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El camino fue muy silencioso, ninguno de los dos comentó nada. Observaba el piso mientras pensaba en qué decirle a mi padre cuando lo viera. Estaba oscureciendo, era algo tarde y se notaba el cambio de temperatura. Coloqué mis manos en los bolsillos del saco del uniforme y exhalé.

Al llegar a mi residencia fue mi padre quien abrió la puerta, con un gesto serio que aterraba a cualquiera. Mierda. Luego dirigió su mirada hacia mi compañero.

—Gracias por acompañarme Jungkook, nos vemos mañana. —dije para entrar rápido e intentar que mi padre cierre la puerta.

—Hasta mañana Kath... —musitó.

Hizo una reverencia de noventa grados hacia mi padre, para después irse a paso rápido. Sonreí divertida, al menos hasta que él cerró la puerta y volvió a sermonearme.

Al día siguiente me encontré con él en la entrada así que nos fuimos juntos al salón. Me saludó, pero no estaba de ánimos para contestar. Nos sentamos en el pupitre y antes de que ingresara la profesora de Biología, que siempre se tardaba unos minutos, los amigos de Sooyoung, es decir, más de la mitad de la clase, comenzaron a decir cosas realacionadas a mi físico, mi forma de ser y demás. No tuve otra que encogerme en mi lugar.

—¿No creen que es demasiado pálida? —dijo una chica.

—Sí, parece un fantasma. —esa era Sooyoung.

—¡Mira, mira por sus anteojos! —escuché detras de mí.

—¡Cuánto aumento tienes! En verdad, no ves nada.

—Lo peor de todo... —habló Sooyoung otra vez —... es que intenta parecerse a nosotros. —se sintieron murmullos afirmando la idea y otro tipo de comentarios.

Me quite los lentes un poco enfadada y escondí mi rostro entre mis brazos, intentando que no parezca obvio que estaba llorando. ¿Qué les he hecho? Por suerte entró la profesora haciendo que todos aquellos animales estúpidos cerrasen su hocico para comenzar la clase. Jungkook no dejaba de observarme seriamente. Ahora me tendrá lástima, como todos.

—¿Qué le ocurre, señorita? —me preguntó en voz baja la profesora cuando acabó su explicación. Susurré un "nada"—. ¿Quiere ir al baño a lavarse el rostro? Le doy permiso para salir. —negué.

Sentí que tocaban mi brazo izquierdo y volteé.

—"¿Estás bien?". —decía el papelito de Jungkook. Reí irónicamente y le contesté.

—"Oh, sí. Estoy de puta madre."

—"¿Puedo ayudarte en algo?"

—"Quítame los oídos y te lo agradeceré infinitamente".

Apenas terminó la clase fui al baño. Me quedé sentada en la tapa del retrete, con los codos en mis rodillas y cubriendo mi rostro. Ahora podré desahogarme tranquila. Me quedé unos minutos y antes de salir, lavé mi rostro. Jungkook estaba a un lado de la entrada y tomándome del brazo, quiso llevarme a algún lugar.

—Jungkook, suéltame. Quiero estar sola. —me estaba arrastrando hacia la biblioteca.

—Necesito hablar contigo.

—No quiero hablar. —intenté zafarme de su agarre pero puso mas fuerza, aunque sin hacerme daño. Al llegar no habían muchas personas, por lo que nos quedamos en un rincón—. Jungkook, en verdad no quiero hablar.

—Bien, no hables, solo escucha. No quiero que les sigas la corriente a los demás, no escuches sus apodos o sus burlas, sólo ignoralos. ¿Sabes por qué hacen eso? Porque no tienen una vida propia y se fijan en la de los demás, haciendo que la suya sea mejor tirándoles mierda. —bajé la cabeza—. Kath, mi punto es que no quiero que los escuches porque te aseguro que todo lo que han dicho son mentiras, no deben afectarte. —¿Por qué está ayudándome?

—A ti... ¿te han molestado por algo?

—Si, en la escuela elemental. Me molestaban por mis dientes.— hice un gesto desentendido, pues para mí no eran feos y sonrió para mostrarme. Reí, pero al instante me cubrí y me disculpé. Los dos de adelante eran un poco mas grandes que el resto, pero lo hacían ver más lindo.

—Pero son tiernos. Como los de un conejito.

—Bueno, ellos decian que eran demasiado grandes para mi pequeño rostro. —se encogió de hombros—. Pero aprendí a vivir con ello, además yo no me veía de esa manera. —baje la cabeza otra vez. Quizás solo quiere ser amable. —Hice que rieras... ¿estás mejor ahora? —asentí—. Ahora sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, Kath. En verdad quiero ser un amigo para ti, alguien en que puedas confiar y afirmarte cuando lo creas necesario.

—Esta bien, solo... me cuesta un poco encontrar a personas que en verdad quieran ayudarme. A veces me hacen pensar que les doy lástima y por eso actúan de esa forma conmigo.

—Bueno, ahora sabes que yo no soy así.

Me abrazó. Era extraño, nunca nos habíamos abrazado antes. Me sorprendí un poco y tardé en corresponder. Además, los coreanos en general no son tan afectuosos. Extrañamente me sentí protegida entre sus brazos.

Yo sabía que sus intenciones nunca fueron malas, solo me costaba abrirme con la gente. Sorprendentemente me ayudó un poco con lo que dijeron de mí en clase. En verdad no sabía qué problema tenían conmigo, es decir, ¿qué les había hecho para que actuaran de esa forma?

De las veinte clases diarias que tenía, solo compartía una con Hyunjin y su salón, artística. Teníamos los días viernes a partir de la octava hora, cuarenta minutos de música y cuarenta de plástica. Una pesadilla. Pensaba que moriría ahí mismo.

Estaba sentada frente a la profesora, que con la guitarra en mano y un gran piano de cola negro al lado –tocado por Sooyoung, claro–, nos hacía cantar una canción que no conocía. Ni si quiera era buena, la letra no tenía sentido. Podía escuchar cómo Jungkook entonaba cada nota a la perfección. Me hizo dudar por un monento sobre su verdadero rol en su banda. Hyunjin tampoco se quedaba atrás.

Decidí fingir que emitía sonidos, pues no tenía ganas de aprenderme tal melodía.

En Arte nos mudamos a un salón parecido al laboratorio, donde había grandes mesas y sillas para sentarnos de a grupos. Me senté junto a Jungkook, quien me presto una hoja y sus lápices de colores para comenzar a trabajar. El dibujo no se me daba excelente, pero al menos no era tan mala. Observé, luego de haber avanzado bastante, la hoja de Jungkook y sonreí impresionada, era muy bueno.

Antes de salir del colegio me acerqué a él un poco tímida. Nunca pensé que tendría que preguntarle algo como esto. Le toqué el brazo y guardando su teléfono en su bolsillo, me observó.

—¿Sí?

—Tengo una pregunta... con respecto a tu banda. —bajé un poco la mirada.

—Dime.

—¿Cuál es tu verdadero papel? —esbozó una sonrisa.

—Soy el vocalista principal y el maknae. —ahora sí, sonrió... ¿orgulloso?—. ¿Por qué dudabas?

—Es que... cuando fui a su ensayo, en ninguna de las dos canciones cantaste, y... en música te escuché... en fin. —rió. Me estoy avergonzando, ahora la pregunta es: ¿por qué?

—Sí, en realidad soy vocalista, pero hay momentos en los que debo "rapear", pues porque el equipo lo dice.

—¿Por qué las comillas? —reí—. Lo haces muy bien.

—Gracias. —sonrió.

⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora