O29;

31 2 0
                                    

El primer día luego de las vacaciones fue algo peor que el último antes de ellas. Cuando entré en el instituto, todos voltearon su rostro para verme, uno por uno, con expresiones sorprendidas.
Al ver a mi prima y al dúo, me acerqué e intenté poner una buena cara.

—Por eso no querías que entrara en tu cuarto... —dijo mi prima, tocando las puntas de mi cabello.

—Estás... wow. —dijo Hyunjin. Reí—. Estas muy bonita, en verdad.

—Es un cambio muy grande, ¿o no? —Jeongin opinó—. Lo tenías en la cintura y ahora... está más arriba de tus hombros.

—Debes estar más cómoda ahora. —Hyunjin no dejaba de observarme.

Divisé a Sooyoung, por lo que supuse que Jungkook estaba con ella, así que volteé la mirada a la entrada. Me equivoqué, apenas estaba entrando. Nuestras miradas se conectaron, pero la desvié hacia los chicos frente a mí, con la intención de comenzar otra charla. Lo vi pasar hasta donde estaba ella y quedarse allí, pero notaba que de vez en cuando volteaba a verme.

Cuando tuvimos que regresar a nuestros salones, comencé a pensar en cómo pedirle al profesor que me cambiara de asiento, ya que no quería que él estuviese a mi lado. Cuando aún estaba deprimida, en vacaciones, escuchaba a mamá decirle a alguien que no me sentía bien y no quería ver a nadie, y luego me avisaba que Ronie o Jungkook habían ido a buscarme. Si bien estaba por rodear el banco en donde nos sentábamos, él ya había tomado un lugar junto a ella, que se la notaba bastante feliz. A él... no tanto. Tomé asiento en mi lugar de siempre y un chico se sentó a mi lado, ya que ahora estaba ocupado su asiento. Era amigo de Sooyoung, por supuesto. Genial, ahora tendría que lidiar con él.

Sorprendentemente, no reparó en mí en toda la clase de Lengua. Mientras el profesor Lee nos entregaba las pautas de nuestro próximo trabajo, podía sentir los murmullos de mis compañeros de atrás, –los amigos de Sooyoung–. Ninguno hablaba sobre lo que había ocurrido con los asientos, o mejor aún, o... peor, no lo sé, ninguno hablaba sobre mí.

Guardé la fotocopia en un folio y al toque de campana, salí.

—Kath, espera. —Jungkook me sujetaba del brazo—. ¿Podemos hablar?

—No creo que haya algo de qué hablar. —musité—. Además, no quiero hablar contigo.

—Pero yo sí, necesito hacerlo. Por favor. —sus ojos se notaban distintos a otras veces, ya no estaban profundos, ni siquiera brillaban. Estaban... opacos.

—Lo siento. Creo que ya has hecho demasiado.

Sin esperar respuesta, me marché a la biblioteca. Hyunjin dijo que estaría allí, quería que leyéramos un libro que él había sacado de el otro establecimiento. Cuando yo no pude ir, –o bueno, no quise– él iba y leía solo, y comentaba que se aburría bastante, hasta que encontró ese libro la ultima vez y dijo que la sinopsis le hacía recordar a mí, o algo así, así que quería que lo leyéramos juntos. Ambos, casualmente, teníamos una hora libre.

—¿Cómo estás? —preguntó cuando me senté junto a él.

—Pues, bien. Supongo. —bajé la mirada.

—¿Ya no te afecta?

—Intento que no lo haga. —no sabía qué contestarle. Claro que aún dolía, era en lo único que pensaba todos los días, era el último recuerdo que tenía de la escuela antes del receso.

—Bien. Voy a hacerte olvidar de él al menos unos minutos, ¿comienzo? —elevó el libro. Asentí.

Leímos hasta el toque de timbre y luego nos fuimos a nuestros salones, y aburrida y sorprendida, ya que nadie había causado problemas en el salón, transcurrí sentada en mi pupitre toda la mañana. ¿Y a éstos qué clase mosca les picó?

—Kath, espera, por favor. —intentó comunicación otra vez, al final del día.

—Jungkook no quiero hablar. Quiero irme a casa. —cansada, suspiré y volteé para observarlo.

—Esta bien, no hables si no quieres, pero en verdad necesito que me escuches. Por favor.

—Creí haberte dejado claro que no le hablaras a mi prima. —Verónica se apareció detrás mío.

—¿Qué? ¿Qué le has dicho? —la observé extrañada.

—Lo que tenía que escuchar. Tu papá nos está esperando en la puerta.

Y sin darme tiempo a reaccionar, me tomó del brazo y me llevó hacia el auto. El camino a casa fue muy silencioso.
Al llegar a mi cuarto dejé todo sobre la cama y me cambié de ropa.

—Oye, Exo está haciendo un directo... ¿vas a verlo? —me mostró la pantalla de mi telefono desde mi cama y yo me encogí de hombros.

—Sí. Antes dime qué fue lo que le dijiste a Jungkook, exactamente. —suspiró.

—¿Por qué te interesa tanto? Le dije lo que debía escuchar.

—Pero qué.

—Le dije que era un estúpido por engañarte y preferirla a ella antes que a ti, y que ni se le ocurriera disculparse, porque se las iba a ver conmigo si lo encontraba hablándote.

Reí sinceramente y la abracé. A veces mi prima podía ser muy directa cuando estaba enfadada.
Nos concentramos en el video hasta que fui a buscar algo para que comieramos.

—Oye, Kath.

—¿Sí?

—Estoy segura de que Jungkook quiere disculparse y por eso siempre busca hablarte. ¿Tú... lo perdonarías?

—No.

—Oh, bien.

La respuesta que le había dado a Ronie la dije sin pensar. A ver, no debería perdonarlo, pues la infidelidad no es algo que se deba perdonar, pero... supongo que si está muy arrepentido, lo piense un poco más.
Acabamos de ver el video y nos quedamos dormidas en mi cama.

⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora