⩩ ♡̶ ！𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥

O15;

De mal humor y con ganas de golpear a todos, así me encontraba ese día. ¿Por qué? Simple, mis padres. Como ya les había contado, mis padres trabajan todo el tiempo, y a pesar de que han estudiado lo mismo, no están en el mismo lugar de la empresa; papá trabaja a la noche mientras que mamá a la mañana. El horario de salida de papá justo coincide con el horario de entrada a la escuela y mamá entra a trabajar una hora mas tarde; por lo que papá llega de cubrir su turno, me lleva al colegio y luego lleva a mamá al trabajo. Últimamente él ha estado llegando mas tarde de lo usual, así que mamá me acompaña caminando cuando él se demora. Una de las cosas que mas me molestan de ellos es que nunca me dicen nada, no me comentan nada y pretenden que adivine. Eso ocurrió hoy, yo me había preparado para salir y me quede esperando en la estancia a que él llegara. Habían pasado diez minutos desde que me sente en el sofá y papá no llegaba a casa a recogerme, luego de unos minutos llaman por teléfono y era él, diciendo, de muy mala forma, que ya llegaba a casa. Ya bastante enfadada por sus gritos y la demora, me encaminé al cuarto de mi madre para decirle que ya me iba. Ella se estaba cambiando de ropa lo mas tranquila, hasta que pronuncia: "¿Ya llego papá?". Ya no aguantaba así que le dije de forma obvia que no me llevaría ella a esa hora, que por cierto, era horario de entrada.

Papá llego de mal humor y se descargo conmigo, como siempre. Tuvimos una discusión durante el camino en auto, hasta que llegamos. Cerré de un portazo el vehículo y entré enfadada. Todo el instituto estaba en silencio, todos estaban en sus clases. Llegué a mi salón y me senté en mi asiento con Jungkook, que me observaba algo sorprendido. Llevo acumuladas cuatro llegadas tarde en todo lo que llevo del año y eso no es lo que me pone de mal humor, me molesta que me reprochen, como si yo tuviera la culpa de que uno no llegue y la otra se haya quedado dormida. Si me hubiesen avisado que mamá me llevaría, no hubiésemos tenido ese problema.

Jungkook no era el único que me observaba, la verdad es que casi toda la clase lo hacía. Al primer toque de timbre fui directo al baño, quería estar sola. Normalmente mi prima es la primera en verse conmigo y preocuparse por cómo estoy, pero se la veía muy entusiasmada con su nuevo amigo así que no le di mucha importancia, además reitero, quería estar sola. Entré en un cubículo y me senté en el suelo, al frente de la puerta, puse mis brazos en mis piernas y cerré los ojos. Esos diez minutos de receso debían servir para algo. Controlé con mi teléfono que no hayan pasado mas minutos y salí del baño camino al aula.

—Oye, ¿estás bien? —Jungkook se acerco a mí.

—Sí.

—¿Por qué tienes esa cara?

—Nada.

—Hey, soy tu amigo, ¿o no? Puedes contarme.

—De verdad, no... no pasa nada.

—Recuerda que estoy para lo que necesites —sonrió.

—Lo sé, gracias.

El profesor entró y continuo su clase.

Era tal mi mal humor que no podía concentrarme, solo quería irme de allí lo antes posible, llegar a mi casa y pretender por un momento que vivo sola y sin nadie que pueda molestarme. Y para agregar mas agua al vaso, me castigaron anoche por "regresar tarde", lo que hizo que perdiera la paciencia del todo. ¿Ellos me gritan por llegar tarde a casa y yo no puedo decirles nada cuando ellos lo hacen? Ellos son adultos, sí, ¿qué tiene que ver?

—"¿Estas bien?". —decía una hojita de papel sobre mi carpeta. Se lo veía preocupado.

—"La verdad, estoy de un muy mal humor."

—"¿Problemas en casa?" —asentí—. "¿Puedo ayudarte en algo?"

—"Ojalá".

Acabada la hora de historia, Sooyoung y sus amigos comenzaron a hablar hasta que llegara el siguiente profesor. Cuando cuchichean entre ellos, lo hacen con la intención de que todos en el salón se enteren de qué o quién hablan. Y por supuesto, sabrán de quién estaban hablando.

—Llegó súper tarde. —dijo la compañera de banco de Sook—. Yo pienso que lo hizo para llamar la atención.

—Seguro que sí. —dijo Sooyoung.

Ella estaba sentada sobre la mesa, observando hacia atrás, donde se encontraba su grupo. Jungkook se había levantado de su asiento y aproveché para acercarmeles.

—¿Y vieron su rostro al llegar? —todos estaban en medio de risas y al verme, la compañera de Sook abrió tanto los ojos como le fue posible.

—¿Tienes algún problema con que haya llegado tarde, Mina? —todo el salón quedó en silencio. Esta era la primera vez que los enfrentaba y no iba a negar que estaba nerviosa—. Contestame. —la chica observó con desesperación a Sooyoung buscando ayuda. Sin la zorra mayor, las zorritas no son nadie.

—Nadie estaba hablando de ti. —Sooyoung se levanto de la mesa, enfrentándome—. ¿Es que siempre eres así de entrometida? —todos rieron.

—¿Yo, metida? ¿A caso nunca te viste en un espejo, Sooyoung? Si eres la única de este asqueroso salón que anda con sus cómplices viendo y riéndose de la vida de los demás, como si la tuya fuera mejor.

—Oh, querida es mucho mejor. —dijo con una risa sarcástica—. Comenzando por el hecho de que tengo más que cualquiera en este lugar, los superiores están a mi merced, tengo las mejores calificaciones en el Instituto y siempre consigo todo lo que quiero. ¿Y tú, quién eres?

—¿Quieres saber? Te diré un par de cosas. Primero, estoy segura al cien por cien que si tus padres tienen algún problema en su trabajo, ellos se irán a la calle junto contigo. —su rostro había cambiado completamente—. Segundo, los tienes a tus pies porque los compras, o mejor dicho, tus padres los compran, para que no tengas problemas. Tercero, ¿las mejores calificaciones? Si no estudias, te la pasas alardeando con tus amiguitos lo bien que vives en tu gran casa, con tus mil y un sirvientes y demás. Las notas que tienes no las tienes por tu propio esfuerzo. Y cuatro, no siempre conseguirás lo que quieres, como ahora. Querías verme sufrir y mírame, al parecer la única que sufre... eres tú.

En el momento que menos esperé recibí un golpe en mi mejilla izquierda, haciendo que mi rostro girara por tan fuerte impacto. Todos contenían su aliento de una forma dramática y hasta algunos comenzaron a grabar la escena. Idiotas.
Sin pensarlo, le devolví el golpe justo en el momento menos indicado.

—¡Señoritas! —exclamó el profesor de Lengua. Mierda.