintió más molesto al descubrir el trasfondo de la noticia, era horrible y doloroso, se puso en los zapatos de Nihal, debió ser muy difícil para ella.

Habían pasado casi dos horas hasta que llamó a su secretaria para preguntarle si la señorita Ziyagil había regresado a su oficina, pero la respuesta fue negativa, por lo que se preocupó y dejó todo de lado para averiguar su paradero.

Le tomó un poco de tiempo, pero finalmente supo dónde encontrarla. Cuando llegó al pequeño callejón a la salida de la puerta de servicio de la cafeteria, vio la pequeña y delicada figura femenina, sentada cabizbaja, como derrotada, contra el muro. Suspiró y se acercó en silencio, aunque estaba seguro de que si se acercaba con bombos y platillos ella tampoco notaría su presencia.

La temperatura estaba comenzando a descender, por lo que se quitó su chaqueta y la puso sobre los hombros de ella.

Nihal se sorprendió al sentir el peso sobre sus hombros y rápidamente levantó la cabeza, se encontró con Murat frente a ella y no se atrevió a decir palabra alguna, simplemente mantuvo el silencio y limpió su rostro sutilmente para limpiar las recientes lágrimas que brotaron segundos antes.

Murat entendió que las palabras sobraban, así que decidió simplemente tomar asiento junto a ella, y hacerle compañía.

El tiempo avanzó sin tregua, pero ellos no lo percibieron. Sin embargo Nihal había tenido suficiente y decidió que era momento de volver a casa, así que se retiró la chaqueta -que le había ayudado muchísimo- y la tendió frente al muchacho para que la tomara, él la recibió y ella se puso de pie para marcharse, pero él la sostuvo firme pero delicadamente de la muñeca, ella solo lo observó.

N I H R A T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora