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Narra T/N

Agite el teléfono con fuerza, con la pequeña esperanza de que volviera a funcionar. Me coloqué la mochila a la espalda y miré alrededor  intentando orientarme, pero desde allí todo parecía igual. Traté de sacudirme de encima la sensación de inquietud, convenciéndome a mi misma de que todo estaba en mi imaginación. No se oía ningún ruido, solo mi agitada respiración y el latido acelerado del corazón.

De repente sentí un aliento frío sobre la nuca. No sabía cómo, pero estaba segura de que algo había surgido detrás de mi. Me giré rápidamente, a tiempo de ver una sombra borrosa desapareciendo entre los árboles. Por un instante, no pude respirar. El miedo me oprimía el pecho. Tenía que salir de allí, porque ahora estaba segura de que en aquel lugar había algo que me acechaba.

Corri dando tumbos entre la maleza, intentando no tropezar mientras miraba continuamente hacia atrás. Un fuerte viento comenzó a soplar. Cada ráfaga arrastraba susurros entre la hierba, ascendiendo hasta las hojas de los robles, agitándolas con un ruido ensordecedor. Sentía cada músculo de mi cuerpo dolorosamente tenso, pero no iba a detenerme. Tenía que encontrar la carretera, era el camino más rápido para dar con mi coche y, con un poco de suerte, tropezaría con algún conductor que me ayudaría.

Mi corazón latía con violencia, amenazándo con estallar. Había oído una risa, la risa maliciosa de un hombre, tan clara como el ruido que hacían mis zapatillas sobre la hierba seca en ese momento.

—Tengo que salir de aquí —susurre conteniendo las lágrimas. Me flaqueaban las piernas y, a pesar de ello, me di cuenta de que podía correr más rápido si no pensaba en el dolor. Un grito ahogado escapó de mi garganta cuando una mano, demasiado fría, me tapó la boca, y un brazo duro como la piedra me aferró por la cintura, apretándome contra un cuerpo tan tenso que parecía estar hecho de acero.

Narra la escritora

Yoongi sujetó a T/N con fuerza, sin aflojar la presión que ejercía sobre su boca. La hizo girar, sus ojos se encontraron y, con un movimiento rápido, se llevo un dedo a los labios indicándole que guardara silencio. Alzó la cabeza y escuchó. Los pasos del ser que seguía a T/N aflojaron el ritmo hasta detenerse, probablemente, consciente de la presencia de otro inmortal. En el lado opuesto, el sonido amortiguado de las pisadas de Mino, transformado en lobo, se iba acercando.

Sg: ¿Estás bien? —susurró apartando la mano de su cara.

T/N asintió aliviada y se dejó caer en sus brazos, tan cansada que temió desmayarse allí mismo. Él la apartó, solo un poco, y recorrió con la mirada su cuello y sus brazos, asegurándose de que no había heridas.

Sg: Ven —dijo tomándola de la mano con urgencia. La condujo entre la maleza, hasta el hueco formado por un par de rocas desprendidas de la ladera de la montaña—. Quiero que te quedes aquí y que no te muevas —susurró, ayudándola a acurrucarse en la abertura. Al ser que la perseguía no le quedaría más remedio que acercarse de frente si quería llegar hasta ella, y él lo vería venir.

—¿Por qué? ¿Adónde vas? —preguntó angustiada.

Sg: Quiero saber qué te perseguía y asegurarme de que se marcha —contestó con un hilo de voz.

—No, no te vayas, por favor. No me dejes aquí sola —suplicó demasiado asustada.

Sg: No dejaré que te pase nada, te lo prometo. —Se agachó junto a ella y le colocó un mechón de pelo tras la oreja.

—No quiero quedarme sola —insistió cogiendo su mano, deseando que la abrazara.

Sg: Créeme, no estás sola —dijo de una forma tan extraña y persuasiva, que T/N guardó silencio, convencida de que en aquel momento no había en el mundo un lugar más seguro que aquel.

Estaré A Tu Lado ( Yoongi Y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora