Estaré A Tu Lado ( Yoongi Y Tu )

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Narra T/N

Ros: ¿Me estás escuchando? —preguntó con el ceño fruncido. Se levantó sobre el codo y observó. Estaba tumbada a su lado, tenía los ojos fijos en el cielo y jugaba con un mechón de mi pelo, enroscándolo lentamente en el dedo índice—. Esta mañana atropellé a un tipo en la carretera…

—Ajá…

Ros: Lo tengo escondido en el maletero…

—Ajá…

Ros; Podrías ayudarme a deshacerme de él, aquí mismo, en el lago.

—Ajá.

Ros: ¡T/N! —gritó junto a mi oído.

—¡Dios mío! ¿Qué? —di un respingo y me incorporé, sentándome sobre la hierba.

Ros: Has vuelto a hacerlo.

—Lo siento, ¿qué… qué decías?

Ros: Nada importante —susurró, dejándose caer de espaldas sobre el césped—. ¿Pensabas en él?

—Intento no hacerlo, pero no consigo sacarlo de mi cabeza —admiti mientras volvía a recostarme— Podrías hablar con Taehyung, puede que te cuente algo que me ayude a entender qué le pasa a Yoongi. Porque puedo asegurarte que sus cambios de personalidad están empezando a volverme loca —arrugue la nariz con disgusto.

Ros: Ya lo he intentado un par de veces, pero no suelta prenda. En cuanto nombro a Yoongi, se cierra en banda, responde con evasivas y enseguida trata de cambiar de tema. No sé, a lo mejor tu Romeo no está bien de la azotea. —Hizo un gesto con el dedo dando a entender que a le faltaba un tornillo, y se mordió los labios para contener la risa—. Eso explicaría lo raro que es.

La fulmine con la mirada y sentí el deseo de darle un pellizco.

Ros: ¡Ni se te ocurra! —exclamó adivinado mi pensamiento.

—¿Estás segura de que eres mi amiga? Porque yo empiezo a tener serias dudas.

Sonrió abiertamente, pero enseguida se puso seria.

Ros: Escucha, ningún chico merece que sufras por él. No le permitas que te haga daño.

—Tenias que haberle visto, parecía de verdad avergonzado. La… la expresión de su cara era muy triste. —Sacudi la cabeza—. Lo cierto es que no sé qué pensar.

Ros: A mí me sigue dando mal rollo. No sé, hay algo extraño en él que...

—¿Qué, Rose? —pregunté ansiosa.

Ros: No sabría decirte, es una sensación. No es lo que aparenta, hay algo bajo su superficie que me pone nerviosa.

Me incorporé hasta sentarme,  abracé mis rodillas y apoyé la barbilla en ellas con el ceño fruncido.

—No te ofendas, pero yo tengo la misma sensación sobre los Kim… y también sobre Yoongi—termine por admitir.

Narra Yoongi

Mino y yo nos pusimos en marcha en cuanto amaneció. En menos de una hora habíamos realizado todos los encargos de la familia: los focos para el coche de Jimin, unos marca páginas que Lee había encargado para obsequiar a los clientes, y un par de caprichos para Jungkook.

Min: Si mi hermana se entera de esto, puedo darme por muerto —dijo mientras cargaba dos cajas de costillas en el maletero.

Sg: Yo no se lo voy a decir —señalé, divertido por el comentario.

Min: No hará falta, tiene un sentido especial para darse cuenta de cuándo se la estamos jugando —comentó a modo de reproche—. ¿Sabías que ha solicitado un puesto en el hospital de Heaven Falls?