♡36♡

3.3K 310 17
                                    

Narra la escritora

Yoongi terminó de recoger sus cosas y dejó las maletas junto a la puerta. Se marcharía en cuanto la fiesta hubiera terminado. Había reservado un vuelo privado. Esa mañana se había puesto en contacto con Teresa, la mujer que se encargaba de la casa, y le había dado todas las instrucciones necesarias para que preparara su llegada y la de Mino.

Había pensado en pasar allí el verano, hasta que el curso comenzara y, entonces, quizá, él también se matricularía. Podría ser divertido hacer algo diferente, pasar más tiempo en casa y disfrutar de la vida que había abandonado durante décadas. Tenía una posición dentro de la raza y, tal vez, había llegado el momento de asumirla.

Ya había anochecido cuando tomó el camino que conducía a la casa de huéspedes. Sabía que esa iba a ser la última vez que vería a T/N, así se lo había prometido a sí mismo; una rápida despedida y se acabó para siempre. Sintió cómo su corazón se hacía añicos por esa realidad. Detuvo el coche frente a la casa y se quedó sentado un momento, con el motor apagado. Sacó el paquete plateado de la guantera, se bajó del coche y cruzó el jardín dirigiéndose a la entrada.

Ab: ¡Yoongi! —dijo con afecto al verlo frente a su puerta.

Sg: Buenas noches —saludó con su mejor sonrisa—. ¿Está T/N en casa? Tengo algo para ella. —Alzó ligeramente el regalo.

Ab: Sí, está arriba —contestó radiante. Sus ojos recorrían el rostro de Yoongi con adoración.

Sg: ¿Le importaría decirle que estoy aquí? —sugirió al ver que la mujer no se movía del umbral de la puerta.

Ab: ¡Oh, por supuesto! Pero pasa, no te quedes ahí.

Sg: Gracias, prefiero esperar aquí, si no es una molestia —indicó forzando otra sonrisa. En su interior todo se desmoronaba.

Enseguida oyó que alguien bajaba las escaleras a toda prisa. La puerta se abrió de golpe y T/N apareció a través de ella dando un pequeño traspiés. Se enderezó atusándose el pelo.

—Hola —saludó ella con la respiración entrecortada.

Sg: Hola —repitió tras contemplarla unos segundos, y un doloroso nudo se formó en su garganta. Ella llevaba un vestido sin mangas y escote barco en seda verde oscuro. Estaba preciosa.

—Me sorprende verte después de cómo te fuiste el otro día —dijo un poco dolida.

Sg: Lo siento, debería haber cuidado mis modales —se disculpó. Dio un par de pasos hasta colocarse frente a ella y de forma vacilante le tendió el paquete—. Es para ti, por tu graduación. Creo que te gustará —comentó sin perder detalle de sus gestos.

T/N miró el paquete y después a Yoongi. Debería estar enfadada con él, de hecho, lo había estado hasta el mismo instante en el que cruzó la puerta y se encontró con su hermoso rostro y aquellas dos llamas negras que eran sus ojos; unos ojos que le cortaban la respiración. Cogió el regalo y lo abrió.

—¡No puedo aceptarlo, es demasiado! —repuso con las mejillas arreboladas, el libro de fotografía temblaba entre sus manos.

Sg: Por favor, acéptalo —rogó él con un tono muy tierno y afectuoso.

Tras un instante de vacilación, asintió aceptando el regalo. Era incapaz de negarse a aquella mirada suplicante.

—Gracias —estrechó el libro contra su pecho—. Significa mucho para mí.

Yoongi la contempló sin atreverse a apartar la mirada, empapándose de ella. Quería recordarla así, tal y como estaba en ese preciso momento.

Sg: Estás preciosa —dijo de pronto.

—Gracias, es un regalo de mi hermana, por la graduación —explicó. Bajó la mirada y se ruborizó, alisando la falda del vestido con la mano. Él había dicho que estaba«preciosa» y, aunque no quería alimentar esperanzas, no podía dejar de sentir todas aquella mariposas en el estómago. De repente se acordó—. ¡Me han admitido en la Universidad! —dijo con una sonrisa radiante.

La tensión contenida entre ellos era tal, que el aire parecía electrificarse a su alrededor.

Sg: ¿De verdad? Eso es estupendo. Me alegro mucho por ti, aunque estaba seguro de que ibas a lograrlo. —Un suspiro de alivio escapó de su garganta. Iba a tener una conversación bastante incómoda con Larry por haber tardado tanto con la admisión.

—¡Aún no termino de creerlo! He recibido la llamada de un tal señor Clar. Por lo visto, hace semanas que me envió la decisión y, al comprobar que no recibía mi respuesta, decidió llamarme. Supongo que la carta se perdería. ¡Estoy tan contenta! Es que ya daba por perdido este curso —comentó encantada.

Yoongi sonrió abiertamente, observándola con ojos ansiosos mientras una idea acudía a su mente con timidez.

Sg: T/N… me preguntaba si… querrías…

No terminó la frase, un todo terreno rojo apareció a gran velocidad, deteniéndose a unos metros de ellos.

Justin Hobb bajó del vehículo con un enorme ramo de rosas amarillas. Un respingo le sacudió el cuerpo, apretó los dientes y resopló con fuerza por la nariz al percatarse de la presencia de Yoongi. Rodeó el vehículo y avanzó por la gravilla hasta las dos siluetas recortadas contra la luz que iluminaba la galería.

Yoongi pudo ver la tensión en el rostro del muchacho y la mirada asesina que le dirigió cuando pasó por su lado.

Jus: ¡Hola, T/N! —dijo Justin, entregándole las flores—. Estás muy guapa.

—Gracias, Justin, tú también estás muy guapo —dijo ella sin apartar los ojos de Yoongi.

Sg: Tengo que marcharme —musitó. Dio media vuelta y se dirigió a su coche, intentando controlar el ataque de celos que estaba sufriendo en ese momento. Bajo su camisa, sus músculos se tensaron como el acero, y de su garganta surgió un gruñido bajo y agresivo.

—Discúlpame un momento, Justin —rogó. Le puso las flores y el libro en las manos, recogió la larga falda de su vestido y corrió tras Yoongi. Estaba segura de que él había intentado pedirle que salieran juntos, esta vez no era su imaginación. Había ido a verla con una propuesta, la propuesta que ella llevaba esperando mucho tiempo.

El vampiro se detuvo cuando oyó pasos tras él y se giró lentamente para encontrarse con los ojos de T/N a unos centímetros.

—Yoongi. —Vaciló un instante—. Ibas a pedirme que… que te acompañara esta noche, ¿verdad? —Lo miró fijamente, con desesperación, no quería parpadear para no perder de vista ni un segundo la expresión de su rostro ante la pregunta.

Sg: Sí, iba a pedirte que fueras conmigo —admitió, y se sorprendió de que su voz sonara serena y uniforme, cuando por dentro todo su ser se consumía.

—¿Y me lo dices ahora? —preguntó sin dar crédito. Su cuerpo se estremecía con cierta agresividad y tuvo que abrazarse los codos para controlar el temblor.

Sg: Lo siento, debería haber supuesto que ya tendrías un acompañante —el tono de su voz era dulce, pero encerraba un atisbo de ira—. Perdóname, no pretendía molestarte.

—¡Por favor, Yoongi, deja ya de disculparte! —susurró frustrada.

Sg: Perdona, yo… —Cerró la boca inmediatamente, ella lo estaba fulminando con una mirada asesina.

Jus: T/N, deberíamos marcharnos —sugirió Justin desde lejos.

Ella no apartó la mirada de Yoongi y él simplemente la observó, de esa forma tranquila y suficiente que empezaba a sacarla de quicio.

Sg: Diviértete, es tu noche —dijo él con voz queda y entró en el coche.

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

Estaré A Tu Lado ( Yoongi Y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora