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El día estaba frío para ser marzo, pues Katherine estaba acostumbrada a que hiciera una temperatura notablemente mas alta. El viento fresco chocaba contra su rostro y rodeaba su cuello y sus piernas desnudas, dándole leves escalofríos. El cielo estaba gris, preparado para arrasar con una potente lluvia. Con pesadez, caminaba hacia la nueva escuela a la que había sido admitida; con sus auriculares puestos, siendo aturdida con History de Exo, y su monótona expresión de "no me importa nada". Había salido de su casa varios minutos antes del horario de entrada, quería ir tranquila y sin prisas. Además, odiaba llegar tarde a todos los sitios. Sujetando la correa de su mochila, dejó salir un pequeño suspiro al ver el enorme edificio, con un montón de personas utilizando el mismo uniforme que ella. Se acercó a la entrada y todos la miraron extraño, como si fuera una especie de otro planeta. Ella supuso que la mirarían de esa forma, pues era una cara nueva y diferente entre tantas conocidas... e iguales. El Colegio era inmenso, con montones de patios, pasillos, aulas, escaleras y personas. Se quedó en un rincón hasta que sonó la campana para ingresar a clases. Todos se fueron a sus salones y ella fue hacia la oficina del director.

—Oh, tu debes ser la nueva estudiante. —dijo el superior, ella no respondió. Era la única latina entre millones de asiáticos, la conclusión del director le pareció estúpida—. Ten, este es tu programa. Espero te acostumbres a tus clases y a tus nuevos compañeros.

Con una reverencia salió del recinto para dirigirse al salón 3-A. El señor le había dado una hoja en la que ponía sus materias y horarios. En dicho salón ya estaba el profesor dando su clase. Observó por la pequeña ventana que poseía la puerta y todos sus nuevos compañeros estaban tan inmersos en lo que decía el profesor de Lengua y Literatura que nadie la notaba. Excepto uno. Un chico de cabellos negros alzó su mano llamando la atención del docente, luego señaló a la puerta y este le abrió.

—Dijeron que vendría. Llega algo tarde, señorita... —Se hizo a un lado para dejarla entrar. Se quedó en medio con la chica, tomándola de los hombros—. Chicos, ella será su compañera a partir de ahora. Como ven, ella no es de aquí por lo que no acostumbra a nuestros hábitos. Hagan que se sienta como en su hogar, ¿si?

—Sí. —dijeron todos a coro.

—Allí, al lado de Jeon, tiene un asiento libre. —dijo señalándolo. Asintió levemente y fue a sentarse desganada, junto al chico que la había visto minutos antes detrás de la puerta.

Durante esa clase no hizo nada mas que escuchar, pues no entendía de qué estaban hablando y no le veía sentido alguno copiar algo que no sabía qué era. Al finalizar Lengua y Literatura todos los chicos dejaron el salón para dirigirse a comprar algo para comer. El chico a su lado la observó.

—Hola, soy Jungkook. —ella realizó un gesto con sus cejas, expresando un desinteresado "Ah, mira tú"—. ¿Quieres que te preste los apuntes de las materias? Como has ingresado tarde supongo que no debes tener con qué comenzar a trabajar.

—Gracias.

Observó cómo él guardaba sus libros y sacaba otros, preparándose para la siguiente asignatura. Ella volvió a colocarse sus auriculares para perderse en el mundo de esos doce chicos, los cuales idolatraba. Al sonar la campana otra vez sus demás compañeros fueron entrando, y con ellos la profesora de Biología. Dejó salir un suspiro cansado y se dedicó a prestar atención a la charla sobre la célula que la mujer hacía minutos había comenzado.

Aseguraba que esa charla era mas aburrida que cualquiera de Historia, por lo que no pudo reprimir un pequeño bostezo. Sintió cómo el chico a su lado le entregaba un trozo de papel con algo escrito.

—"¿Cómo te llamas?"

—"Katherine."

Escribió rápidamente con un lápiz, corroborando que la profesora no se haya dado cuenta. Otro mensaje llegó.

—"¿De dónde eres?"

—"¿No prestas atención a las clases?"

—"Sí, solo que me da mas curiosidad tu nacionalidad."

-"Vengo de un país muy lejano..."

Soltó una pequeña risilla y se concentró en lo que quedaba de la clase. No le diría de dónde venía a una persona que apenas conocía. Se pudo escuchar un gran trueno que exaltó a todas las chicas, unos minutos después. Genial, debo regresar caminando bajo la lluvia a casa.

No acostumbraba comer en la escuela, por lo que en el siguiente receso se quedó escuchando música desde sus auriculares, sentada, o mas bien recostada en la mesa, en cuanto terminó la asignatura. Observaba sus gafas a su costado intentando no forzar de mas su vista y notaba cómo los animales entraban corriendo hacia sus lugares. Se enderezó, se colocó las gafas y con una mano en la mejilla esperó a que se terminara el día para volver a su casa, intentando ignorar los pequeños murmullos sobre ella que comenzaban a formarse detrás.

Al final del día, ella no tuvo otra opción que salir de la institución bajo el agua hacia su casa. Dando grandes zancadas, para intentar llegar mas rápido, caminaba cabizbaja con las manos en los bolsillos del saco sobre la acera, sintiendo cómo su largo cabello chorreaba, mojando su uniforme y zapatos. Le hacía más frío que cuando había llegado en la mañana. Sus gafas estaban competente mojadas, por lo que no veía con claridad por donde estaba andando.

—Oye, ¿vives muy lejos? —le preguntó el chico de su clase colocando un paraguas negro sobre ambos.

—Hacia allá unas cuadras, luego debo doblar. —señaló hacia el frente con desgano.

—Te acompaño, así no te mojas tanto. Debo ir hacia allá también. —caminaron en silencio hasta que llegaron a la residencia de la chica—. Bien, nos vemos mañana.

—No hacía falta que me acompañaras. —dijo ella colocándose en el marco de la puerta. Él se hincó de hombros.

—Esta lloviendo y no tienes paraguas. —ella abrió la puerta y se colocó del lado de adentro, sintiendo cómo el calor de su nuevo hogar la envolvía. Jungkook le sonrió levemente y se marchó.

Qué extraño es...

⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora