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Sg: No —dijo en un susurro.

—¡Por Dios, Yoongi, dime qué hago mal! ¿No soy lo bastante lista, lo bastante guapa? ¿No soy lo suficientemente buena para ti? ¿Es eso? ¿Soy poca cosa para ti? —dijo casi histérica, con las lágrimas bañando su cara.

Yoongi no pudo soportar sus sollozos. Dio media vuelta y se paró frente a ella, tan cerca que sus cuerpos casi se tocaban.

Sg: No vuelvas a decir eso, ningún hombre podría soñar con alguien mejor que tú. Eres la criatura más hermosa que jamás he contemplado. Te has convertido en el ángel que me ha rescatado del infierno, mi luz en la oscuridad, y a la vez en el mayor de mis sufrimientos porque no puedo tenerte. Tengo celos de todo lo que te rodea, hasta del aire que respiras, porque te quiero solo para mí, ¿entiendes? Casi me vuelvo loco cuando te vi besar a ese chico —confesó con tal intensidad, que su cuerpo temblaba sin control.

T/N abrió los ojos como platos, intentando asimilar cada palabra que había salido de los labios de Yoongi. Tenía la sensación de estar en un sueño, pero aquello era real. Yoongi estaba allí, frente a ella, y sus ojos corroboraban cada palabra de su inesperada declaración.

—Jamás pensé que sintieras esas cosas por mí. ¿Por qué no me has dicho todo esto antes? —susurró con el rostro bañado por las lágrimas. Extendió los brazos hacia él, pero Yoongi no dejó que le abrazara y la sujetó por las muñecas—. ¿Qué te ocurre? Acabas de decirme que…

No terminó la frase porque él empezó a negar con la cabeza compulsivamente.

Sg: Me marcho, dentro de unas horas cogeré un avión a Inglaterra, y no pienso volver. Me iré dejándote aquí y no miraré atrás —aseguró en tono firme. Vio cómo la vida abandonaba el rostro de T/N, sus ojos lo miraban muy abiertos, vidriosos y enrojecidos a causa de las lágrimas. Ella intentó soltarse, pero él la agarró con más fuerza, sintiendo en la palma de la mano el acelerado pulso de su muñeca. Continuó hablando, con la sed quemándole las entrañas—. Si supieras lo que soy en realidad, te alegrarías de que me fuera. No me querrías cerca de ti.

—No me importa lo que escondes —dijo con la voz ahogada, y sintió cómo él se ponía tenso, a la defensiva—. No soy idiota, sé que tienes secretos, secretos que te atormentan y que te han seguido hasta aquí. Pero no me importa quién eres o lo que hayas hecho, yo solo quiero estar contigo —suplicó.

Sg: No tienes ni idea de lo que dices. —La soltó y dio un paso atrás alejándose de ella. Meneó la cabeza con resignación.

—Quiero estar contigo —insistió ella.

Sg: ¡No, tienes que olvidarte de que me has conocido! —meneó la cabeza-- Ve a la universidad, cásate, ten hijos, cumple tus sueños…

—No —replicó ella de forma obstinada.

Sg: T/N, soy un hombre sin futuro. No te conviene estar conmigo porque a mi lado solo sufrirías, y no podría soportarlo.

T/N palideció, aunque sus ojos llameaban y sus mejillas centelleaban a causa del rubor que subía ardiente a través de su garganta.

—¡Qué no sufra por ti! —estalló de pronto—. ¿Qué crees que he estado haciendo todo este tiempo? No ha pasado un solo día sin que piense en ti, y cada uno de esos días, el dolor que sentía aquí dentro se volvía más y más intenso. —Se señaló el pecho a la altura del corazón—. Si no quieres hacerme daño, quédate conmigo.

Sg: No puedo, siento herirte. —Su voz era desesperada—. Pero es lo mejor para ti, créeme.

—¡Lo mejor para mí! Eres un hipócrita. Si te largas hazlo por ti, no por mí. No necesito favores.

Sg: Sé que no puedes entenderlo, pero tienes que creer lo que te digo. Es imposible que estemos juntos.

T/N estalló en lágrimas, sollozando con fuerza entre oleadas de dolor imparables, que le destrozaban la garganta.

—Márchate —gritó ella con rabia.

Sg: Sí, debes tranquilizarte. Duerme un poco y por la mañana hablaremos con más calma, no quiero que las cosa queden así entre nosotros. No lo soportaría.

—No —dijo con toda la frialdad de la que fue capaz—. Quiero que te vayas de esta ciudad, quiero que te marches ahora mismo y que me ahorres el dolor de tener que volver a verte. —Su cuerpo temblaba y cruzó los brazos sobre el pecho intentando controlar los espasmos. Deseó abofetearlo con todas sus fuerzas, hacerle daño, tanto como él le estaba haciendo en aquel momento—. Piensas irte de todas formas, ¿no? Pues hazlo cuanto antes. ¡No quiero verte nunca más! —Descruzó los brazos y lo empujó con las manos abiertas—. ¡Fuera! —Esta vez cerró los puños y volvió a golpearlo en el pecho con todas sus fuerzas.

Sg: Está bien —su voz se apagó al mirarla a los ojos. Dio media vuelta y subió al coche con el corazón destrozado. La miró una sola vez y desapareció a toda velocidad.

Ab: ¿Quieres hablar? —preguntó poniendo una taza de té caliente en las manos de T/N

Ella negó con la cabeza, las lágrimas seguían resbalando por su rostro sin cesar. Tenía los ojos hinchados y un dolor agudo en el pecho que no la dejaba respirar.

Unos golpecitos sonaron en la puerta. Un instante después, Rose entraba en el salón muy preocupada.

Ab: Os dejaré para que habléis de vuestras cosas —dijo dedicándole una mirada significativa a Rose—. Es muy tarde, puedes quedarte a dormir si quieres.

Ros: Gracias —respondió devolviéndole la mirada.

Se acercó al sofá donde T/N estaba envuelta en mantas, y se sentó junto a ella.

Ros: ¿Estás bien? —preguntó en voz baja.

T/N sacudió la cabeza, clavando sus ojos vidriosos en ella, y una nueva explosión de llanto la sacudió. Rose alargó un brazo y la atrajo hacia su pecho acariciándole con suavidad el pelo.

—Me quiere, Yoongi me quiere —sollozó.

Ros: Lo sé, cualquiera podría verlo.

—Pero se va a marchar —dijo dirigiéndole una mueca que pretendía ser una sonrisa. Meneó la cabeza—. No consigo entenderlo, por más vueltas que le doy, no lo entiendo.

Ros: Lo sé, cariño, lo sé. Y, aunque te duela, es lo mejor —comentó sin dejar de peinarle el pelo con los dedos.

—Tú eres mi amiga. ¿Cómo puedes decirme eso? —preguntó desesperada.

Ros: Por eso, porque soy tu amiga y te quiero, y debes confiar en mí —respondió. Sintió que sus propios ojos se llenaban de lágrimas. Ahora entendía lo difícil que era cargar con el secreto de su nueva familia, y lo miserable que era tener que vivir mintiendo a las personas que amaba—El mundo de él no es para ti, ni el tuyo para él —añadió, compartiendo la pena de T/N.

T/N meneó la cabeza, aturdida, sin comprender lo que decía su amiga. Una espesa niebla embotaba su cerebro, se dio cuenta de que su abuela debía haber puesto algo en el té para tranquilizarla, porque sus párpados se cerraban sin que ella pudiera evitarlo. Se acurrucó aún más entre los brazos de su amiga y dejó que el sueño la meciera.

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Estaré A Tu Lado ( Yoongi Y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora