N I H R A T.

Primer encuentro.

Murat apenas podía comprender lo que sucedia a su alrededor. Su cuerpo respondia a los gemidos demandantes de Nihal pero su mente estaba ajena.
Por primera vez en su vida, se sentia nervioso. Sabia que se le habia concedido una oportunidad unica: Recostruir el alma rota que tenia entre sus brazos.
La tomo con devoción, como si su vida dependiera de ello, y la sentó a los pies de la cama.
Se arrodilló justo frente a ella y preguntó:
-Qué quieres de mi, querida. Pidelo y es tuyo.
Nihal era la reina de su cuento, no recordaba haberse sentido jamas tan comoda en su propia piel. Como si la adoracion que Murat le profesaba la hubiera dotado de un narcisismo que no sabia que poseía.
Sonrió levemente antes de responder:
-Lo quiero todo.
Esta vez, fue el joven el que atacó sus labios con una pasion salvaje tan propia de él. La paro de un salto y comenzó a desprender los botones del vestido de la castaña.
Nihal rió contra sus labios, le divertia de sobre manera la desesperacion de su amante. Se entrego y le dejo hacer. El muchacho no se detuvo sino hasta que la tuvo desnuda frente a él. La joven captó este gesto y lo aprovechó para tomar el control de la situacion. Se separó de él con una brusquedad tal que el moreno sintió como si le hubieran arrancado el corazon. 
La siguió con la mirada mientras esta recorria la habitacion y se dirigia hasta el centro de la misma. Era el unico rincon iluminado de aquel lugubre cuarto y alli, Nihal lucia mas esplendida que nunca. Consciente de ello, la muchachita se acomodo delicadamente sobre la mesa de cristal que se encontraba frente a ella y le sonrió burlonamente.
Murat se permitio reir justo antes de dirigirse hacia ella con urgencia. 
Se colocó entre sus suaves muslos y buscó el hueco de su cuello con los labios, la oía suspirar con impaciencia mientras luchaba por quitarle el saco.
Habia pasado las ultimas semanas torturandose con el recuerdo de ella y no creia poder aguantar un segundo mas sin tenerla. 
Comenzó a desabrochar los botones de su pantalon y, pronto, unas pequeñas manos escurridizas se unieron en la mision. Con torpeza, dejó caer la prenda hasta sus tobillos y se posiciono con firmeza entre las piernas de la chica.
Nihal lo recibió de inmediato, con una sumision que no creia propia de ella, y Murat se hizo paso en su interior de una limpia estocada.
Ambos jadearon y se miraron fijo a los ojos, como si fueran dos adolescentes descubriendo los placeres que puede ofrecer el cuerpo del otro. El muchacho continuo, de forma lenta aunque constante, pero eso no parecia saciar a la pequeña Ziyagil.
-Más...- gimió contra su boca. -Quiero más de ti.
Eso fue todo lo que el joven preciso de oir para fundirse con fuerza dentro de ella.
Sus movimiento eran bruscos, casi salvajes, y la joven se rendia ante ellos de forma servicial.
Sintió su interior contraerse y supo que estaba cerca.
-Ya casi, mi amor, ya casi. Espera a por mi.- le gruñó el joven al oido, a lo que ella respondio con un sonoro gemido.
Levantó las caderas en alto para darle mas acceso a su centro y echó la cabeza hacia atras mientras se fundian juntos una ultima vez.