Caminaba a paso rápido rumbo a la biblioteca, intentando subir la cremallera de mi campera. El viento frío golpeaba mi rostro y lograba que dejara de contar con que mi nariz era parte de él. El cielo estaba muy gris, seguro que mi día mejoraría y llovería mas tarde. No podía cambiar de canción, el teléfono estaba en el bolsillo del pantalón y me daba pereza levantar la campera para cambiar la reproducción, así que simplemente dejé que Girls Generation reventara mis tímpanos. No solía escuchar girlbands, pero me la habían recomendado y no pude decir que no. Mi prima, la chica que había cometido tal crimen, me había enviado la canción que estaba escuchando hacía dos noches atrás y ya me había aprendido el estribillo.
Al entrar al gran lugar solté un fuerte suspiro intentando quitarme de esa forma el frío. Divisé a Hyunjin sentado en una mesa en una de las esquinas del lugar, al lado de una gran ventana. Me acerqué y al verme sonrió, luego apuntó con el mentón el libro que había dejado a medias. Tomé asiento frente a él y continué mi lectura. Terminé rápido, no me quedaban tantas hojas. Me había gustado. Mi compañero me observó expectante.
—¿Y?
—Tienes buenos gustos para la lectura. —le entregué el libro.
—Bueno, tú también... —sonrió.
No había mucho que hacer juntos, más que leer, pues no lo conocía y no me apetecía conocerlo, aunque se veía que a él a mí sí. Me preguntó cosas como de dónde venía, cuánto tiempo llevaba en este lugar, cuál era la razón de mi llegada, mi edad... Por poco y me pregunta mi peso, estatura y número de identificación. No contesté algunas, no tenía por qué.
—Eres de pocas palabras... —comentó. Lo miré incrédula.
—Y tú muy curioso.
—Sí, siempre me lo han dicho. —sonrió—. ¿Te incomodé?
—No, para nada... —rodé los ojos hasta la ventana, observando cómo oscurecía y comenzaba a llover. ¿A qué clase de persona le molestaría que le pregunten todo sobre ella cuando apenas la conoces? —Debo irme, ya es tarde.
—Sí, yo... También me voy.
A pesar de que odio el verano, amo las lluvias, son perfectas para quedarse en cama leyendo o mirando Netflix. Me dirigí a mi casa luego de despedirme de él, donde apenas entré, luego de quitarme los zapatos, corrí a bañarme, dispuesta a realizar alguna de esas dos actividades.
Al día siguiente, en la escuela, estábamos a punto de entrar a Educación Física, o mejor conocida como Mi Perdición. No solo porque no me gustaba la materia, si no porque antes de entrar a la clase debíamos colocarnos el uniforme. ¿Qué hay de malo en eso? Pues que los hombres van por un lado y las mujeres por otro y, desafortunadamente, no nací con genitales masculinos, por lo que tuve que aguantarme comentarios de todo tipo, hacia mí persona y hacia los chicos. La mayoría provenían de Sooyoung, "la favorita". Los ignoré a todos, pues no podía hacer otra cosa.
Cuando llegamos a la cancha de fútbol, la cual estaba al aire libre, el profesor nos tomó asistencia y nos obligó a dar diez vueltas a trote al rededor de esos cien metros. Luego, cuando me arrepentí por primera vez en mi vida de no haber llevado agua, nos acuclillamos en el césped, aún húmedo por la última lluvia, y el profesor comenzó con una pequeña charla a la que no me molesté en prestarle demasiada atención. Sólo había captado que ahora debían tener mas cuidado porque tenían una compañera con anteojos. Como si no estuviese acostumbrada a los pelotazos.
Al final de la clase, luego de cambiarme de ropa, Jungkook se me acercó para confirmar nuestra reunión. Antes de partir hacia la biblioteca, decidimos pasar por una cafetería, pues no habíamos almorzado, culminamos las clases cerca del horario de nuestra tercera comida y no podíamos estudiar con el estómago vacío, –a mi criterio–. Nos sentamos en el fondo del recinto, al lado del gran ventanal que dejaba entrar el tenue sol de la próxima primavera. La cortina de luz se asentó sobre el lado derecho de mi compañero, iluminando justo una mitad de su cuerpo. Comencé a dudar sobre si su cabello era negro o marrón oscuro, al igual que sus ojos. Por primera vez había distinguido su pupila de su iris. Los ojos asiáticos siempre me habían gustado más que los occidentales, no solo por la forma, que me llamaba bastante la atención, sino también por el color. Mis ojos eran oscuros, pero los de Jungkook, Hyunjin o cualquiera de este pequeño país me ganaban.
—¿Pedirás algo en particular? —preguntó mi compañero sacándome de mis pensamientos.
—Prefiero conocer antes las especialidades.
—Como gustes. —sonrió y cuando el mesero se acercó, le pidió dos cartas.
Habían muchos menús distintos. Rápidamente me fui a mi sección favorita y elegí lo que ingeriría. Volveremos a la rutina. En mi país, cada vez que salíamos en familia, ordenaba lo mismo, para saber en qué lugar lo preparaban mejor y cuando recibí mi batido de frutas y degusté de él, en mi mente me dije que debía regresar pronto al lugar. Mientras Jungkook probaba de su sorbete su pedido, tomó la palabra.
—Estuve pensando en cómo puedes compensarme las clases particulares.
—Usted dirá... —bajando un poco el gran vaso de la mesa, coloqué el sorbete negro sobre mis labios, sorbiendo la mezcla y lo observé expectante.
—Verás, formo parte de una banda, la cual aún no ha debutado y quiero que nos veas ensayar nuestras dos primeras canciones. —me extrañé y sorprendí, no entendía por qué me lo pedía a mí—. Supongo que es bueno tener alguna opinión de alguien extranjero y amante del kpop. —reí. Debería comenzar a bajar un poco el volumen de mi música en clases.
—¿Solo eso? Creí que querrías también algún tipo de ayuda en algo. —negó con la cabeza—. ¿Estás seguro de que puedo entrar?
—No creo que haya problema si lo hablo antes. ¿Te apetece? Tenemos otro ensayo mañana, luego de la escuela.
—Me encantaría hacer de jueza. —sonreí leve—. Lo hablas y me comentas. —asintió.
Nunca pensé que alguno de mis compañeros pudiera formar parte de una banda. Quizás porque mi suerte de conocer a algun idol era tan inexistente como mis animos de estar en este lugar. ¿Qué rol ocupará? Comencé a entusiasmarme y a apensar cuál sería su papel.
—¿Ocurre algo? —dijo. Negué y quité rapidamente mi mirada de él algo avergonzada—. ¿Por qué me observabas tanto, entonces? —rió un poco. Comencé a notar mis mejillas calientes. Mierda, me odio.
—Sólo... pensaba. —volteé hacia afuera y observe el cielo. En verdad tenía curiosidad, pero no quería preguntarle. Oh, vamos, puedes esperar hasta mañana. Acabamos de comer y luego de pagar, partimos a la biblioteca.
ESTÁS LEYENDO
⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥
Romance✾ཻ̊•̩̩͙◌̊━ Ella, fría como la nieve y callada como objeto sin vida, lo conocerá a él, una persona que le hará descubrir lo cálida y expresiva que puede llegar a ser. ✎. . .❬°˖✩ 𓄸 Jungkook 𓄸 Pro...