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Los días seguían transcurriendo y Jungkook aún insistía. Verónica intentaba animarme junto a Hyunjin. Si bien estaba superando el problema, hablar de él me dolía un poco. Es por eso que todos intentaban evadir el tema.

—Oye, Kath... —Hyunjin se me acercó en uno de los recesos—. ¿Podemos hablar un momento? —asentí y comenzamos a caminar juntos hacia el patio.

—Dime.

—Sé que el asunto aún te toca, pero quisiera hablar sobre él. —fruncí el ceño—. En primer lugar, no quiero que mi "te lo dije" haya sido algo fuera de lugar, pues no pensé en lo que tú podrías haber sentido en ese momento. Pero lo sabía, tenía esa sospecha. En fin, sabes que yo siempre estaré aquí para ti.

—Lo sé, gracias.

—En segundo lugar... uh... —suspiró, se lo veía nervioso—. Seré directo. Me gustas. Y la verdad es que me has gustado casi desde que te conocí. Siempre he querido ayudarte, aunque bueno, has precisado su ayuda antes que la mía. Nunca me alejaré de ti y sí, ya lo sé, no me mires así, sé que todo esto es muy repentino —digamos que mi expresión de gran sorpresa—, pero si no lo digo ahora, siento que luego será muy tarde.

Se levantó del asiento en el que estábamos y se arrodilló frente a mí, tomando mis manos que descansaban en mi regazo. Me miró directamente a los ojos, logrando que se viera un brillo en ellos y mi reflejo.

—No quiero una respuesta inmediata si no la tienes y ya sé que lo de Jungkook es reciente y aún duele, pero ¿te gustaría comenzar de nuevo y bien, desde cero? Sin complicaciones, sin problemas, sin discusiones, sin nada que te moleste. —enmudecí—. Creo saber cómo hacerte feliz y me gustaría intentarlo.

En verdad no sabía qué decirle o cómo reaccionar. Su explícita declaración me tomó desprevenida, así que no hablé. Comencé a mirarlo enternecida, luego baje la mirada a nuestras manos.

—Hyunjin... no creo que sea buena idea. Es decir, aprecio tu preocupación y tu oferta, pero no quiero luego imaginar que el que está a mi lado no eres tú, sino Jungkook. Tal vez acepte, pero cuando me haya olvidado de él completamente.

—¿Crees que eso va a ser posible? —preguntó, por lo que comencé a pensar, llegando a ningún lado. Me encogí de hombros. Suspiró y se levantó—. Bien, si cambias de opinión, dímelo.

Asentí y cada uno se fue para su salón.
Cuando acabó la clase de matemáticas Jungkook me llamó la atención. No me dijo nada, sólo me llamó con sus dedos hacia unas escaleras. ¿Qué te hace pensar que iré, Jungkook? Luego, al ver que no me movía, juntó las palmas de sus manos y las colocó debajo de su rostro. Suspiré y fui con desgano.

Terminamos de subir las escaleras y nos quedamos en la azotea. Nos acercamos al barandal y nos quedamos ahí, callados, disfrutando de la suave brisa.

—Gracias. —se animó a decir.

—Espero no arrepentirme.

Me dio la vuelta, para así quedar enfrentados y colocó sus manos en mis hombros, luego suspiró.

—Quiero explicarte todo. ¿Vas a oírme?

—Supongo que no tengo otra opción, no dejarás de molestarme si no te escucho.

Volvió a suspirar.

—Bien. —carraspeó—. Todo lo que te he dicho, que era un tema por el que no debías preocuparte, lo decía porque a mí no me preocupaba. O bueno, en eso pensaba. Todos los encuentros que tenía y mensajes que Sooyoung me enviaba, eran charlas bastante estúpidas. Ella me había ofrecido un trato, en el que si yo aceptaba ser su... estar a su lado, prometió dejar de molestarte. —no estaba entendiendo mucho—. Yo...

—Aceptaste.

—No. —me extrañé.

—¿Y por qué estaban besándose?

—Ella me tomó desprevenido, luego sentimos el llamado de Hyunjin y nos separamos. —bajé la mirada—. Aún no le he dado una respuesta, en realidad, pero luego de ese beso ella creyó que dije que sí.

—Por eso no me han molestado hoy. —me sentía extraña, en parte estaba algo aliviada, pero por otra parte no podía creer que él no le haya respondido.

—Ya te lo he dicho, no tengo planeado nada con ella y tampoco dejarte. Lo prometí.

—Jungkook. —lo llamé volteando la mirada—. No me dolió verlos besándose, en realidad. —lo observé, me miraba extrañado—. Me dolió porque... estaban besándose y mi mente hizo un especie de click, diciéndome: "wow, forman una linda pareja". —él abrió la boca para decir algo, pero no lo dejé—. Y es por eso que no quiero seguir involucrándome contigo o con ella, por su bien. Por tu bien. Ya te lo he dicho, alguien como ella es mejor para tu imagen.

Enmudeció por unos momentos en los que me pareció que ya no había nada más para decirnos, por lo que comencé a caminar hacia las escaleras.

—Espera, Kath. —me tomó del brazo, pero logré zafarme.

—Está bien, Jungkook. Puedes ser feliz con ella.

—Ese es el problema, no seré feliz.

Intenté irme otra vez, pero de nuevo sujetó mi brazo. Quise soltarme pero esta vez estaba empleando más fuerza, por lo que yo tuve que hacer lo mismo, logrando soltarme, pero por alguna razón mi vista comenzó a nublarse y mi respiración a cortarse, queriendo sujetarme de algo para no caer. No veía mucho, pero sentí que él me abrazaba fuertemente y me sujeté de él, pensando que me estamparía contra el piso.

—¿Estás bien? ¿Qué te ocurre?

—Nada. —pude decir con un hilo de voz—. Estoy bien.

—¿Estás segura?

—Sí, Jungkook. —lo observé de una manera dura, ya habiendo recuperado la visión.

Me ayudó a ponerme bien de pie y me tomó desde la cintura bajando las escaleras, por si volvía a marearme para que no cayera. Llegamos al salón y me dejó en mi asiento, asegurándose otra vez de que no me ocurría nada, teniendo la mirada de Sooyoung sobre nosotros.

⩩ ♡̶ !𝐘𝐨𝐮. ─ 𝐽𝑢𝑛𝑔𝑘𝑜𝑜𝑘 ✔︎ ©𝐌𝐢𝐤𝐡𝐚𝐢𝐥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora